Notes

¿Alguna vez has escuchado esas pequeñas voces que yacen en lo más profundo de tu cabeza repitiéndote todo aquello que puede llegar a dañarte cada vez que tienen la oportunidad? Porque yo sí, hay muchas veces en las que esos pequeños demonios te hablan, pero no para aconsejarte o ayudarte, sino al contrario, sólo para hacerte sentir cada vez aún peor, dañándote poco a poco, haciendo que te carcomas lentamente, no quieres escucharlas, no quieres hacerles caso y sin embargo, no puedes, porque esas voces parecen tener control sobre ti, aunque solamente creemos que están ahí cuando no es así, nos metemos en la cabeza, martilleándonos por hacer el vano esfuerzo de no pensar en lo malo y dejar que esas voces imaginarias puedan más que tú, ellas ganan, siempre parecen conseguir lo que quieren, hacer que termines rompiéndote y no poder hacer nada al respecto, ¿Por qué? Porque nos convencemos de que todo lo que dicen, es cierto. Pero hay algo que yo siempre me pregunto, ¿Por qué tenemos que lidiar con esas voces? ¿Por qué pueden más que nosotros? ¿Por qué nos intentan controlar con unas simples palabras que ni siquiera queremos pronunciarlas porque sabemos que nos afectará? No lo sé, y hasta ahora no le encuentro sentido o respuestas a mi interrogativa. Siempre he tenido que lidiar con las opiniones ajenas, con los comentarios innecesarios, con las personas falsas, con las críticas estúpidas, a veces me gustaría simplemente ignorarlas y no darles importancia, pero ¿Cómo hacer que todas esas cosas no me afecten? Aunque no parezca, hay cosas que sí me duelen, energúmena, hipócrita, patética, ridícula, falsa, infantil, hormonal, estúpida, perra, zorra, amargada, posesiva, mandona, y mucho más, ¿Qué puedo hacer para que ya no me crean así? No quiero cambiar, yo soy así, no me considero de esa manera, sé quién soy y cómo soy, aunque la opinión de alguien más tenga que ignorarla ni prestarle atención, es imposible, y ahí es cuando entran esas famosas voces que sólo se ríen de ti y disfrutan ver cómo sufres.