Notes

La vida de la mujer de veintiséis años se había convertido en una constante lucha por subsistir en un mundo al cual ella repudiaba de algún modo, todo su alrededor era tan falso y su único refugio se encontraba en la música, eso la hacia sentirse tranquila, irse a su mundo perfecto y dejar a un lado lo ficticio, sobreactuado.

Como todos los días se encontraba camino a su punto, aquel lugar en donde ella podía expresarse libremente y podía tocar sin que nadie la molestara. Ella era una con la guitarra y más aún con la música en sí. Su día consistía en trabajar en por las mañanas de mesera en una pastelería y descansar por las tardes para después tener aquel tiempo libre en el que podía disfrutar de su música y la fotografía.
Charlie siempre llevaba consigo una cámara y su guitarra acústica, las dos cosas que nunca olvidaba; su vida.
A pesar de todas aquellas características, ella era una chica cohibida, llena de prejuicios, insegura, y algo ruda.
Era una chica con la que debías pensarlo dos veces si deseabas relacionarte con ella.

Esa noche como cualquier otra, optó por tomar su lugar en su calle concurrida, tomó asiento y quitándose la funda de la guitarra la posó a su costado de la acera; recargandola en las paredes del local frente a la calle para poder sacarla después y comenzar a brindarle al mundo su preciosa armonía.
La calle parecía solitaria, tal vez aquello se debía a que la fecha de Halloween se acercaba y la gente tendía preparar las cosas necesarias para aquel día festivo, aún cuando faltaran días para ello, todos preferían dedicarle su tiempo y perderlo de tal modo que disfrutarlo de un modo más productivo.
Charlie suspiró, llevaba puesto los auriculares y en sus oídos a todo volumen sonaba "Creep" de RadioHead, mientras ella llevaba su diestra su bolsillo derecho de sus pantalones en busca de su cajetilla de cigarrillos y su hermoso encendedor dorado.
Una vez que la tomó, sacó un cigarro y volvió a guardarse la cajetilla, alzando ahora aquella tira hasta sus labios para asi dejarlo entre estos y poder manipular el encendedor para que iniciara su función e encendiera su cigarro una vez que el fuego había hecho contacto con el borde de su pequeña tira. Dió una fuerte calada a su cigarrete y con dos de sus dedos lo tomó para llenarlo y poder lentamente ir sacando el humo de sus labios; era sumamente relajante.-Ah...
Fue lo único que pudo expresar ante tal placer que se daba.

Así continuó hasta que el cigarro se consumió casi por completo, dejándolo caer al suelo para despues darle una pisoteada.
Iba a sentarse, planeaba tocar y cantar un poco mientras la gente no estaba, pero algo no le cuadraba, ¿Porqué tenía que hacerlo ahí?
Ese lugar de siempre, ese en donde cada día miraba a la misma gente pasar, con sus miradas perdidas, sin un sólo propósito... Parecían estar muertas en vida, ¿Pero importaban? No parecía.. ¿Entonces porque ella tenía que hacer lo mismo? ¿Porqué tenía que tener una vida tan monótona y aburrida?
No, ella quería hacer algo diferente, por lo que sin pensarlo mucho reincorporó su postura e inclinandose apenas tomó nuevamente del mango de la funda de la guitarra y la alzó para asi emprender su camino sin saber bien a donde se dirigiría exactamente.

Sus pasos continuaron por largos minutos, hasta que la llevaron a parar a un lugar de pinta más refinada, no lograba distinguir en donde se encontraba, mucho menos le importaba, ella era feliz de ese modo y si su felicidad la llevaría a otros lugares, no tenía inconveniente con ello.
Una vez que encontró un lugar cómodo junto a un callejón, se sentó en el suelo y deshaciendose del peso de su guitarra, la colocó sobre el suelo y se dedicó a sacarla de ahí para comenzar a posarla sobre sus piernas.
Se posicionó adecuadamente y haciendo gran presión con las yemas de sus dedos y agitando arqueadamente sus falanges sobre las cuerdas, comenzó de una estocada una armoniosa melodía, acompañandola con el hermoso de su cantar.

