NotesWhat is notes.io?

Notes brand slogan

Notes - notes.io


Tus manos nerviosas posadas sobre la piel de mi pecho cuya temperatura volcánica hace que una parte inconsciente de tu interior te recuerde a Jacob de Crepúsculo y el poema espontáneo sobre una chica mala y un lobo aullando el nombre de ésta a luna.

Puedo ver a la chica mala apoderándose de la chica tímida. Corrompiéndola mientras ella se hace cargo del espectáculo en el vocal y la tímida, en el bajo. Yo las percibo, ambas chicas están tan mojadas y tan locamente cachondas que la necesidad de liberación física de ambas a través de la expresión carnal del deseo es físicamente abrumadora. Sé que ambas sienten un delicioso dolor en sus interiores que les impulsa a querer satisfacerme a mí y aliviar sus propia necesidad en el proceso.

No solo quieren ambas chicas aliviarme, sino también encontrar alivio propio.

Te asusta y te sorprende al mismo tiempo lo cuánto deseas sentir mi pene en tu boca, estimularlo con tus manos.. Acariciar a mis testículos, como si fuera su juguete antiestrés. Solías pensar que los testículos eran feos, la anatomía masculina no tiene tanto atractivo estético como el cuerpo femenino.

Quién sabe, por eso te sientes atraída hacia Natasha Lyonne, el atractivo estético de sus facciones y cuerpo, su estilo de vestir y personalidad sumado a su voz ronca, te dan ganas de experimentar lo que es besar sus labios, sentir sus manos recorrer tu cuerpo con voluptuosidad.

Antes de [re]conocernos, la idea de darle sexo oral a alguien no era tan tentadora o deliciosa para tu persona. Era casi como si te obligara a hacerlo porque era lo que esperaba la sociedad de una novia. A veces, trataste de escapar de esta, por así decirlo, responsabilidad, tratando el asunto manualmente. Porque no lo quería en tu boca. Sin embargo, no sientes asco por mi pene. Te sientes curiosa, entusiasmada e incluso fascinada por su anatomía, su longitud y el grosor que lo vendría compensar si la longitud no fuera tan exuberante a tus ojos. Los detalles y sobre todo el hecho de que lo sintieras pulsar y pareciera endurecerse sorpresivamente aún más te daba una buena sensación de, «Soy responsable de esto. Es así por mi causa. Soy una jodida diosa del sexo»



La altura no siempre coincide con el tamaño del miembro de un hombre, pero te has encontrado con una excepción.

En otro contexto, con otra persona, esto podría haber sido intimidante y haber despertado ansiedad en lugar de excitación en tu persona. Después de todo, eres virgen y, por lo tanto, estrecha. Probablemente te vendrías estremecer. En lugar de placer, de anticipación al dolor si el dueño del pene no fuera lo suficientemente amable, sensiblemente paciente y profundamente empático con tus necesidades personales.

Eso era algo nuevo. Nunca antes te había fascinado una polla. Ni siquiera el que se supone que debe sentir cierta estima. Querías saber todo sobre este pene en particular. Quería ser su mejor amigo. Que aun cuando fuiste a buscar las llaves del auto en el bolsillo delantero de mi pantalón, me viniera provocar una erección tan poderosa que no habría más remedio que sucumbir al deseo en cualquier habitación de la casa de un amigo antes del postre.

En lugar de cerrar los ojos, porque en experiencias anteriores vinieras intentar no mirar demasiado un pene, estuviste tentada a comerme con los ojos abiertos. Chupando mi glande tan intensamente, y poco a poco el resto de mí, que le llegó casi como un caramelo. Era tu helado favorito. Una piruleta de la serie Chaves.

Querías hacerlo.

Y querías mucho violentamente.

Quería aliviar el dolor pulsante en tu núcleo al punto de sentir imprescindible apretar los muslos, a presionar el área que pedía a gritos atención mientras de rodillas frente a mi persona.

«Puedo sentirlo allí, Audrey. El dolor de excitación en tu núcleo. Quiero que te toques. Quiero que encuentres un puñado de alivio para ti mientras me saboreas. Hazlo por mí, tócate. Alivia tus necesidades o tendré que detener esto y hacerlo yo mismo, por mucho que me encante y quiera que tu boca continue hasta cubrir cada centímetro de mi pene como un agujero negro devorando una galaxia. Tócate.»

Mi corazón estaba fuera de ritmo como si hubiera hecho uno de mis intensos viajes de Parkour en la mañana o en la noche, mi deseo latía a los cuatro vientos al unísono con el tuyo.

Todo se siente tan malditamente sexy para mí que necesito cada partícula de mi ser para contenerme de besarte tan furiosamente que nuestros cerebros vendrían a enviar comandos de protocolo de emergencia a nuestros pulmones, pidiéndonos que nos permitiéramos respirar cuando nuestras frentes descansan una contra la otra y nuestra respiración afectada se vuelve una.

