Notes

Luego de salir cuarto, rozando el filo de la eliminación en la Rostelecom del 2015, sabía que sus posibilidades eran demasiado pocas.
Era su primera vez en el Grand Prix Final , sus nervios estaban carcomiendo la poca racionalidad y cordura que poseía, ni hablar de su autoestima; estaba por debajo de las cuchillas de sus patines devanandose mil partes en cada segundo.
Aquel año el grand Prix tenía potenciales campeones pero nadie como su idolo, su admiración echa humano.
De pie en los estrechos pasillos de espera "Pulia" su rutina libre, la rutina de programa corto( con un tema viejo de Luna sea, una banda simbólica de su país y reconocida mundialmente al igual que XJapan.)Había sido apenas suficiente para estar en el quinto lugar.
Ahora el programa largo sería representado por Bitter Sweet Symphony de The Verve.
Daba su ultimo calientamiento a los miembros superiores, su punto fuerte siempre habían sido los giros y secuencias de coteografia, más los saltos eran otro cantar, demasiado pobre demasiado insulso...
Sus nervios comenzaban a consumirlo, el calambre en su estómago subió a su espalda y no fue capaz de escuchar por los altavoces del recinto.su nombre.
Celestino, su Coach apoyo y luego palmeo su hombro haciéndole respingar, temblaba sin control, por algun motivo... Ya conocía su sentencia.
Trago grueso sintiendo que quedaba atorada la saliva en alguna parte superior de su garganta.
Se quitó la campera del equipo nacional japonés y accedió a la pista en si, a pocos metros, camino con Celestino que le hablaba y hablaba y el solo asentia, nervioso, casi febril...Un monstruo de hielo apunto de comérselo de un solo bocado.
Junto sus manos y envío una plegaria a Buda. Que los dioses tuviesen piedad de el.
Quitó los protectores y se los entrego a Celestino antes de snetir la palmada en la espalda.
Era la hora y por más.que mirara la pista, era como una sentencia de muerte
_______________________
Desde que entró en el recinto, la presión del público y sus inevitables expectativas habían pasado a un segundo plano. Viktor seguía sintiendo los nervios previos a su presentación, por supuesto, él seguía amando su profesión como el primer día, sino más, y aún tenía cierto miedo a no poder darlo todo de sí mismo en la pista, pero con el tiempo había aprendido a dejar aquellas sensaciones de lado para que no le impidieran centrarse en lo más importante: conseguir el oro.

En una carrera como la que había elegido aquello era esencial. Todo patinador que se preciara debía forjar una férrea confianza en sus acciones y, además, tenía que ser capaz de actuar con normalidad bajo el peso de las circunstancias. Era el reto más difícil.

Como uno más del público, aunque en un asiento un tanto más privilegiado, Viktor se acomodó para ver las rutinas de sus compañeros. A lo largo de su estancia en el hielo había conocido a muchos que se regocijaban del fracaso ajeno si eso traía consigo la victoria propia; él, sin embargo, amaba disfrutar del patinaje en sí y siempre que podía aprovechaba para ver a sus contrincantes en vivo. La época de calentar en los pasillos con los oídos ocupados con su música habían pasado hacía mucho tiempo.

Observó con atención los movimientos de Michele Crispino, que había quedado último en el programa corto, y supo, al igual que muchos otros, que aquella posición no variaría mucho gracias a aquella nueva ejecución. Muy mal le tendría que ir al resto para que el italiano lograra clasificar. Aplaudió junto al resto y, cuando llegó el turno Yuri Katsuki inconscientemente se inclinó hacia adelante.

