Notes

No estaba entendiendo casi nada de lo que sucedía pues estaba taa mareado que sus párpados permanecían cerrados en un intento de dejar de ver su mundo girar. De pronto al sentir el abandono de los cálidos brazos ajenos quiso llorar pues detestaba el hospital y detestaba estar solo, pero no pudo decir nada pues las náuseas le callaron.

Todos los asistentes estaban revisándole de pies a cabeza mientras el doctor le preguntaba qué pasaba, cómo se sentía, él, dificultosamente murmuró: —B-Bueno... Muy mareado, hace poco empecé con náuseas luego de oler algo disgustante... He estado algo inestable sentimentalmente y mi abdomen duele cuando me preocupo mucho... —Una vez que dijo todo lo que sentía todos se detuvieron y se miraron, la mayoría se retiró de la sala, quedando solamente el doctor que le pidió que se subiera la parte superior de la ropa y obedientemente lo hizo, el doctor le acercó a una máquina rara que parecía una televisión o computadora. De repente sintió un gel helado en su estómago y un quejido escapó. "¿Ha tenido relaciones sexuales sin protección?" le fue preguntado, sus mejillas se sonrojaron enormemente y asintió algo tímido, sin entender aún el porqué le preguntaba y hacía todo eso. De pronto algo comenzó a moverse sobre su estómago y le fue indicado de que mirara hacia la pantalla.—¿Q-Qué es eso? —Preguntó nervioso al mirar en la pantalla de ultrasonido lo que se suponía sería su estómago, pero en el centro un punto muy pequeño, negro, algo ovalado y marcado se miraba por la pantalla. Al mirar al doctor le vastó con notar su sonrisa para entender lo que era y no pudo evitar cubrirse la boca mientras comenzaba a llorar. Entre sollozos intentó murmullar: —¿E-Estoy...? N-Necesito que llame a mi esposo... Por favor... J-Johan... Esposo de Sam S-Shepard. —Le pidió mientras volteaba a mirar emocionado el puntito de la pantalla, el doctor le había dicho que ese punto que veía era el saco vitalino donde su o sus bebés se formarían, luego de serle dicho esto el doctor se retiró busca de su esposo, dejándole sollozando de felicidad, sosteniendo aquel objeto que le permitía ver ese punto que cambiaría su vida.