Notes

La soledad aún se siente en el ambiente en estas noches frías. Aún queda el vestigio del frío invierno que ha pasado. Las estrellas son mi único testigo de que sigo llamándote a pesar de la oscuridad. La luna, a pesar de que brilla, no hace lo suficiente para guiarme a donde estás. Aunque grito tu nombre, parece que me oyes más y más lejana de ti, del calor del cuerpo que un día sentía junto a mí. Ahora que estás lejos de mí, a pesar de que no pronuncio en voz alta tu bello nombre, mi mente piensa en ti y te llama, pero soy demasiado orgullosa para gritarlo de nuevo. Sé que te he perdido y que no hay vuelta atrás, lo he reconocido, pero mi cabeza sigue pensando en las letras que lo conforman ¿Puedes pensar también en el mío? tal vez nuestras mentes, en algún momento, puedan volver a encontrarse y, así sabrías, que no puedo olvidarte.

El amor puede doler a veces, pero sin duda es lo más hermoso que podemos sentir. De pronto tu vida comienza a tener otro sentido, tus días se vuelvan más felices, más coloridos, pero también pueden volverse grises, llenos de tristezas, de dolor. Te motiva, mas no quiere decir que no se pueda sentir lo contrario. El amor duele, el amor mata, el amor nos cambia ya sea para bien o para mal. El amor mueve al mundo, mueve a las personas a hacer cosas buenas, a hacer cosas malas. Muchos hemos culpado al amor, decimos odiarlo cuando en verdad, son las personas las que no saben amar a otros las que desprestigian la idea del amor, sin embargo, el amor sigue siendo algo hermoso. Toda idea de amor es hermosa, pero también es dolorosa. Nos lleva a hacer cosas estúpidas, a cometer errores de los cuales nos arrepentimos y culpamos toda la vida, sin embargo, a pesar de que nos duela, queremos seguir sintiéndolo una y otra vez. El amor puede doler, el amor nos puede herir a veces, pero es lo único que sé hacer bien, amar.

Es un poco triste ver como las personas avanzan y olvidan fácilmente, mientras que yo sigo aquí, hundida y sin ser capaz de superar que te encuentras mejor sin mí. Lo sé, he visto la sonrisa que hay en tu rostro, y sé que esa luz que emana de tus ojos no es por mí, porque he visto como le miras. ¿Alguna vez pensaste en mí? ¿Alguna vez pensaste en cómo me sentiría yo? No es necesario obtener respuesta porque yo ya la sé. Todo a mi alrededor me recuerda a ti, mientras que nada parece hacerte acordar a mí. ¿Qué debo hacer con todos estos recuerdos? ¿Es posible guardarlos en una caja y tirarlos en el océano? Superar nunca ha sido fácil, pero la vida siempre ha sido así, injusta para todos y sobre todo, para mí. Y aquí estoy ahora, tratando de salir de este abismo en el cual sola me metí, aún sabiendo cómo acabaría todo, he dejado de luchar por salir. Quiero evitar ver tu rostro y darme cuenta que es mejor así, porque aunque es difícil avanzar sin ti, bien lo pudiste hacer tú en compañía de alguien más. ¿Y qué hago ahora si no me queda nadie? Me hundiré, tal vez este podría ser el final perfecto, para esta historia que sabíamos no acabaría bien.

Juramos un día estar siempre juntos, a pesar de las adversidades, de los problemas, de los mal intencionados. Juramos un día que esto nadie lo destruiría, pero a la primera oportunidad, todo se vino abajo. Juramos un día estar para el otro, pero cuando más te necesité, decidiste marchar sin si quiera mirar atrás. Ahora yo sigo adelante, sin importar si vienes a rogar perdón, a pesar de que vienes con tus palabras bellas, ¿qué tan tonta piensas que puedo llegar a ser? Dejé de creer en promesas y juramentos, dejé de creer que los “siempre” durarán una eternidad, dejé de creer en las personas que me repetían una y otra vez que se quedarían conmigo, porque al final las palabras son solo eso, palabras vacías provenientes de personas igual de vacías. Aprendí de los errores, aprendí solo a confiar en mí misma, aprendí que no todas las personas valen realmente la pena, mas sin embargo, me asusta volver a ser la misma niña tonta e ingenua que se lo creía todo.