Notes

Confieso que estaba emocionada por escribir todas las cartas pero sobre todo por la tuya, porque siento que tu vuelta a mi vida fue el hecho que más feliz me hizo en todo este año que fue particularmente dificil, lo que me dió una luz de esperanza entre toda la oscuridad, aunque suene demasiado cursi. El simple hecho de que me recordaras, como ya te dije, me hizo genuinamente feliz tanto como la vez que leíste todo lo que te dije aunque fuese el ser humano más pesado del mundo sobre todo cuando de algo que me gusta se trata. Algo me había dicho ese día que volveríamos a encontrarnos en otro momento, y aunque fue con un poco de tardanza, acá estamos: diciembre de 2017. Como era de esperarse, te convertiste en una persona demasiado importante para mí. Gracias por este año, por todas las cosas lindas que pasamos, por las radios nocturnas con Akemi y las nuestras en las que me enseñaste muchísimas canciones que te marcaron, por siempre ser honesta conmigo (por más que sea complicado, en algunas ocasiones) y por nunca haberme permitido caer. Sé que soy un fracaso aconsejando, sé que muchas veces en el intento de hacerte sentir un poco mejor la embarro más, pero sólo espero que sepas que estoy acá para vos y que el amor que siento por vos no se compara a nada de lo que haya podido sentir antes.
Agradezco tu presencia este año, hablar con vos siempre me hace bien y me transmitís mucha confianza. Gracias por tomarme en cuenta y ser tan dulce conmigo, incluso cuando me pongo tan terca que ni con un palo se me puede hacer entrar en razón. Fue un año bastante mierda, pero espero que el 2018 sea mucho mejor, que te traiga alivio y felicidad porque eso es lo que merecés. Y como ya te dije, puedo esperar por vos durante miles de años sin cansarme (y siendo igual de guapa, espero). Te amo con todo mi corazón y te deseo siempre lo mejor.