Notes

—La morena dio un paso al frente acortando la distancia que la separaba del más alto. El estomago de Ainara se encontraba haciendo todo tipo de cosas graciosas, el típico cosquilleo o 'aleteo de mariposas' que dicen sientes cuando te gusta alguien; y sí, le gustaba, el muchacho le gustaba muchísimo. También estaba nerviosa, había fantaseado con probar aquellos labios más veces de las que le gustaría admitirse a si misma, pero ahora era real, estaban allí a escasos pasos uno del otro y ese beso era inminente. Elevó su mirada al rostro ajeno para encontrarse una sonrisa en este y como cada vez se acercaba más debido a que el chico había decidido tomar la iniciativa para acabar con el espacio que los separaba. La americana sintió una mano en su cadera en apenas un segundo y mordió su labio inferior llevando sus ojos a los impropios, fijándolos en aquella mirada, perdiéndose ambos entre el otro, compartiendo aquella burbuja especial.
Al cabo de unos instantes sus respiraciones se mezclaron, podía sentirse el ritmo errático de ambos, y en lo que se sintió como una eternidad para Ainara, los labios del muchacho encontraron su camino hasta los suyos, encajando perfectamente. Se movieron algo tímidos al comienzo, explorando de a poco el roce de bocas y suaves labios, acostumbrándose a los ajenos y disfrutando tan solo de la cercanía y el contacto tan intimo, mientras las pestañas proyectaban sombras sobre las mejillas.—