Notes

Capítulo dos.

El día siguiente pasó mucho más rápido de lo que esperaba— y quería— y sin duda alguna si había algo de lo que carecía eran ganas de que llegara la noche, a pesar de ello me vi a mi misma lista para partir cuando el sol empezó a ponerse. ¿Qué más haría una chica de mi edad un viernes en la noche sin electricidad en su casa? de modo que por una vez caí en el estereotipo de adolescente y dejé de lado mi faceta de anciana encerrada en un cuerpo de épocas previas.

Bajando pensé en dar la vuelta pero una Kyra cruzada de brazos y con una mirada amenazante al darse cuenta de las intenciones no tuve más remedio que apresurarme y sonreír de forma un tanto falsa. Al reunirme con ella, envolvió un brazo en el mío e inició el recorrido.

— Sabía que me acompañarías.

— Bueno, tampoco es como si tuviera alguna posibilidad de que me dejaras quedarme.

— Chica lista.

La noche se encontraba un tanto fría haciendo que el concepto de festival veraniego sonara irónico. Las vestimentas solían aparentar informalidad pero considerando el clima que hacía me sentía orgullosa de mis vaqueros, camiseta simple color mostaza y botines oscuros en comparación a los shorts, blusas de tirantes y sandalias del ochenta por ciento de las chicas. Lo único que parecía ir acorde con la ocasión era la corona de margaritas artificiales que llevaba sobre mi cabello suelto que había hecho en la escuela como manualidad en la primaria.

El camino se encontraba iluminado por farolillos blancos colgando de los cables que habían colgando de los cables que habían instalado en el transcurso de ayer y hoy, los cuales por dentro contenían una llama dorada.