Notes

Nadie cree que pueda guardar un secreto



Culpo a mi madre por capacitarme para decir lo que ella llamó la Verdad y lo que otras personas llaman decirle al mundo los negocios privados de todos


La semana pasada, X llamó y me dijo que estaba terriblemente preocupada por algo que le había dicho a Y y que no sabía qué hacer al respecto. Unas horas más tarde, Y llamó y dijo que sospechaba que X estaba preocupada por lo que había dicho, y pensó que debería enviarle un correo electrónico a X y tranquilizarla, ¿y pensé que era una buena idea? ¿Y X estaba preocupado por eso?

"Sí", parloteé. "Ella lo era, y qué buena idea enviarle un correo electrónico". Entonces X sonó, muy enojado porque le había dicho a Y que ella había estado preocupada, a pesar de que Y me preguntó primero y solo estaba de acuerdo con ella, y ahora se lo he contado a todos los lectores, lo que lo hace cientos de veces peor. pero en realidad no, porque no sabes quiénes son X e Y, así que espero que ni siquiera se crucen. De todos modos, esto es sólo una pequeña indiscreción, en comparación con algunos de los parloteos que he hecho, incluso cuando me he esforzado mucho en no hacerlo.

Una vez parloteé sobre el novio de Z, frente a su otro novio, aunque, cuando entré a la habitación, me recordaba que en ningún caso debía mencionar el nombre de A frente a B. ¿cómo? ¿Por qué? Simplemente salió de mi boca, un milisegundo antes de que mi cerebro le dijera que no lo hiciera.

Culpo a mi madre, a quien mi padre llamaba Blabbermouth, por capacitarme para decir lo que ella llamó la Verdad y lo que otras personas llaman contarle al mundo los negocios privados de todos.

Al menos no soy el único. Mavis parloteó delante de mi madre que mi entonces pareja estaba a punto de mudarse con nosotros, antes de que yo misma se lo dijera. PREPAGOS en Suba tan asustada que logré mantenerlo en secreto, pero Mavis soltó los frijoles. Un poco de alivio en cierto modo. La verdad estaba fuera.

Curiosamente, nadie cree ahora que pueda guardar un secreto. Pero puedo. Honestamente. Tengo muchísimos, que me acompañarán a la tumba. Pero no puedo probarlo, porque nunca debo decirlo. Tan injusto.



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