Notes

Si te cuento las veces que escribí esta carta pensarás que estoy loco, porque hablar de ti me pone nervioso y no encuentro las palabras correctas para hacerlo (recuerda todas esas veces que me pasó en nuestro chat, dejándome como un completo pendejo), pero intentaré encontrar la mejor forma de hacerte saber lo que quiero en esta carta, así que comienzo.
Desde el primer día en que te conocí has sido una bendición para mi vida, siempre has sabido escucharme, entenderme y aconsejarme cuando no estaba haciendo las cosas bien, porque soy súper terco y pendejo, me cuesta entender las cosas, pero tú siempre estuviste ahí. Mentiría si te dijera que algún momento imaginé que nuestra amistad iría más allá, porque jamás pasó por mi cabeza aquello, siempre te vi como esa chica bonita a la que nunca le decía que lo era solo para burlarme de ella. No sé en qué momento las cosas comenzaron a cambiar, no tengo idea del momento exacto en el que comencé a sentirme atraído a tu forma de ser y pensar, porque cuando me percaté de lo que me estaba pasando contigo, ya era demasiado tarde, estaba perdido por ti.
Eres mi calma, es increíble la paz que siento desde que estás en mi vida, porque realmente soy un gruñón y un celoso de mierda, pero tú sólo necesitas dos palabras para hacer que todo eso se vaya directamente a la mierda e incluso ni mis bromas logran durar demasiado, porque sabes convertir todo eso malo en unas inmensas ganas de besarte. ¿Sabes por qué me pasa esto? Porque tú me das una confianza gigante, una seguridad que estuve buscando sentir durante muchísimo tiempo. Daria, realmente estuve esperando por ti. Nunca supe que tú eras lo que yo necesitaba hasta que me dejaste entrar a tu vida y me permitiste conocerte, más allá de las bromas y constantes burlas que hacíamos. Es increíble pensar lo loco que estoy por esa chica que solía molestar con su “bebesaurio”, terminaste siendo la bebé dinosaurio que me cambió la vida.
Escribiéndote esto estoy incluso más nervioso de lo que estaba cuando te confesé que me gustas, porque créeme que esas dos palabras te las escribí muchas veces, pero nunca llegué a decírtelas, incluso iba a decirte que era mentira cuando me preguntaste si lo decía en serio. Estuve a dos segundos de decirte que no lo decía en serio, porque tenía miedo de arriesgarme y que tú no sintieras lo mismo por mí, miedo de arruinar una de mis mejores amistades. Te juro que iba a hacerlo, pero luego pensé en la posibilidad de que pudieras sentir lo mismo y me arriesgué, siendo esa la mejor decisión que tomé este año, porque de no haberlo hecho, no tendría esto que hoy tenemos. Ese 30 de noviembre no perdí nada de lo que tanto temía, todo lo contrario, gané algo que nunca se me pasó por la cabeza poder llegar a tener; ese 30 de noviembre te gané a ti.
¿Recuerdas que te dije que andaba buscando palabras para lograr expresarte todo lo que me haces sentir? Pues te mentí, porque ya las encontré, sólo que las estaba guardando para un momento como este. Me estoy enamorando de ti, Daria, y son esas las palabras que estuve buscando todo este tiempo, porque lo que siento por ti ya dejó ser un simple gustar o el simple hecho de que me encantas, va más allá, es un sentimiento de que quiero que te quedes durante mucho tiempo en mi vida, sin importar lo que venga, lo difícil que pueden ponerse las cosas, porque te quiero más de lo que podrías llegar a imaginarte, así que no lo intentes, porque cuando estés descubriendo cuánto es, esto va a crecer y esa cifra que descubriste ya no será nada. No quiero detener este sentimiento, quiero que llegue hasta donde tenga que hacerlo. Quiero seguir aprendiendo de ti, seguir conociendo cada pequeño detalle de ti, los cuales hasta ahora me tienen completamente loco, desde el sonido de tu risa hasta el tono que tiene tu voz cuando me dices que me quieres. Es por ello, que hoy estoy aquí escribiéndote esto, porque me encanta que seas mi chica, pero eso no me basta y sé que un título en mi vida no va a cambiar lo que tenemos, pero quiero poder decirles a todos que tengo conmigo a la chica más maravillosa del mundo entero. Así que, todo lo que te he dicho se resume a una pregunta: Daria, ¿quieres ser mi novia?

PD: Si tu respuesta es sí, te esperan unos besos, y si tu respuesta es no, te esperan esos mismos besos hasta conseguir ese “sí” que quiero.