Realmente le resultaban cautivadores los movimientos que tenía el japonés y deseaba ver su desempeño en aquel programa. A pesar de la distancia podía leer en su rostro como si fuera un libro abierto y se temió lo peor. "Tienes que deshacerte de esos nervios antes de pisar el hielo, Yuuri Katsuki" pensó, y nada más le habría gustado que poder decírselo. Pocas cosas había que detestara más que el talento arruinado por la presión. Las cuchillas del japonés se deslizaron sobre el hielo y no le quedó más remedio que permanecer allí sentado, expectante, tan interesado como, sin demostrarlo, lo estaba el Yuri ruso.
___________________________
Salió a la pista deslizándose y en alza sus brazos alzansaron con sutil galantería la parte superior de sus hombros antes de dar un medio giró.
En su cabeza el temporizador ya había comenzado, mientras alzaba el rostro hacia las luces en un ángulo medio, mostrando la elegancia de su cuello, y la rectitud fluida de sus hombros.
Y comenzó.
Los violines en sincronía resonaron bañando el recinto con aquella melodía tan conocida .
La primer parte podía hacerla, podía...Claro que sí.
Giró en bloque sin despegarse del suelo y fluía con la música a tal grado que los expectantes podrían creer si quisieran que la melodia iba siendo compuesta por el mismo cuerpo que ahora se deslizaba por la pista.
Llegó el primer salto, un Toe lop seguido de un doble que debería haber sido un triple común.
Su pierna no había dado el impulso deseado y chasqueó la lengua cambiando radicalmente su rostro, el poco insentivo que sostuvo por la musica, el primer fallo lo absorbio como peregrino en el desierto.
Siguió con un giro de Camel invertido donde dio potencia a su giro pero luego d ella pirueta deslizándose hacia el costado norte el Salchow mordió el hielo y lo envío de espaldas al hielo golpeando con violencia su trasero.
Un golpe bastante feo, y con mucho descuento en su programa.
Alzándose con rapidez intento volver a tener el control de su programa con furia, llevado por la angustia de saber que ya con los contados errores terminaría por último lugar.
La música seguía sonando y el queriendo volver al terminar de secuencia. Hizo un flip doble en secuencia de dos y cuando quiso alcamzar en alzas el triple Axel su pierna no soporto el esfuerzo volviéndolo a mandar al hielo
Los sonidos provenientes de las gradas, los tremendos "Oohhh , Uhhhhhhhhh..."Eran horribles gritos taladrando le la cabeza.
Que desonrra, que golpe tan duro en su orgullo...
Estaba devastado.
Por fin acabo el programa cono comenzó con la coordinación perfecta de los violines y un Katsuki que apenas y pudo enderezar su espalda que formó un hermoso arco elevando sus brazos en cruz hacia lo mas alto del recinto.
No quería por aplausos. No quería nada de lo que la gente le enviaba a la pista.
Roto por mil partes hizo una reverencia al publico y se enfiló hacia la salida en silencio con las lagrimas ardiendole queriendo desbordarlo todo.
Celestino lo recibió sosteniendole por los hombros, queriendo darle ánimos mientras del Pelinegro no podía alzar el rostro, avergonzado ...¿Su ídolo lo habría visto? Habría sigo una vergüenza aún mayor ni siquiera quiso pisar el Kiss and cry pero.tuvo que hacerlo para la puntuación.
Cuando fue entregada su puntuación bajo la cabeza y se rompió cubriéndose con las manos el rostro odiándose a si mismo no tener una mayor seguridad, ser tan mediocre....En ese momento se planteó en colgar de una vez sus patines y decir adiós al mundo del patinaje artístico
______________________
Su rostro permaneció estoico la mayor parte del tiempo. En aquellas situaciones Viktor pensaba más con la cabeza que con el corazón, de modo que rara vez dejaba entrever sus emociones; si alguien lo estuviera mirando en ese instante posiblemente habría pensado que estaba molesto, irritado o enfadado. Su lengua chasqueó contra sus dientes cuando se cayó en aquel salto. Aquel chico realmente podía tener a las gradas a sus pies con sus hermosas secuencias de pasos, sus movimientos tenían una singularidad y elegancia envidiables. Sin embargo... Se dejó caer en su asiento de nuevo cuando su actuación terminó. Si Crispino necesitaba mucha, mucha suerte para lograr clasificar, Katsuki requería de un milagro.

Viktor, como admirador que era del mejor patinador japonés de aquellos tiempos, temía que la decepción pudiera con la determinación de Yuri; aunque, a decir verdad, él no tenía ni idea de cómo era realmente aquel muchacho. No tenía relación más allá de lo profesional con ningún otro patinador que no fuera Giacometti, así que lo único que podía hacer cuando aquellas dudas le asaltaban era resignarse y esperar junto con el resto de fans a la resolución final.

