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Seis Formas En Que Las Empresas Pueden Y Deben Comprometerse Con La Equidad Menstrual Ahora
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Enfrente El Estigma No Secular 21 Especias Para Comidas Navideñas Saludables La Cruzada De Las Empresas De Productos Para El Cuidado Menstrual Contra El “impuesto A Los Tampones” No Logra Avances Significativos Seis Activistas Por La Equidad Menstrual Analizan Las Mejores Prácticas En El Activismo Menstrual ¿Por Qué Es Importante Hablar Sobre El Estigma Relacionado Con La Menstruación?

La organización ofrece talleres en colegios y universidades (como Columbia y Bard), solo que cobran a los estudiantes por los materiales. "Tenemos este problema de falta de acceso a productos menstruales en los EE. UU. que nadie está abordando de esta manera sostenible y que se utiliza en todo el mundo", dice Kalish. El movimiento conocido como equidad menstrual o menstrual tiene como objetivo eliminar los impuestos sobre los productos menstruales, así como proporcionar suministros a las personas que más necesitan los productos, como en refugios para personas sin hogar, escuelas y prisiones. Los defensores de la equidad menstrual señalan los desafíos que enfrentan las personas que no pueden acceder a los suministros menstruales, algunos de los cuales incluyen la imposibilidad de asistir al trabajo o la escuela, o problemas de salud como infecciones o síndrome de shock tóxico. En Estados Unidos, el reconocimiento generalizado de la menstruación como fuente de lucha (en los medios de comunicación y entre los formuladores de políticas) es un fenómeno relativamente reciente (Zraick 2018). Como ocurre con la mayoría de las dificultades, las poblaciones marginadas, incluidas las personas pobres, encarceladas y sin hogar, corren mayor riesgo.

Debido a que en Estados Unidos no existe un impuesto nacional sobre las ventas, sino una multitud de códigos tributarios municipales y estatales específicos, es difícil organizar una campaña nacional global. Este movimiento sirve para garantizar que las mujeres de bajos ingresos, los estudiantes de escuelas públicas, las mujeres encarceladas y las residentes de refugios reciban y tengan acceso ilimitado a productos menstruales y para abolir el impuesto a los tampones. En todo el país, las personas que luchan por conseguir productos de higiene adecuados corren el riesgo de sufrir infecciones, faltar a la escuela o el trabajo o tener que elegir entre alimentos y productos para el cuidado menstrual. Carlee Wendell, de 22 años, fundó la organización sin fines de lucro el verano pasado y, con la ayuda de casi una docena de voluntarios habituales, llevó tampones y toallas sanitarias a 10 lugares, la mayoría en Tampa. El conocimiento de los ingredientes y la transparencia son pasos fundamentales hacia la equidad menstrual, por lo que continuamos trabajando junto con nuestros amigos y socios de Women's Voices for the Earth para luchar por un etiquetado preciso en los productos para el cuidado de la menstruación.

Especialmente en los últimos años, cada vez más personas han trabajado para erradicar el "impuesto a los tampones". Veintitrés estados y el Distrito de Columbia han aprobado leyes para eliminar impuestos sobre los productos de época; la más reciente es Virginia, donde la exención fiscal entrará en vigor en enero. El estudio también mostró los desproporcionados impactos raciales y socioeconómicos de la pobreza menstrual: casi una cuarta parte de las encuestadas negras (23%) y latinas (24%) coincidieron firmemente en que habían tenido dificultades para pagar los productos menstruales durante el último año. Y más de un tercio de las mujeres de bajos ingresos encuestadas (38%) informaron haber faltado al trabajo, a la escuela u otros eventos debido a la falta de suministros para la menstruación, según el estudio.

Enfrente El Estigma No Secular

Su galardonado programa de toallas sanitarias Asani ha impactado a millones de niñas al combatir la desigualdad menstrual en las zonas rurales de la India. La ex Secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Rodham Clinton, visitó el programa en febrero de este año para promover la agenda de la Iniciativa Global Clinton (CGI) para brindar oportunidades de empleo y servicios de atención médica a niñas y mujeres.

