Notes

Se me juntó todo, toda clase de emociones: por un lado bronca por haberme perdido, no es algo que me suele suceder, tenía ganas de gritarle a Julio que me había perdido por su culpa.
Por otro lado, remordimiento, porque dejé a Pablo con dolor de cabeza y que quería irse y no se fue porque yo me iba. Por otro lado, cansancio, de haber dormido poco.
Por otro lado, frustración, porque el día no me salió como yo quería, porque Pablo tal vez esperaba otra cosa de mí, aunque le di los mejores consejos en materia oftalmológica, pero me hubiera dicho en ese momento que se quería ir y lo dejaba ir en mi lugar
Pero también sentí miedo, no sabía si me estaba metiendo en lugares peligrosos, y lo peor, estaba desorientada. algo que me pasa pocas veces.
Además, sabía que no llegaría a la cita con Sandra, que estaba haciendo maniobras prohibidas, pero a esa altura sólo quería salir del lugar donde estaba.
Lo llamé a Julio para que me ayude y no lo supo hacer, y cuando llegué a casa, no sólo era un mar de lágrimas y no le dirigí la palabra a Julio, sino que estaba segura que le quería pedir la separación.
Cuando Julio entró a casa, yo todavía no podíá parar de llorar, había volcado el contenido de mi cartera en la cama, y él pacientemente lo juntó, entonces desparramé un par de cosas más para sentirme a gusto.
No logré explicarle a Julio la situación, aunque me lo preguntó. Tampoco le dije que quería separarme.
Todavía tengo ganas de tirar y romper cosas, y no logro tener un pensamiento claro. Además, tengo la tortura de tener mucho trabajo pendiente, y no poder darme el lujo de dormir.
Para tratar de calmarme, estoy escribiendo estas líneas, pero sólo logro seguir llorando más tranquila, pero no puedo parar de llorar.
También estoy empezando a tener dolor de cabeza y recién me doy cuenta que agarré el cuaderno al revés.
Mañana tengo una reunión con Pablo y otra gente en Hurlingham, donde sueño que pase algo. Pero sé que no va a pasar. Por momentos, creo que va a hablarme, pero no lo hace.
Hoy a la tarde me estuve escribiendo con mi ex-jefe, me sigue pidiendo que vuelva, y yo que me niego, pero si con mi jefe no pasa nada, tal vez acepte.
Julio no sabe qué hacer mientras lloro, sólo una vez me preguntó qué pasó, y ahora está ordenando todo y yo preferiría que deje todo sin hacer. Ya sé que no lo amo, y creo que nunca lo amé, pero es el hombre que me cuida y me ama y por eso lo respeto y le miento amor. Si tengo relaciones con él, estoy pensando en Pablo.
Pero nunca lo voy a decir, aunque muchas veces me siento tentada de hacerlo.
Mi conflicto interior se hace muy intenso por momentos. Siento que voy a estallar, pero después me calmo y todo se estabiliza. No quiero decir que vuelve a la normalidad, porque después de cumplir 40 mi vida ya no fue la misma. Ya no sé qué es lo normal, o tal vez no quiero volver a la "normalidad". O tal vez no puedo, mi corazón se sacudió de tal manera al conocer a Pablo que me da miedo.
Llegué a casa hace más de una hora, y no logro volver a la calma. Julio no sabe qué hacer, pero en ningún momento me abrazó, ni intentó calmarme.
Estoy atacando un paquete de bizcochos de arroz que me encantan, a ver si eso me ayuda.
Tal vez me dolió demasiado verlo mal, aunque no es la primera vez que le duele la cabeza. Estoy preocupada por la salud de Pablo. Mi amorcito no se merece esto, es demasiado bueno para sufrir tanto.
Le mandé un mensaje a Pablo para saber si estaba mejor y su respuesta positiva (carita sonriente incluida) me tranquilizó y hasta me reí de un chiste que leí en twitter. Ahora todo es más fácil. Hoy, hablando con él, dibujé un sol en mi hoja. Creo que lo hice porque él es el sol para mí, y porque me avergonzaría dibujar un corazón.

Durante la reunión del viernes, me pareció que me miraba, cuando yo lo miraba ¿sentirá algo por mí? ¿sera verdad cuando me dijo que me iba a extrañar? ¿Qué habrá pasado cuando yo no estaba? ¿Por qué Mario me preguntó por él? Marigel tambén me preguntó por él, diciéndome "tu peor es nada"...