Notes

Querido Mikháil.
Nunca encontré las palabras adecuadas para despedirme, ni pude descifrar lo que mi corazón realmente quería pedirte a la hora de verte ir, tampoco obtuve la suficiente fuerza para apaciguar el dolor y no molestarte más. Realmente no entiendo el por qué siempre voy detrás. ¿Busco algo? Sí, claro que sí, te busco a ti en cada dimensión que hay y eso no me molesta en lo absoluto porque eres tú. Los adiós jamás me han gustado y para este entonces ya deberías conocerlo y darte cuenta que cuando pasa, me encuentro sumamente devastada. Sueles mencionarme lo mucho que me amas y te haces ver muy confiado al darle fin a todo, incluso luces seguro al decirme que estaré bien y que en un futuro seguiré brillando.
Los momentos contigo se sintieron cálidos como un día de verano, de esos que nunca quieren acabarse. Mantuvimos la llama de este amor viva por mucho tiempo, ¿no lo crees? Y si estuviera en mis manos, lucharía para que esto continuara así, aunque me temo que una decisión se conforman de dos personas, no de una sola. Toda la vida me ha encantado la idea de enamorarme perdidamente de alguien, sentía envidia por las personas que podían experimentar eso y me encerraba en una burbuja para terminar considerando que el tener algo bonito no era lo mío, hasta que llegaste tú. En el “corto” tiempo que pudimos estar juntos viví y atesoré cada momento como si fuera el último, siempre me gustó la idea de tener un compañero de vida y realmente nunca me molestó la idea de que fueras el mío. Al fin y al cabo ya había encontrado a mi persona, ¿no? Supe que eras el amor de mi vida en un instante, y supe que te amaba desde la primera vez que pude hablarte. Me quedaba perpleja, te veía tan de lejos que temía acercarme y dañar las cosas, pero no fue así. Todos los romances tienen problemas ya que ninguno es perfecto, siempre hay diferencias, malentendidos y cosas que pueden llegar a afectarnos, pero siempre es bonito y agradable saber reconocer sus errores y disculparse, es un método de crecimiento más positivo.
Por ti aprendí hasta lo imposible, cambié con el paso del tiempo alguna de las cosas que te hacían sentir mal porque realmente quería tenerte conmigo, no me quejé de ello porque me pareció un acto de amor puro y real. Siempre creí que tu corazón me pertenecía, al grado en que me sentía capaz de abandonar cualquier cosa con tal de tenerte a mi lado. Si me lo hubieras pedido, o si al menos me lo hubieras permitido, yo hubiera luchado con tus hermosos demonios que la mayoría del tiempo eran ángeles solo para verte sonreír. Eres el tesoro más grande de mi vida y estoy segura que así será por mucho tiempo.
No te preocupes, rencor nunca habrá, mucho menos odio. No podría, tampoco quiero sentir eso por la persona que más he amado, así que puedes irte en paz para poder encontrar y descifrar toda tu felicidad al pie de la letra. Así que espero que continúes teniendo días soleados y atardeceres bonitos. ¡No me olvides! O al menos no tan pronto.
Aunque me pidas que no me sienta mal, es algo inevitable porque todas las rupturas duelen, una más que otras, pero terminan haciéndolo. Sé muy feliz y encuentra calma. Eres y siempre serás el más bonito recuerdo de todos mis romances, amorcito de mi vida. Serás mi cachorroto por y para siempre.
Eres el atardecer más hermoso de toda mi existencia, estoy agradecida de haber compartido momentos tan gratos a tu lado.

Con amor,
Hizis.