Las personas sin hogar o encarceladas corren un riesgo particularmente alto de no tener acceso a productos de higiene menstrual adecuados. Un estudio en Obstetricia y Ginecología demostró que el 64% de las mujeres informaron haber tenido alguna vez dificultades para comprar productos menstruales, como toallas sanitarias, tampones o productos reutilizables como copas menstruales. Todas las personas con períodos merecen el derecho a tomar decisiones sobre productos basándose en los ingredientes, y el acceso no debería ser un obstáculo. En primer lugar, existe una pobreza menstrual generalizada, lo que significa que la falta de acceso a productos menstruales hace que las niñas falten a la escuela y las mujeres falten al trabajo. Este no es un impuesto especial o aditivo, ni un “impuesto de lujo” como algunos suponen, sino que es un impuesto regular sobre las ventas que se aplica a los productos menstruales, y oscila entre aproximadamente el 4% y el 10%, según el código tributario estatal.

Los legisladores que propusieron la medida dejaron clara su intención de que el Estado no debería financiar sus necesidades “a costa de las mujeres” (Kasperkevic 2018). Dados los obstáculos innecesarios que han surgido en varias legislaturas estatales, algunos de los cuales se detallan a continuación, las medidas electorales son una palanca importante para lograr cambios y una estrategia para replicar en el futuro. A pesar de esto, en octubre de 2015, nuestra campaña inaugural se lanzó con la primera petición nacional, copatrocinada por la revista Cosmopolitan, “Dejemos de gravar nuestros períodos. Nuestro objetivo principal al enfocar la petición a nivel nacional, en lugar de estado por estado, era plantear el tema con un llamado singular a la acción y luego presionar a los legisladores estatales de todo el país para que actuaran simultáneamente cuando comenzaran las sesiones legislativas de 2016.

21 Especias Para Comidas Navideñas Saludables

La organización identifica los problemas de salud más urgentes que afectan a los 22 millones de mujeres y niñas negras del país e invierte en las mejores estrategias, afiliados y organizaciones que logren sus objetivos. "Un ser humano no debería tener que elegir entre comida y tampones", dijo Geoff Davis, director ejecutivo voluntario de Period Kits, quien agregó que ha escuchado historias de mujeres que ponen periódicos, bolitas de algodón o camisetas en su ropa interior porque no pueden. Period Kits es una organización sin fines de lucro en Colorado que suministra una bolsa de tampones y toallas sanitarias que durará tres meses a personas necesitadas.

Más bien, es un primer paso para abordar el estigma menstrual y ha provocado un debate a nivel nacional porque el “impuesto a los tampones” y la falta de acceso a los productos son ejemplos visibles y tangibles de desigualdades con las que muchas personas pueden identificarse fácilmente. En Estados Unidos, el “impuesto a los tampones” ha ofrecido un foro propicio para la promoción de políticas internas y una oportunidad para desarrollar y probar un lenguaje basado en la equidad para abordar la economía de la menstruación. La Campaña del Período Positivo, que proporcionó 2000 copas menstruales para mujeres y niñas en Kigali, Ruanda y Atlanta, Georgia, es el primer paso para abordar estas desigualdades y proporcionar productos menstruales asequibles.

Los estados de Nueva York e Illinois aprobaron por unanimidad leyes en 2016 que fueron firmadas por los respectivos gobernadores de esos estados (en Nueva York, un demócrata, en Illinois, un republicano), lo que demuestra que existía un compromiso bipartidista con el tema. En la sesión legislativa de 2017, Florida aprobó con éxito una exención de impuestos para los productos menstruales, firmada también por un gobernador republicano. Y en 2018, Connecticut se convirtió en el siguiente estado en eliminar el impuesto mediante legislación. En la capital del país, el Consejo de Washington, DC eximió a los productos menstruales del impuesto sobre las ventas en 2016. El día de las elecciones de 2018, los votantes de Nevada aprobaron la primera medida electoral sobre el impuesto a los tampones.
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