Y ahí estaba yo, golpeando a tu puerta, rendida otra vez aunque quién sabe, lo más probable es que era la última vez que iba a volver a verte, volver a estar cerca de alguien maravilloso. Esperé a que bajaras y abrieran la puerta, por dentro pasaban miles de emociones juntas, dolor, tristeza, resentimiento, amor, odio y vergüenza eran algunas. No obstante me puse muy nerviosa al ver que abrías la puerta, mi corazón latía como aquella primera vez que me habías besado, sentía un nudo en la garganta, cosquilleo y ganas de irme y quedarme a la vez. Respiré hondo tomando valentía y no quise escuchar nada de ti. Era sorprendente que me aparezca en la puerta de tu casa como si nada, pero debía largarlo todo, debía decirte la verdad.-Créeme, Alek, no estoy aquí para hacerme la víctima. Vengo a ser franca aunque me cueste. Sólo quería contarte lo que me está pasando aunque no te importe. Te recuerdo en cada momento, entro a leerte siempre como idiota, comienzo a ponerme triste por haber tomado una mala decisión y haber mandado todo a la mierda. Necesito decirte la verdad, necesito que me escuches.-tomé tus manos, se encontraban tibias y fue chocante esa temperatura para mi cuerpo ya que mis manos estaban completamente heladas, quizá era el miedo, quizá la vergüenza, pero no podía evitarlo.- Corren miles de rumores, entre ellos mi supuesta relación con Faded, los mensajes que Hannibal te deja en anónimo, sí me lo dijo, no vengo a explicarte cada cosa que pasa porque realmente es irrelevante. Voy al grano, lo siento si doy muchas vueltas, me es vergonzoso. Los motivos por los que te dejé no fueron esos que te di ese día. Verdaderamente no confundo más sentimientos desde hace años, pero fue la primer excusa que se me ocurrió, sabría que si te inventaba eso te apartarías de mí fácilmente y me odiarías, pero debí buscar una excusa y fue la más razonable. No podía meter un engaño porque ni yo misma podría creerme que te hubiese engañado, eres la única persona que me hizo sentir bien, la única persona que verdaderamente me hizo completamente feliz. Ni siquiera Geronimo que fue algo de 3 años me hizo tan feliz como tú lo hiciste. No puedo dejar de amarte, ya casi un mes que no estamos juntos y todas las noches me siento mal, Alek, tú me complementas en todo sentido. ¡Mierda! Sin ti no soy nada, no puedo seguir. Ese día te dejé porque estaba completamente celosa y dolida. ¿Patético no? Lo es completamente y me di cuenta a los dos segundos en cuanto quise pedirte perdón, pero ya no quisiste volver conmigo. Sólo por eso estoy aquí y te ofrezco una disculpa, te dejé por impulsiva y eso fue una reverenda mierda. Seguramente estas conociendo a alguien, follando o lo que sea, seguramente estás bien sin mí y yo siempre te voy a desear lo mejor. Te amo como a nadie... pero sé el mal que causo en la gente. Un amigo me dijo que todas sus amigas y amigos piensan que yo sólo sé lastimar, que soy una mierda y estuve un día entero pensando eso, lo peor es que tienen razón y no merecía que me amaras tanto.-me pare en puntas de pie para llegar a tu mejilla y depositar un dulce beso en ella mientras pequeñas lágrimas recorrían mis mejillas.- Perdón, mi amor, siempre te voy a amar y tan sólo espero que no te olvides de mí. - susurre por última vez, solté tus manos y sin mirarte a los ojos me di vuelta dirigiéndome a tomar riendas para volver a irme sabiendo que al menos me había sincerado con la persona que tenía mi corazón, dolorosamente así terminaba todo al parecer, sólo sabía que nunca lo iba a poder sacar de mi corazón.-
