Notes

Un idiota. Gruñón. Grosero. Malcriado y despreocupado. Supongo que ésas serían algunas palabras que la gente pensaría o diría que podrían definir a Zío, pero en parte están realmente mal. Si bien él tiene un carácter fuerte, también logra ser juguetón, coqueto y no le da importancia a diversas cosas, pero sabe las consecuencias que traerían a futuro sus malos pasos, la verdad es que no es una mala persona; tiene sentimientos y una cabeza con la que piensa bien sus palabras y acciones, ha cometido errores como cualquier ser humano, pero eso no lo hace más ni menos, no es un niño mimado, puede que sí tonto, sin embargo, a pesar de todo, al conocerlo se darán cuenta que es como un caramelo de cianuro. Dulce, dañino, interesante y difícil de encontrar, no obstante, vale la pena. Gozarían a su lado, si es que no termina yéndose por días, quizá meses. Al principio, cuando lo conocí, creí que los adjetivos del principio tendrían sentido, pero me equivoqué; creo que lo han hecho muchos, resultó ser una oveja bonita... Y negra. Ahora, después de tantísimo tiempo conviviendo, aseguro que, aunque las personas piensen diversas posibilidades sobre su personalidad, créanme que al niño dará igual, es su vida y a quien le beneficiará o perjudicará, será únicamente a él, claro está. Aunque a veces me saque de quicio, lo quiero muchísimo, hasta le daría mimos. Es un buen amigo, un bebé y un gran chico [por cierto, le agradezco que me dejara responder a esto].