Notes

Mi cabeza continúa reposada sobre tu pecho mientras una de tus manos mantiene las caricias en mi cabello, puedo percibir cierta tensión en tu cuerpo a la par de que intentas apaciguar tu respiración, observo de reojo tu expresión que intenta serenarse pero parece fallar en el intento. Soy consciente de tu situación incontrolable y dolorosamente incómoda, aunque no me doy cuenta de tu mano inquieta que se esconde bajo la almohada.

Mi corazón aumenta su ritmo cardíaco en el preciso instante en que aquellas imágenes libidinosas que surgen en tu mente, se cruzan con la mía. Respiro profundamente, mis mejillas sonrojandose. La idea de tener sexo anal nunca había pasado por mí mente antes, sin embargo me encuentro de pronto considerando la idea que me llega tan peligrosamente prohibida al mismo tiempo que dolorosamente placentera. Me asusta la idea como me atrae en partes iguales. Noto la dificultad en tu voz a pesar de profesar palabras sinceras. Mis rostro se levanta intentando encontrarse con el tuyo al ahora ya no estar en reposo. Una de mis manos se posiciona sobre el cojín apoyándose sobre éste. — ¿Sucede algo, cariño? Pronuncié con voz suave. —No necesitará, mmm ¿aire fresco? Pregunté alzando ambas cejas.