Notes

Observé ésta pregunta y se me vino a la cabeza una anécdota que me sucedió con Romeo, por lo que se me hace imposible no responder con ella. Recuerdo que Rome estaba más pequeño, tendría como dos años menos pero no por ello era menos chispa y menos quieto, no, era peor que ahora; yo había terminado una gira y me encontraba en casa, resulta que tenía una amiguita y nos queríamos ver, lo normal, la llevé a mi casa, la presenté a mi familia; era la primera vez y todos la amaron, qué cosas. La cuestión fue que luego del mediodía, yo la verdad no tenía para nada de ganas de salir, el almuerzo me había dejado todo pendejo, el sueño prácticamente me dominaba pero, ella aún seguía ahí y sería muy maleducado de mi parte dejarle sólo por ir a recostarme. Le dije que cuando terminara de "ayudar" (realmente quería ganarse a mi mamá para ver si podía sacarme de casa ese día) en la cocina, fuese al jardín para pasar el rato, charlando o lo que se diera. La parcera era, claramente, bastante cariñosa; por lo que al encontrarme tirado en el suelo, su primer instinto fue irse encima de mi, literalmente, es decir, terminó como si yo fuese el colchón más cómodo del mundo, sin embargo, no me molestó porque además de la atracción y todo aquello, realmente éramos amigos desde mucho antes y había confianza. Ella y yo no nos dimos cuenta de que un niño de cabello churco había entrado al perímetro, por lo que una broma llevo a la otra y de ahí, salió un beso. Un beso que, en definitiva, no era nada pequeño o delicado, o tranquilo, no señores, resultó ser el beso.