No se movió del sitio hasta que Jean Jacques Leroy pisó el kiss and cry con su característica pose, feliz con su temporal segundo puesto, siendo superado por Christophe. El ruso estaba convencido de que aquel oro también iba a ser suyo. Se sentía confiado y preparado para todo lo que le viniera encima. Se levantó, dejando a Yuri en su asiento y fue acompañado hasta la entrada a la pista por Yakov.

Por fuera podía parecer tan amable como siempre, pero entrenador y pupilo sabían que el más pequeño ya se había resguardado en su burbuja, dispuesto a emprender aquella nueva lucha, como siempre, solo. Viktor no se dejaba apoyar por Yakov y éste no sentía la necesidad de pronunciar palabras vanas. Desde que entró bajo su tutela había sido así y ya era demasiado tarde como para cambiarlo.

Durante unos instantes, cuando las cuchillas de sus patines entraron en contacto con el hielo, Viktor sintió que no era capaz de superarse a sí mismo. Él siempre daba lo mejor de sí en cada coreografía, seleccionaba cada canción con mimo buscando sorprender al público yendo siempre un paso más allá, sin embargo, sabía que pronto llegaría al final del camino y ya no habría lugar al que dirigirse. Ya no habría más metas que derribar. Él tenía el monopolio del hielo y, por tanto, su mayor enemigo era él.

Apretó la mandíbula durante los segundos que tardó en frenar en mitad de la pista y de nuevo volvió a ser el mismo de siempre. Relajó los brazos, cerró los ojos y orientó su rostro al cielo. La música dio inicio y dejó de haber mundo para él. Dejó de patinar para el resto de espectadores y se encerró aún más en su burbuja. Cuando posó sus ojos más allá de los focos de luz abandonó toda inquietud, dejó que la leyenda resurgiera. Y entonces giró, se abrazó, y comenzó a deslizarse por la pista, adueñándose de ella. Se preparó para el primer salto y aterrizó tras el lutz cuádruple con los brazos alzados. Sus movimientos eran fluidos, como si besar el suelo con las cuchillas fuera más natural en él que ir andando sobre tierra.

Continuó moviéndose y realizó el salto que le había llevado a la absoluta fama. Su salto. Y cuando lo consiguió, en lo más recóndito de su mente se dijo que ya estaba hecho. Que lo había conseguido. Si bien no debía ser tan vanidoso, lo supo, y más relajado que nunca continuó con su programa. Apenas fue consciente de los aplausos y los vítores a su alrededor. Tan solo el hermoso aria seleccionado y él existían en su mundo.

Giró sobre sí mismo, sus piernas y torso en perfectos noventa grados, sus brazos acompañando el movimiento con gracilidad.

Flexionó las rodillas, sus brazos aclamaron al cielo, tomó su alma con las manos, la entregó al hielo.

Un sencillo acompañado de florituras con sus brazos, pirueta saltada baja. Dos nuevos cuádruples que dejó de pensarlos y pasó a sentirlos. Tras una nueva secuencia alternada con dos triples, vinieron el loe toop cuádruple seguido de otro triple. Y finalmente, impecable, invicto, tras una nueva pirueta, cruzó sus brazos en dirección al cielo.

Y aunque sabía que muy pocos serían capaces de entender el porqué de ese cierre de su rutina, Viktor demostró que él solo, cerrándose al resto del mundo, lo había vuelto a conseguir.

Su respiración entrecortada no impidió que de inmediato saludara al público y dedicara gráciles reverencias en diferentes direcciones. Las chiquillas comenzaron a recoger todo aquello que los espectadores lanzaban a la pista y él se reunió con Yakov, saliendo de su etérea burbuja y regresando a la vida real.

Reaccionó como siempre ante su victoria, aunque en sus sonrisas se podía entrever las ansias de más. Para el ruso nunca era suficiente, nunca estaba del todo satisfecho. Jamás lo estaría, ya que de lo contrario abandonaría la pasión que le dedicaba.

