Notes

¿Qué puede pasar con un simple beso? Esas fueron mis intenciones desde un principio, sin importar cuán atrevido y fuera de lugar que actuara, me desesperaba tu posible reacción. Tengo presente esa noche, habíamos dejado de ser unos rebeldes e inadaptados de la familia. Mi atención siempre se centró en ti cuando te pude ver llegar desde lo lejos, no podía creer lo que estaba pasando, eras perfecta, parecías haber sido tallada por los mismos ángeles, la confección exacta de mis deseos más profundos. ¿Pero por qué yo? Hay muchas preguntas y muy pocas son las respuestas que logro conseguir, pero eso no es lo que interesa, sólo pretendo seguir a tu lado todo el tiempo que el destino así lo quiera, quizá las respuestas que obtenga no van a gustarme, es una incógnita que no quiero descubrir nunca. Sólo sé que adoro cuando nuestras miradas se encontraban y más si luego tratabas de ocultar esa dulce sonrisa, me he perdido imaginando mientras te escondías entre los árboles esperando a que fuera por ti, te perdías entre lo oscuro de la noche. Éramos tú y yo bajo el mismo sereno, tanto tú como yo lo queríamos, si verdaderamente el cielo y el infierno se juntaron en ese delicado beso no nos importaron las consecuencias que se esperaban para nosotros después. Desde ese momento confirmé lo pecador que era, tenía totalmente prohibido relacionarme con los de tu clase, dicen que los enviados del infierno no cambian, sólo conducen a la perdición de todo aquel que se junta con ellos, más no te importó que lo fuera y de lo contrario me llevaste contigo a un lugar dónde nadie nos podría encontrar. Fue cuando prometí moldear mi ser para ti, supe que de pasar por tantos errores finalmente encontré a mi chica soñada, la indicada y a pesar que todos estuvieran en nuestra contra nada haría que nos separáramos. Supe que podía volver a entregar mi corazón, ya era tiempo para amar otra vez. Mi pecado favorito, solías llamarme.