Al paso que ella iba tocando, la gente de aquel lugar fue formando un círculo alrededor suyo, una pequeña multitud que le aplaudía y la escuchaba con atención. Eso no le molestaba, tampoco le halagaba, aquello era algo que hacíapara ella, por y sólo para ella. Entonces depronto todo se vió interrumpido de manera momentánea. Un grupo de chicos habían destacado del resto, saliendo de éste para acercarse hasta ella y hacer que se levantase a la fuerza, haciéndola detener su acto.
La gente comenzó su bullicio y comenzaron a disparserse, como si les tuviesen miedo, algo que ella no les tenía, eso si, la habían desconcertado, no ser esperaba aquello.

-¿Qué carajo es lo que pasa con ustedes?-La chica espetó de manera enfadada mientras trataba de deshacerse del agarre de uno de aquellos chicos.
Estos rieron ante su cometario, como si de un chiste se tratara y eso aumentó el enojo de la más baja. ¿Quienes eran y porque la estaban tratando de aquella manera?
Charlie repitió la pregunta y uno de los chicos la empujó contra la pared, haciendo golpear su cabeza de manera tosca contra el muro.-Agh..-La chica se quejó, más no fue capaz de soltar su amada guitarra.

-¿Te crees muy lista? ¿Eh? Vaya que eres valiente al . Atraverte a ve ni por estos rumbos, más aún, ¿Cómo te tomas el descaro de ponerte a cantar en nuestro territorio?-Uno de ellos la bombardeó con un cuestionario que ella no entendía del todo, sólo sabía que aquello no terminaría nada bien, más ahora que se encontraba sola y Yuu, su mejor amigo no había podido acompañarla en su caminata nocturna.
Charlie no les contestó y como retandole le miró fijamente a los ojos de manera torva.

-¡¿No vas a contestar, pequeña bastarda?!-Espetó con furia el chico quien la mantenía acorralada contra la pared, poniendo más fuerza a su acto, haciendo que el pecho de la castaña comenzara a doler.

-¡Habla pequeña perra!-Gruñó entre dientes el hombre y al punto de desesperación le soltó una bofetada, haciendo que ésta soltara su guitarra y ésta cayese al suelo, provocando que se rompiera la parte superior de ésta.
Aquello le había dolido, no... No la bofetada, el ver su guitarra siendo destrozada.
Los demás reían y la insultaban, entonces uno de ellos murmuró al oído de otro, "Ella es parte de ellos, la eh visto con Andrew.."
Todo cobró sentido en ese instante y a sabiendas que ese era el caso y ella no saldría caminado del lugar, sólo pudo darle un fuerte pisotón y agacharse para poder tomar de su guitarra en mal estado para asi comenzar a correr con todas sus fuerzas.
A lo lejod podía escuchar como era que gritaban que la siguieran y miles de cosas más que aterrorizarían a cualquiera, mientras ella corría con toda la velocidad que sus delgadas piernas le permitían.
Podía sentir su corazón latir a gran velocidad, la adrenalina haciendo arder su sangre y como su mejilla se sentía aún cálida por la reciente brutalidad de parte de aquel individuo.

Parecía que finalmente los había perdido después de que había corrido sin detenerse a respirar, pero no planeaba detenerse, no iba arriesgarse de tal modo. Se animó a girar un poco su rostro para asegurarse de que estaba sola y al momento de hacerlo su cuerpo se impactó contra otra persona de forma inaudita, originando que ambos cayeran contra el concreto de manera exagerada.
Múltiples ráspones y heridas se generaron en la caída y como si nada le hubiese pasado. Charlie optó por levantarse de manera tambaleante tomando su guitarra del suelo, mientras llevan a su zurda a sobarse la nuca. Su mirada bochornosa se concentró en la persona afectada por su persona, era un chico. La muchacha preocupada por el estado del contrario, se acercó a él aún bamboleante mientras soltaba ligeros quejidos. Charlie lo vio levantarse y al momento en el que una a cuestionar por su bienestar escuchó a lo lejos un "Ahí está" haciéndola girar si rostro sólo para confirmar que en afirmativo eran ellos de nuevo.
La mujer logró notar que el chico estaba en mal estado y no queriendo dejarlo ahí, sólo le tomó de la mano y gritando "Corre" ella hizo caso a sus propias palabras, comenzando a huir nuevamente de aquellos vándalos, ahora acompalada por aquel desconocido.-