Y aquí estoy, aburriéndote con mis estúpidas cartas, sacándote de quicio con las mismas cosas de siempre, haciéndote perder el tiempo como antes ya lo había hecho; pero, ¿qué puedo hacer yo? Si esto es lo único bueno que tengo, creo. ¿Sabes? Siento que lo nuestro fue algo efímero, pasajero, y con muy pocas ganas de luchar. Por mi parte soy consciente que di todo de mí por nosotros, para que sea duradero y lleguemos a ser el “por siempre” que en estos tiempos ya no los hay de verdad. Pero las cosas no fueron así, y todo resultó lo contrario. Te prometí que no me rendiría, que así como tú estabas yo lo estaría mañana; sin embargo llegas a un punto donde luchar ya no sirve de nada si la otra persona no pone de su parte y tú me lo dijiste "ya no harías nada por lo nuestro" y eso, querido Joel, fue bastante decepcionante. Después de haber dado todo por ti, porque fue así; puse todo de mí en esta relación, quería que seas feliz a mi lado, que te sientas bien conmigo, que pienses que no puede haber otra mujer que te amé más que yo, porque no lo hay, nadie te podrá amar tanto como yo lo hice, nadie te insistirá tanto como yo, nadie te tendrá tanta paciencia como yo, nadie, escúchame bien, nadie va estar en tus peores momentos y soportar tantas cosas como yo. Y ahora no debo darte silencio porque mi papel es el de siempre tener una respuesta a tus dudas, sencillamente entendí que tú y yo no podemos estar juntos por más que quisiéramos, quizá porque nunca supimos aprovechar el tiempo, culpa de los dos, me hubiese gustado tener muchas más historias contigo, lástima que no fue así pero supongo que todo es por algo, tampoco soy la mejor persona y quizá también sea eso, sea lo que sea lo que es y lo que fue déjame decirte me gustó, lo malo y lo bueno, los ratos juntos, gracias por las lecciones a tu lado; pero es tiempo de irse cada quien. No creas que me siento feliz la verdad es que no, tampoco me consideró una cobarde por irme porque fuiste tú el que dio ese paso, sino todo lo contrario. Y estoy muy segura que Dios pondrá en tu camino a una persona a tu medida, pues lo mereces y eso lo tengo muy claro. Yo no te quise, mentiría si lo dijera, yo te amé y con toda el alma, de hecho aún lo hago, y es un dolor horrible despedirme de ti. Sin embargo, aún tengo unas cuantas cosas que quiero que sepas. Nunca te dije que detestaba tu genio, que tus bromas pesadas me causaban dolor de cabeza y que tu manera de actuar cuando te molestabas, era peor que el carácter que yo tengo, mismo que detestas. Nunca te dije cuánto me dolían las cosas que hacías y decías, tampoco te narré cuantas veces amanecí llorando preguntándome porqué las cosas ya no eran como antes, e incluso, me cuestioné si en verdad me querías. Nunca te dije cuán arrepentida estuve de haber cometido errores por ti y para ti, porque créeme, no sólo tú perdiste amigos a mi causa. Nunca te dije cuántas veces maldije tus actos sólo para verte arrepentirte de los mismos, que por cierto nunca lo hiciste, nunca te arrepentiste, porque eres bastante orgulloso como para hacerlo. Nunca te dije que me molestaba que me mientes cuando yo ya sabía toda la verdad, lo negabas y yo me veía como una tonta.
