Notes

¿Esto es real? ¿La hermosa Julieta está pidiendo un beso de mis labios? Pellizcame, amada mía y hazme saber entonces que esto no es un sueño o un desvarío de mi mente traicionera. Oh, mi Julieta, sólo Dios sabe cuán afortunado soy al tener la oportunidad de poder rozar esos labios de apariencia tan suave con los míos. -El joven se cabellera pelinegra pronunció aquellas palabras como si de una especie de confesión lujuriosa se tratara, estas se las dedicó exclusivamente a ella, ¿Para quién sino serían sus rimas o sus confesiones espontáneas?. En el transcurso de estas palabras fue dando varios pasos hacia donde ella se encontraba, acortando la distancia que había entre ambos, en un principio vacilantes, pero poco después seguros y con decisión. Sus ojos buscaron los ajenos y cuando la distancia fue la suficiente como para poder sentir aquel rostro muy cerca del propio, sus manos instintivamente viajaron a este, lo acunaron y dejaron allí varias caricias, de alguna manera sentía como su respiración agitada se mezclaba con la ajena, sus ojos ya no miraban los contrarios, en realidad ahora estaban posados en algo más importante, aquellos labios que tanto deseaba besar antaño y no se privó de ello ni un sólo segundo más. Cerró sus ojos, acercó un poco más su rostro al ajeno y depósito un beso, uno lento y suave en un principio, mostraba la delicadeza digna de aquel momento tan especial, no buscaba ser brusco en un comienzo, en realidad trataba de hacerla sentir un poco más segura y tranquila, aunque quizás fuese más por calmar su desbocado corazón.