Notes

　 　　　　　　　　　　　　　　 　　　　—— egoist.
　 　
　　
　　
　　Los últimos días, pasaba el tiempo lamentándose por la forma en que estaban ocurriendo las cosas. Lamentándose por (casi)todo. Sabía que hacer eso no cambiaría nada pero qué más podía hacer(sino lamentarse), y cuánto más intentaba arreglar algo, veía que más lo empeoraba. Ya no sabía qué hacer, sentía que se le acababan las opciones pero no quería rendirse, no mientras en el fondo creía que aquello aún no había terminado. Quizá sólo debía dejar de buscar respuestas donde no, quizá sólo si dejaba de preocuparse las cosas marcharían como debían ser, o quizá sí debía rendirse. Sólo entonces en su mente volvía al punto de partida, volvía a aquel momento en por primera vez su camino se había cruzado con otro, un camino totalmente diferente pero que de alguna manera conducía al mismo lugar aunque al final tuvieron que separarse, porque la diferencia estaba en que si hubiese seguido los mismos paso incluso si eso significaba abandonar lo suyo por acoplarse al otro ¿las cosas habrían cambiado? Quizá y sí, pero sus ideales se interponían impiendo ver las cosas desde el punto de vista ajeno, nunca sabía en qué pensaba el otro y fue ahí donde se dio cuenta de que había cometido un error. Ese error tenía nombre y era su egoísmo, ese que le había impedido pensar por el otro por miedo a que sus pensamientos no encajaran en el mismo rompecabezas, por miedo a haber tomado una decisión que posiblemente al final haya dejado de lado no importa que tanto se hubiese comprometido a cumplir por ello, la curiosidad nunca le mataba porque estaba demasiado ocupado pensando en su propio bien.
Tal vez y por eso seguía solo, tal vez y por eso nunca podía forjar una buena relación. Lo único que tenía hasta ahora era su soledad y había aprendido a vivir con ella que cuando alguien llegaba, olvidaba el sentimiento que corresponde a tratar con las personas, ni siquiera podía pensar en una oración o palabra que pudiese describir aquello, lo que si sabía era que había olvidado completamente lo que era tener una buena relación ya fuera amistosa o amorosa. Esas relaciones interpersonales o lo que fuesen, eran como un fantasma de su pasado, colgándose en sus hombros y pisándole los talones, de tal forma que esa sería la razón por la que siempre tenía los hombros caídos y arrastraba su paso al caminar.