«No hagas eso, kalon — te lo ruego. Por favor, no te lamas los labios así. Ahora no. Estoy tratando de comportarme, pero no puedo confiar en mí mismo cuando se trata de tu persona y esa lengua tuya acariciando tus labios como si les estuvieras haciendo el amor, me estás probando de una manera que sé que voy a fallar jodidamente en mi intento.»

Mi voz profunda tenía una ronquera que desacompañaba la más mínima necesidad de traducción:

Yo estaba jodidamente cachondo y tenía problemas de autocontrol. Un detalle sobre mí: me disgusta perder el control en lo cotidiano. Entonces, el hecho de sentir que estoy a punto de perder el control sobre mí mismo cuando llevo años practicando a dominarme a mí mismo, es algo singular.

Tú lo eres. Singular.

Imágenes libidinosas de nosotros dos pasan por tu mente como si estuvieran sucediendo ahora mismo. Lo sientes en todo tu ser, cuando en la escena mis manos aprietan lentamente tus nalgas con una fuerza persuasiva y erótica.

«¿Mencioné que me gustan los traseros y cuando sales de la habitación mis ojos se posan en los tuyos como si estuviera viendo una presentación artística centrada en la perfección anatómica pura? »

Mis grandes manos se deslizan por tus muslos y te levantan, como si no pesaras nada. Con tal facilidad que sugiere acertadamente que podría llevarte sentada en mis hombros con solo una mano durante un show de la banda que te encariña:

The 1975.

Puedes sentir los efectos de los eventos dentro de la escena reverberando en tu mente y cuerpo a medida que avanzas en tu aventura de degustación pecaminosa.

En la escena, cuando la presiono contra la pared y levanto tu vestido, dejo tus bragas a un lado en lugar de quitártelas y aprovecho para saludar tu vagina con mi dedo, sientindo tu excitación ahogar la punta de mi de este que finalmente llevaré a mi boca y chuparé con deleite, tu sabor.

Puedes sentirlo cuando mi miembro toca tu entrada húmeda y palpitante. Sientes el lento avance hasta que mi pene detiene su embestida, como si estuviera frente a un obstáculo: tu preciosa y hermosa virginidad.
Lo sientes cuando en la escena, vengo a susurrarte al oído, después de morderte el lóbulo de la oreja:
«Seré amable, como bien sabes. Pero necesitaré que me digas cuando estés mental y emocionalmente lista. Como todas vuestras primeras veces conmigo, en vuestras otras vidas. Quiero que me autorices a seguir adelante. Porque mi intensidad puede manifestarse en una miríada de formas. Tu cuerpo está listo. Puedo sentir tu malditamente deliciosa humedad lubricando mi polla. Pero quiero saber de ti. Quiero que me concedas la entrada cuando esté lista para ir más allá.»

Pudiste escuchar en tu mente el breve monólogo que siguió antes de que la escena se desvaneciera. Nos anclamos de nuevo al presente. Incluso más emocionados de lo que ya estábamos.

El calor del dormitorio se cortaba con un cuchillo. Tus ojos notaron la dulce y solitaria gota de sudor que resbalaba por mi abdomen.
Debido a mi estado de excitación, no pude evitar que la escena construida por mi mente creativa y pervertida se proyectara en la tuya. Porque hubo tu consentimiento. Entonces la puerta mental estaba abierta y un Darko sin autocontrol es un Darko peligroso, en el mejor de los sentidos.
«Quiero que me saborees, quiero que me devores entero, a tu tiempo y ritmo. Quiero que me muestres a través de esto cómo quieres que te devore después. Quiero que me muestres cómo quieres que te haga el amor mientras follamos. »

Cuando siento que tu mano comienza a bajar mis bóxers, mi pene parece cobrar vida propia y se muestra ante ti, rebotando fuera de mis bóxers con tanta fuerza que si fuera un puño rompería rocas.
Tan caliente al tacto que derretiría la nieve del Monte Everest. Tan vibrante en tu mano que en realidad parece tener vida propia y quiere que te guste tanto como a ti.
A mi pene le gusta tanto que no le importaría tener un nombre, incluso si fuera algo tan ridículamente tierno y lindo que cualquiera se reiría si lo supiera.

Le gustas así mi pene.

En el momento en que tus labios carnudos trazaron el camino pecaminoso que recurrieron tus dedos traviesos, dejando un rastro de besos y la dulce saliva desencadenada por tus suaves lamida, la mano que ya automáticamente se había posicionado en tu sedoso cabello, acariciándolos al ritmo de tus labios y manos, tirando de tu cabello con una delicadeza un tanto bestial, en el umbral del placer y del erótico dolor, como la presente entre tus piernas advenida de la excitación.

Puedes escuchar un gruñido animal proveniente de mi garganta. Estaba claramente disfrutando de todo. Mi bestia interior lo demostró oralmente.

