Notes

A mí siempre me costó esto de decir lo que siento, por eso actuaba de una forma en la que a veces no era como yo quería realmente, causando que te sintieras mal y lo mismo a las pocas amistades que tenía. Si no me importaras no estuviera intentando seguir tus pasos, como una sombra, al menos un poco, de modo en que pueda saber si estás bien porque eso siempre me ha importado mucho. Llegué a ver cuando respondías diciendo lo mal que estabas y sí, deseaba acercarme, pero también pensaba en que algunas de esas razones por las que estabas así yo era el causante entonces me echaba hacia atrás. Se me hizo difícil decir un adiós temporal porque jamás lo sería para siempre si todavía me importas y todavía te quiero. Es tan difícil, ¿sabes? Estar así y pensar del modo en el que lo hago, con mis pensamientos destruyéndome y que cuando suelto cosas como “Quiero morirme” aunque en su momento sea de broma, lastime a los demás y al final ocasione que se marchen o resulte ser una decepción (como siempre). Es difícil porque me acostumbré a ver cómo se fijaban en todo lo malo que hacía y a vivir con eso de recalcármelo hasta entender que era cierto; diciendo un montón de mierda y más que yo sólo puedo creer porque al final siempre termino destruyendo lo bueno que tengo y que venga alguien, quien sea (ahora tú) a hacerme cambiar de opinión y a hacerme ver cosas de mí que yo no tenía idea que era bueno, es difícil de aceptar y por eso al negármelo a mí mismo y no aceptarlo es que también te herí a ti. Porque dejé de creer en mí, pero siempre me gustó que estuvieras a mi lado diciéndome cualquier cosa, esforzándote. Eso era mejor que nada. Y yo, yo presioné con conocerte de modo en que pude conocer cosas de ti también que creí que no serías capaz de demostrar además de lo que en un principio vi. Siempre me has parecido diferente e increíble. Me afecta todo esto por igual, pero también me resulta difícil dejar de pensar en ti porque no puedo actuar como si me fueras insignificante, a pesar de todo, eso no cambia y no cambiará.