Notes

Llegar a los 40 puede ser traumático para algunos, indiferente para otros. Para mí fue catastrófico. En el sentido literal de la palabra. Sentí que toda mi vida se derrumó. Todo lo que yo creía que era y que sentía cambió por completo. De más está decir que empecé terapia. Pero eso no alcanza para comprender tamaño cambio en mi vida. Aunque aparentemente sigo haciendo las mismas cosas que antes, el trabajo, la casa, la familia, nada cambió, y sin embargo, todo cambió. Por dentro soy una persona distinta, con otros anhelos, otros miedos, otras expectativas. Siento que pasé los últimos 20 años de mi vida en penumbras. Y un buen día, se hizo la luz. Fue como un acto de magia: ahora no hay nada, y pum! ahora sale una paloma. ¿Dónde estaba la paloma antes de que la pudiera ver? Escondida en el doble fondo de mi alma, esperando el momento propicio para salir a la luz. De la misma forma, encontré otro "yo" que no conocía, o que conocía pero tenía olvidado, y desperté a sentimientos nuevos que hacía mucho que no experimentaba, nuevos miedos, o viejos miedos renovados, nuevas sensaciones que creía perdidas, archivadas en otra etapa de mi vida. Y de a poquito, me fui asomando a este nuevo amanecer del alma, redescubriendo lo que es estar enamorada.