Notes

"Sabía que estabas triste. Había salido de la ducha, y estaba solo en mis boxers, realizando mi higiene bucal cuando escuché un estruendo proveniente de mi dormitorio. Algo había caído. Me di cuenta de que era para captar mi atención, ya que no había nada que pudiera estar en riesgo de caer sin que hubiera un agente detrás. Me dirigí a la habitación correspondiente. Identifiqué lo que había caído y lo volví a colocar en su lugar. Conversé con mis mentores espirituales y les pregunté qué debía ver en el dormitorio para haber sido atraído allí de esa manera. Mi mirada fue atraída hacia nuestros tótems: mi Mono de peluche de brazos y piernas largas y la Santita de fieltro que te representa. Tu Santita parecía triste y mi Mono parecía preocupado por ella. Comprendí lo que debía observar y lo que debía hacer a continuación. Me acerqué al lugar donde los guardo y los reajusté. Al tocarlos, la Santita pareció menos triste. Calenté mis palmas, frotándolas una contra la otra para activar los chakras y, cuando sentí que era el momento, envolví tu Santita entre mis manos. Sentí cómo mi energía se deslizaba suavemente de mí hacia ella. Una vez concluida la transferencia energética, ajusté la posición de ambos y les apliqué mi perfume, ese que sé que te tranquiliza cuando lo sientes". Mientras estabas sentada en mis piernas, con tu cabeza descansando sobre mi hombro, mis brazos envolvían tu pequeño cuerpo. Mi propio cuerpo, tan grande en comparación con el tuyo, nos mecía muy, muy suavemente, como un péndulo hipnótico, de un lado a otro. Mi relato se desenrollaba en una entonación serena, sin prisas, con mis labios cerca de tu oído y mi respiración acariciando tu cuello. Al finalizar, mis labios se posaron sobre tu cuello, y me quedé allí un instante antes de besarlo, inhalando tu fragancia. "Cuando te sientas lista, prepararé la bañera, hija mía", murmuré, dejando que mis labios volvieran a deslizarse suavemente sobre tu piel. "Por cierto, tengo tres cosas fascinantes que contarte, cosas que solo nosotros dos comprendemos lo extraordinarias que son. Te las contaré mientras te baño, preciosa".