Notes

Según marca Ask, hace aproximadamente una hora que recibí tu último mensaje. En instante, son las 2:52 y sí, en efecto; continúo despierta porque intento aprovechar todo mi tiempo libre en avanzar en una serie que tiene un montón de años. Un paso adelante. Y sí, el vicio es real. Pero... A lo importante, no me enrollo con trivialidades.

No dejo de pensar en ti. Últimamente, y desde hace alrededor dos (casi tres) meses, no dejo de hacerlo. Estás en mi cabeza a cualquier hora del día; y en cualquier lugar. Sea o no apropiado en el momento. Me descentras y desconcentras. Y no sabes lo feliz que estoy... Joder. Lo inmensamente feliz que me haces.
Te quiero, Josh. Eres lo más bonito que me ha pasado en la vida... Ya no sólo lo mejor de mi 2017. De mi vida. De toda mi existencia. Fuiste mi mejor golpe de aire fresco; y hoy te digo que eres mi jodido golpe de suerte. Me tienes loca, de verdad. Estoy loca por ti. Y daría todo lo que estuviese en mi mano por mantenernos siempre en este punto de nuestra historia.
Por seguir emocionándome cada vez que me escribes. Cada vez que me demuestras lo que sientes por mí. Nadie, nunca, me ha hecho sentir de este modo... Eres increíble. Y estás hecho para mí, cada día estoy más convencida. Lo siento así. Te siento, a ti. Y ay, ¿ves? Estoy escribiéndote con el corazón latiendo a mil por hora, con el calor concentrándose en mis mejillas, con una sonrisa en los labios de bobalicona.
Y créeme... Este acto, habla por si solo. Escribiéndote de madrugada porque no puedo reprimir el deseo y las ganas de hacerlo. Ojalá pudiese escribirte mensajes así día a día. (Hablándote de mis sentimientos sin miedo. Porque sin vergüenza todavía no, jiji). Pero parecería tan empalagosa... Y, ¿sabes? Contigo estoy descubriendo facetas de mí misma que ni conocía. (Y seguro que tú también estás descubriendo partes de mí, ¿verdad que sí?). Supongo que es normal; no todos los días aparece alguien en tu vida para darle un cambio tan inesperado.
Me casaría contigo mañana mismo. Sin dudarlo. Sin pensarlo siquiera. Yo, la del miedo irracional y, aparentemente, incurable a las relaciones. ¡Mírame! Deseando compartir cada jodido segundo de mi día a día contigo ahora, y en un futuro. Muy, muy, muy lejano. Miro hacia delante, y sólo sé visualizarme contigo. Únicamente a tu lado. Sólo alcanzo a imaginar mi futuro con nuestras manos cogidas; nuestros dedos entrelazados. Mi corazón en tu pecho... Porque jamás confié en nadie como confío en ti. Mi estabilidad, la encontré junto a ti. La manera que ha tenido la vida de decirme «arriésgate»: fue poniéndote a ti en mi camino.
Por fin sé lo qué es el amor... Y la felicidad. Y cómo de bien sienta sentir y tener ambos términos a la vez.
Dios; estoy enrollándome más que una persiana. Lo que intento y quiero decirte con esto es que... Te quiero. Y que mi rutina contigo es, sin atisbo de duda, lo mejor de todos mis días. Quiero seguir sumando 6XI contigo. Quiero seguir haciéndote sentir así. Y sobre todo, quiero que en esos labios siempre esté presente esa preciosa sonrisa. No pienso parar, en ningún momento, de hacerte feliz. Voy a arriesgarme siempre si se trata de nosotros. Porque apuesto por ésto, apuesto por ti; apuesto por nosotros. Quiero pasar mi vida a tu lado. Lo deseo. Nosotros y nuestros mininos.

Te quiero, mivi.
Gracias por tanta luz...
Gracias por apartar los escombros.
Gracias por demostrar(me) que tus rizos sólo están hechos para enredarse entre mis dedos; que tus labios sólo se amoldan a la perfección contra los míos; que mis dientes sólo quieren dejar marcas en tu piel; que mis nalgas sólo pueden llenar siempre tus manos; que mi cuerpo sólo encaja (en el sentido más inocente y/o perverso) con el tuyo... Y que mi boca siempre querrá abarcar tu polla, hasta la arcada y todavía un poco más.
Eres todo mío.
Y gracias, en futuro; por todo lo que me darás.

Te quise; te quiero; y te querré.
Un verbo conjugado en tres tiempos.