Notes

Hay días en los que soy egoísta. Quisiera gritar hasta mi garganta sentirla sangrar, gritar lo mucho que odio al destino por enseñarme la divinidad de la realidad en la que yo existo, ponérmelo casi tan cerca de lo que tengo los dientes a la lengua y hacerlo desparecer en esa milésima de segundo en el que entrechoco mis pestañas unas con otras y abro mis ojos para ver que no hay nada, nada más que un vacío que como debe ser, tan solo puede volver a llenarse si vuelves a mi. A veces creo que es ilógico, eres incomprensible e incoherente, pero en el fondo sé que eres todo eso a gusto mío por yo no saber, o no querer, comprenderte al completo, así es más doloroso o curioso, no puedo mentirte. Creo que yo soy todo eso, espero que me perdones si te cuento que he llorado por ti, a veces suelo hacerlo. En ocasiones estoy alegre, otras me siento desdichada por no poderte alcanzar aun deseándolo con todas las angustiadas venas de mi cerebro y mi corazón y en otras, tan solo dejo de pensar y me pierdo entre los impulsos de tu atracción. Ahora quisiera estar en silencio, aunque creo que aun no he podido pronunciar ni media palabra fuera de mi cabeza. Mi imaginación predilecta, te estoy agradecida por algunas veces dejar una muy pequeña parte de tu esencia entre mis sueños. Eres aceptado por mi y mis ángeles, aunque sé que tu no buscas nada de esto, estás en todo momento en busca de ser aceptado en todo aquel lugar donde nadie te ve y eso es tan triste, pero no estés triste, te esperaré aun habiendo dejado a un lado la muerte si eso significa que algún día podré hacerte un favor. No te equivocas, solo vives y eso es precioso, por favor nunca dejes de respirar.