El resto sucedió rápido. La clasificación, la entrega de medallas y su mítico beso al oro, que afianzaba la promesa que aseguraba que aún quedaba Viktor Nikiforov para rato, por mucho que los medios de comunicación se empeñaran en asegurar que su retiro era inminente.
_______________________
Se había negado a ver a los demás participantes, no quería sentirse más humillado de lo que ya se encontraba, incluso se alejó de los monitores en los pasillos, varios de aquellos participantes al pasar le miraban con pena, otros con burla descarada.
Temblaba de humillación, como japonés siempre estaba por ensima el honor, el orgullo, y ahora era vilmente pisoteado, su familia; ¿Que pensaría de el? , su madre ...Debía llamarla, si la llamaría pronto, ahora...

Se levanto de su asiento entre los rumores de los comentaristas sobre Jean Jacques Leroy había que desbancado a El Suizo Giacometti y Altin Otabeck el Kazajo serían los que ya oficialmente pisarian el podio.
El nombre de Viktor Nikíforov fue anunciado y entre su andar desesperado por salir de allí, algo o alguien lo retuvo,fue como un lazo o finos hilos que lo enroscaron y tirararo de el nuevamente hacia la pista, sus pies fueron como llevados por alguna entidad paranormal hasta detrás de la barra de seguridad de la pista.
A metros suyo, el destellante y maravilloso Viktor Nikíforov hacia alzar a la gente de sus asientos y aplaudirle de pie con solo deslizarse por la pista hasta la mitad de esta y acomodarse para el inicio de su programa libre, Aria (Stay Close to Me) O originalmente llamado Aria (Stammi vicino, non te ne andare)...La pieza más conmovedora que había escuchado en su vida, luego de la proclamado"Fantasma de la ópera"
Para el aquel título era transcrito como Hanarezu ni soba ni ite, su letra lo conmovía al punto del llanto, era tan empatico a esa pieza de música, se envolvía en sus palabras y las hacia propia en tempo sobre el hielo.
Lo había visto practicar aquella mañana en el entrenamiento público y como muchos otros, quedo embobado con la fluidez y gracia de los movimientos, era como un ser alado alzando sus alas y haciéndolas aparte de su baile, de su llamado al ser que se encontraba entre la bruma invitándole a acompañarle y abandonar la soledad.

Ahora su admiración echa hombre lo hacía incluso aún más hermoso, con su traje ondeandose al viento entre brumas de hielo que crea a los patines por el solo echo de moverse en hielo, empapando los zapatos de rocío .
En su retina se grabaría aquella coreografía como única e imbatibles jamás superada, su favorita y en el apogeo emosionado de aquella performance sus mejillas se bañaron en lágrimas ante la magneficencia sublime, exquisita de aquel hombre haciendo historia.
Estaba cautivado completamente a la emosión de ese baile, incluso llegando al punto de sentirse un estúpido sintiéndose que aquella persona por la cual el tenor pedía a viva voz que no se apartará de su lado, que se quedará y jamás se fuera de su lado, era el.
Quién mejor que el comprendía la soledad, el desespero por sentir como ahogaba y jalaba haciéndote caer en un pozo profundo.
La ovación hacia Viktor Nikíforov coronó sin previas, sin puntaje al nuevo campeón. Por quinta vez consecutiva, El Ruso, la leyenda viviente del patinaje mundial era coronado campeón del mundo.

Ahí tan imponente y maravilloso en el podio, tanto que dolía, beso el oro y lo mostró al mundo con la sonrisa más ancha.
Había acabado... Era hora de decir adios.no quería exhibición de gala, no quería el banquete de gala tampoco, quería volver al hotel, dormir y a la mañana siguiente volver a Detroit terminar su carrera ¿Y luego que?...
Luego vería, por el momento en su su mente y corazón el patín artístico le dolía.
Se retiró hacia los pasillos ignorando aquellos hilos que querían obligarle a volver, de escabulló de la gente a los baños públicos donde buscando talvez Consuelo llamo a su a su madre, y está diciéndole que incluso hasta habían comprado una tele mas grande para verle con público.
El nudo en su garganta lo volvió a dejar fuera de batalla y pidiéndole perdón a su madre corto la comunicación echándose a llorar talvez por cuarta vez aquel día.
____________________