Notes

Fin del cuento. Así como empezó de forma inesperada, terminó de forma insólita. Pero bueno, terminó y no va a volver. Para mi es mejor así, porque estoy más tranquila. Necesito paz, aunque la experiencia haya sido maravillosa, era claro que no podía durar para siempre. Viví algo sorprendente, que me hizo bajar a los instintos más profundos, a los deseos más carnales, sin culpas. Como las adolescentes de hoy en día, que se sacan fotos y las ponen en internet. Me sentía igual, me sacaba muchas fotos, y luego elegía y retocaba a veces. Me sentí querida, amada, deseada, bella y poderosa. Pero también vulnerable, porque era la primera vez en mi vida que trataba de hacer lo que un hombre me pidiera. La cuestión no funcionó, pero mientras duró fue muy excitante. Supongo que él esperaba otra cosa, pero yo no me sentía en condiciones de dársela. Y, lo peor de todo, fue que tampoco podía entender lo que me pasaba, aunque siguiera el juego, y lo hiciera bien, mi cerebro terminó estallando. No me quedaba en paz porque no entendía qué me pasaba y por qué sus palabras me hacían dudar tanto, si todo lo que me decía era tan dulce, tan paciente y tan hermoso... creo que no soporté tanto amor. Debe haber sido eso.