El hecho de que tus dientes me quiten las.bóxers hace que mi pene demuestre el efecto que esto ha tenido en él. Emana una vibración que puedes sentir con tu diestra que le tiene rehén. Tu aliento sobre él y el roce de tus labios hace que de mi boca salgan maldiciones que haría eco durante mil generaciones por delante.

Y ni siquiera habías empezado.

Tu mirada empapada en un espeso y caliente jarabe de lujuria e inocencia me dan ganas de tirarlo todo por los aires y devorarte entera hasta que vengas a decirme que necesitas una pausa.

Sabes mis ganas de llegar más lejos y la paradoja de querer también y al mismo tiempo sentir tu boca devorarme. Sientes las ganas que tengo de chupar con fuerza tus senos sensibles bajo el vestido de flores. Jugando con los pezones con la punta de mi larga y ancha lengua cuya flexibilidad haría que un contorsionista se encogiera en posición fetal y llorara de envidia.
Presionar mi polla lentamente en contacto con tu culo, despojado de intenciones orbitando el sexo anal. Y luego acomodar su longitud entre tus piernas, en contacto directo con tu vagina, conmigo a tu espalda. Iniciando un ir y venir frenético en el que mi pene roza tus labios pequeños y grandes, untándose con tu excitación y eventual orgasmo.
«Mujer, sabes que para una virgen eres bastante experimentada en el arte de la seducción.»
Todas las palabras pronunciadas por mí entonces son susurros sin aliento, roncos y profundos. El brillo en mis peculiares ojos evocadores de galaxias era el de un depredador mirando a su presa. El amor puro estaba allí, pero la pasión abrumadora lo estaba conduciendo a la cama.

Cuando la humedad de tus labios hinchados acomoda el glande de mi pene, en júbilo por la interacción, un gemido de advertencia se me escapa. Una advertencia de que estoy a punto, no de correrme, sino de interrumpir todo eso y hacerte mía en la jodida alfombra. Sin embargo, quería que me probaras. Quería eso como si de mi vida dependiera eso. Quería que tu persona probara el sabor dulce y armonioso de mi semen casi adictivo por abrazar una dieta equilibrada y vegana. Lo quería si tú solo lo quisieras, si tuvieras curiosidad al respecto. Y, sobre todo, quería que te despojaras de las preocupaciones de tener que esperar un poco para que hubiera más acción.
«Quiero que te toques con la otra mano. Porque esa sensación entre tus piernas no me ayuda a comportarme. Puedo sentirlo allí, Audrey. Hazlo por mí, tócate. Haz tus necesidades o tendré que detener esto y hacerlo yo mismo. Tocáte, Audrey.»

Los hombres de mi pueblo no pierden la erección después de correr. Nuestros penes siguen siendo tan duros como el plomo. Tan dispuestos a satisfacer a nuestra pareja como cualquier otra parte del cuerpo. Nuestra erección es alimentada por los sentimientos hacia nuestra pareja, por nuestra atracción y el deseo que sentimos. Y me estaba ahogando en deseo por ti.

«Audrey», susurré ante tu deliberada timidez, «Estoy perdido contigo. ¿Estás seguro de que eres virgen? Sé que lo sabrías si no fuera así. Pero, Dios, perdí mi estatus como tu mayor fan por mi pene. Claramente está disfrutando de conocerte mejor.»
     
 
what is notes.io
 

Notes.io is a web-based application for taking notes. You can take your notes and share with others people. If you like taking long notes, notes.io is designed for you. To date, over 8,000,000,000 notes created and continuing...

With notes.io;

  • * You can take a note from anywhere and any device with internet connection.
  • * You can share the notes in social platforms (YouTube, Facebook, Twitter, instagram etc.).
  • * You can quickly share your contents without website, blog and e-mail.
  • * You don't need to create any Account to share a note. As you wish you can use quick, easy and best shortened notes with sms, websites, e-mail, or messaging services (WhatsApp, iMessage, Telegram, Signal).
  • * Notes.io has fabulous infrastructure design for a short link and allows you to share the note as an easy and understandable link.

Fast: Notes.io is built for speed and performance. You can take a notes quickly and browse your archive.

Easy: Notes.io doesn’t require installation. Just write and share note!

Short: Notes.io’s url just 8 character. You’ll get shorten link of your note when you want to share. (Ex: notes.io/q )

Free: Notes.io works for 12 years and has been free since the day it was started.


You immediately create your first note and start sharing with the ones you wish. If you want to contact us, you can use the following communication channels;


Email: [email protected]

Twitter: http://twitter.com/notesio

Instagram: http://instagram.com/notes.io

Facebook: http://facebook.com/notesio



Regards;
Notes.io Team

     
 
Shortened Note Link
 
 
Looding Image
 
     
 
Long File
 
 

For written notes was greater than 18KB Unable to shorten.

To be smaller than 18KB, please organize your notes, or sign in.