Notes

Los dioses las prefieren putas

Las costumbres caldeas atraían a extranjeros a un festín sexual.
escorts argentina , para este pueblo se trataba de prácticas religiosas
que daban lugar a lo que se conoce como “prostitución sagrada”,
una forma que, por lo menos desde la retórica, nada tenía que ver
con el desenfreno de la carne.

En el templo de Ishtar vivían sacerdotisas consideradas como
las hijas de la diosa. Estas escorts debían entregar su cuerpo
como forma de consagración hacia Ishtar. La fornicación se
realizaba con hombres que entregaban un pago a cambio, sin
otras prácticas que el coito directo. La transacción entre cuerpo y
dinero no impedía que las sacerdotisas gozaran de prestigio y
reputación en la sociedad caldea.

Otras prácticas fundían el sexo y la religión. En el
crepúsculo, apenas asomaban los primeros brillos de Venus, una
virgen que hasta entonces había permanecido recluida, caminaba
rumbo al Zigurat, la pirámide de siete pisos con que los caldeos
pretendían llegar a sus divinidades. No estaba sola: la
acompañaban el Urigallu, guardián del lugar sagrado, los
sacerdotes menores, magos y hechiceros.

Plegarias, cantos y la melodía de las flautas de los eunucos
acompañaban la procesión hacia las escalinatas del Ziguraf. Una
vez en lo alto, la sacerdotisa debía permanecer toda la noche
esperando la visita del dios Marduk, patrono de Babilona,
personificado en la humanidad de un sacerdote.

No sólo las escorts debían sacrificarse para alabar a los
dioses. Al mismo templo de la diosa Ishtar acudían hombres para
ofrecer sus genitales como ofrenda. El rito de la autocastración
era usual entre sacerdotes y militares, como símbolo de entrega y
renunciamiento a la procreación material.
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