Notes

Observo con detalle cada movimiento, y he de reconocer al menos para mis adentros que me vuelve loco como te tocas y como me provocas, mientras te lames los dedos hasta calar tus pezones, después siento más excitación cuando vas hacia tu sexo y veo como disfrutas tocándote. Lo que de alguna manera me hace disfrutar a mí también, mientras presiono los dedos alrededor mi dura erección, sintiendo la humedad de tu lengua recorrerme sin ninguna vergüenza, lo que consigue excitarme todavía más.
-La hostia puta...Cómo me pones.
Cuando acabo sentado sobre el sofá, coloco mis manos sobre tus nalgas y juego con ellas, mientras alzo mi cadera para deslizar mi miembro entre tus labios vaginales, notando de ese modo toda tu excitación y como resbala.
-Estás mojadísima, me gusta. Lo noto, claro que lo noto.
Asciendo una de mis manos por tu espalda hasta alcanzar tu largo pelo, el cual agarro para después tirar con fuerza de él en un movimiento brusco, cuando tengo tu cuello a mi merced, lo beso, lamo y muerdo según me da la gana, con chulería y seguridad.
Empujo más mis caderas hacia arriba, para que mi glande se roce más intensamente con el clítoris, en ese momento es cuando decido responder a tu primera pregunta.
-Querré. Para follarte de todas las formas posibles.
Entonces, agarro mi miembro con una de mis manos para jugar un poco más por tu sexo, y provocarte hasta que, introduzco la punta en tu entrada vaginal, entonces y sin más dilación, colocó las manos en tus caderas y sin preguntar, ejerzo fuerza para obligarte a bajar bruscamente, penetrándote hasta el fondo.
Jadeo al notar tu estrechez y como tus paredes vaginales se ciñen y me aprietan.
-Dios...Esto si que es la hostia. Que estrecha, pf.