Notes

Me revolucionaste la vida. Fuiste como un torbellino que me arrastró tan fuerte, que mis ideas se mezclaron. Siento que ya no puedo ni escribir una frase coherente. Ni hablar de escribir la novela. Creo que me robaste todas las palabras dulces y tiernas. Todo lo que quiero escribir paarece ya escrito.
Subiste la temperatura de mi alma y de mi cuerpo de una forma que nunca imaginé. Y todo eso me dio miedo. Sentí que perdía el control de mí misma y eso me asustó. Tus ganas de emborracharme no me dieron mucha confianza, y tu forma de asegurar que yo te iba a pedir que me hagas algo que ahora no quiero, fue demsiado para mí. Creo que perdí la cordura, que me estalló la mente de tanto pensar, todavía no puedo volver a lo que era, mi cabeza quedó hecha picadillo. Así que, si te enojaste, a mí me vino muy bien para aquietar las aguas turbulentas de mi alma.
Ahora pienso dedicarme a la pintura, a ver si eso demanda un poco menos de cerebro y me ayuda a descansar.
Hoy fui a ver una obra de teatro, y me sentí cerca tuyo. Al menos en el pensamiento. Sé que no querés saber nada de mí, y eso me ayuda a mantener cierto equilibrio. Si no hubiéramos cortado ahí, no sé qué hubiera sido de mí. Porque mi vida, mis pensamientos y mis sentimientos tomaron un curso muy raro, al menos a mi parecer.
Fuiste y sos muy importante para mí, porque me abriste las puertas a un mundo nuevo, el de la literatura, los escritores, el arte.
Y quiero seguir por ese camino. No sé si podré seguir escribiendo, al menos para publicar, sé que voy a seguir escribiendo para mí, todos mis sentimientos que no puedo expresar. Pero no sé si seguiré publicando cosas. En principio porque ya no tengo editor, pero tampoco puedo escribir... ¿Cómo lograste ese efecto desvastador en mí? Tan dulce que parecías, me desataste tormentas internas que todavía no puedo acallar.
Fuiste uno de los pocos hombres que quise satisfacer, pero me da la sensación de que hiciera lo que hiciera, siempre era poco para vos.

A pesar de todo, volví a escribir. Creo que el texto de hoy no tiene tanta poesía y glamour como lo que escribía antes, pero es algo. Supongo que iré recuperando la capacidad de escribir de a poco, haciéndolo lentamente. Hoy se me ocurrió una idea que nunca creí que iba a usar, pero parece ser tan válida como cualquier otra. Y todo, gracias a tu amigo Miguel.
A pesar de que todavía me duele tu distancia, volví a ser feliz viendo a Pablo hacerme ojitos. Fue increíble, tiene esas reacciones de chico travieso, de nene grande, que me divierten tanto. Y al mismo tiemo me derriten, porque me provoca mucha ternura.