Notes

Perdí la cuenta de cuantas veces nos corrimos y de igual manera cuantas veces Noah me había maldecido. Tan pronto el nudo se deshizo, el omega me hizo a un lado para reclamar al alfa. Yo estaba tan débil y ahora mi omega sexualmente saciado pues ahora estaba necesitada de cariño, comprendía la necesidad, por lo que solo me tiré a un lado en la cama, la humedad prueba de lo recién sucedido, se escurría entre mis piernas, pero contrario a incomodarme, mi omega se sentía por demás cómoda con ello. Noah le hizo ojitos a Thomas y este captó de inmediato. El olor dulzón del rizado no cesaba y pronto volvió a estar montando el miembro del mayor. Entrecerré mis ojos buscando a tientas las sabanas, admitiendo sentir el fuerte chillido de la cama por los movimientos. Me sentía tan bien, estaba fascinada pues sentía todo su aroma en mi. Noah abrió las piernas lo más que pudo, chillando cuando los toques contra su próstata se hicieron constantes. La rapidez y dureza de las embestidas era tal que en unas cuantas más, ambos llegaron y el nudo volvió a formarse.