Notes

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⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Había pasado muchos años desde que el menor decidió partir de su hogar, dejando atrás todo lo que le importaba en demasía. Ahora solo quedaba un vacío enorme en todo el bosque y en su corazón, luego de darse cuenta de cuan egoísta fue al dejar a su amado en el olvido. Pero no lo hacía solamente por él, no era del todo egoísta después de todo. Tenía dos hijos que cuidar y desde que había llegado a la vida del gran Goro Majima, vinieron puramente desgracias. No tenía opción, era partir de ahí o sufrir las consecuencias y estaba harto de atar a todos. No era así, no lo era. Tampoco quería que sus hijos sufrieran como lo estaba haciendo él. Ni siquiera quería que supieran su historia, ni quien era. Se encargo por años de esconder todo el daño que llego a causarles a muchas familias y el que recibió, buscando así la protección de sus pequeños retoños. Era un mundo lleno de odio y prejuicios, uno que no quería para ellos. Pero quien era para decidir por ellos, su padre. Por lo menos lo haría hasta que cumplieran la mayoría de edad. Eso es algo que habría aprendido, aunque costó.⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Desde que decidieron rehacer sus vidas, los niños habían tomado una vida sumamente sana y llena de alegría. El más pequeño de todos había crecido y cambiado su carácter; el mismo que el de su padre. Podrido, toda una bomba de tiempo que explotaba ante una mínima palabra que no le sea de su agrado. Aquellos ojos y su personalidad, era tan explosiva y a la vez tan divina. Todo le hacía recordar a él y no podía evitar sentir una que otra lágrima recorrer su mejilla. Era tanto el dolor que le causó seguir su camino sin mirar atrás y es que ahora se estaba poniendo a pensar en cuántos caminos pudo haber tomado ese mismo día. Poder sobrellevar todo esto, pero ya era tarde. No iba a atar a su hijo, si él quería ir a buscarlo. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀_Dos meses después_⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀━━━━━━━⠀Pensamientos de Goro Junior.⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀━━━━━━⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
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Todo estaba tranquilo a mi andar, nadie ni nada en el camino. Algo raro a mi parecer, pero agradable. Había pasado una semana desde que partí de mi hogar, con el consentimiento de mi padre. Obviamente. Mi objetivo era buscar al otro, sin siquiera haberle comentado a L. En realidad, él me apoyó en su momento para que lo hiciera cuando quisiera. Pero mi duda fue siempre si me recibiría o si me aceptaría, ya que no hemos tenido mucho de qué hablar. Los últimos recuerdos que anteriormente había tenido, se fueron así sin más de mi cabeza. Menos una. Aquella noche de brujas. Maldita noche, me persigue. Pero no me importa eso ahora, me importa poder matar el tiempo. Poder conocer quién es realmente mi padre. A pesar de haber escuchado las historias, no era lo mismo. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
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Algo lo sacó rotundamente de sus pensamientos, una puerta bastante conocida estaba casi frente a los ojos del menor. Podía reconocerla a la perfección, estaba en todas las historias de su padre. Se sorprendió completamente, ya que no la creía capaz de estar tan a merced de todos los ojos. No lo pensó ni un segundo, si ese era su obstáculo, la iba a romper si fuera necesario. Fue rápidamente hacia la misma luego de tanto parloteo y con algo de miedo; la tocó. Para su suerte, no estaba tan a la vista su aspecto físico. Llevaba unas gafas, un gorro que cubría gran parte de su rostro y un saco largo que denotaba cierto misterio. Como lo era el. Capaz ni siquiera le abrirían, pero no perdía nada con intentar.



En la espera de que alguien le abriera, simplemente se limitó a ver hacia sus costados, por si alguien estuviera husmeando. Había pasado mucho tiempo desde que supo la verdad de sus padres y sabía el peligro que corría si estaba mucho tiempo ahí, o si lo reconocían como el hijo de. Pero no era algo que le importaba en demasía, más bien, todo lo contrario. Es por ello que simplemente se apoyó en la pared del lugar, suspirando ante la frustración de tener que esperar mucho para ver a su ‘flamante’ padre.