Notes

El presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman, se reunió con MacArthur en la isla Wake en el Pacífico para analizar el progreso de la guerra. MacArthur aseguró al presidente que el ejército norcoreano había sido destruido. No creía que China llevaría a cabo su amenaza de intervenir. Cuando la guerra fue más avanzada en un movimiento repentino, Truman recordó a MacArthur, que no había ocultado su deseo de seguir activamente una guerra de agresión contra la China comunista.

El 30 de octubre de 1950, MacArthur le escribió a Truman:

"Salí de la conferencia de Wake Island con una clara sensación de satisfacción de que los intereses del condado habían sido bien atendidos gracias a la mejor comprensión mutua y al intercambio de puntos de vista que brindaba. Espero que resulte en construir una defensa sólida contra los esfuerzos futuros de aquellos que buscar por una razón u otra (ninguna de ellas es digna) para romper el entendimiento entre nosotros ".

A pesar del entendimiento logrado entre Truman y MacArthur en Wake Island, su acuerdo sería de corta duración. Rápidamente regresarían al desacuerdo entre ellos sobre la política en Corea, lo que finalmente resultaría en la destitución de MacArthur por parte de Truman.




El 15 de octubre de 1950, el presidente Harry S Truman y el general Douglas MacArthur se reunieron en Wake Island para conversar sobre la Guerra de Corea y otros asuntos.

En abril de 1951, cuando la guerra iba mal, Truman despidió al general y, para socavar la popularidad de MacArthur, acordó que una copia de las actas de la Conferencia Wake se filtrara a Anthony Leviero, corresponsal de la Casa Blanca para el New York Times (que lo publicó en la portada, ganando Leviero un Premio Pulitzer). En la conferencia, unos siete meses antes, MacArthur había hecho la engreída afirmación de que había "muy pocas" posibilidades de intervención china en la guerra y que las tropas estadounidenses regresarían a casa en Navidad, proyecciones que resultaron ser muy erróneas. Truman quería asegurarse de que el público supiera que el general no era el héroe infalible que se suponía que era.

En el momento de la reunión histórica en el otoño de 1950, el general MacArthur, entonces comandante de las fuerzas de la ONU en Corea, había dirigido con éxito un asalto anfibio a Inchon y las fuerzas de la ONU estaban presionando profundamente en Corea del Norte, a las puertas de Pyongyang con el enemigo. en retiro completo. Esa caída también fue en las elecciones de mitad de período en los Estados Unidos y parte del propósito de Truman al iniciar la reunión con MacArthur fue la grandilocuencia política.

En retrospectiva, el elefante en la habitación era China. Truman tenía una inteligencia muy nueva (aparentemente no compartida con MacArthur) de que China había advertido que entraría en guerra si las tropas de la ONU se acercaban a la frontera, pero podría ser un farol. Cuando se le preguntó qué posibilidades de intervención china o soviética, MacArthur respondió con las fatídicas palabras: "muy poco". Detrás de una puerta entreabierta.