Notes

He repasado muchas veces en mi cabeza como iniciar este texto y la verdad es que aún no encuentro la forma adecuada para ello, así que simplemente dejaré que las letras fluyan. Es inverosímil el hecho de que pasara ya un mes desde aquella madrugada en la que decidí pedirte que fueras parte de la vida de este desastre que soy yo y que te arriesgaras a aventurarte a ello. Sin buscarnos, mutuamente nos encontramos y ha sido de las mejores cosas que me pudieron haber pasado. Sin esperarlo y casi imperceptiblemente ya eras alguien importante en mi día a día y aquel sentimiento de amistad se vio acompañado de algo más, algo lindo que tal vez ambas ya habíamos experimentado, pero que personalmente no lo había sentido de esta manera, por eso contigo me siento como "si fuera mi primera vez". Y aunque todo inicio como un juego, como simples bromas, como dicen por ahí "entre broma y broma la verdad se asoma" y más de una vez las cosas que te decía no solo eran broma, pero me aterraba el hecho de decirte que empezabas a gustarme, porque eras tan inalcanzable como el sol lo fue para Ícaro y temía que así como a él, mis alas también se derritieran cuando intentará acercarme a ti, por eso fue sumamente grato cuando derretiste no mi exterior, si no mi interior con tu forma de ser tan sublime. ¿Sabes por qué es tan especial para mí cada detalle, gesto o palabra que me dedicas? Porque no es algo que hagas con cualquiera, y no lo haces por compromiso alguno, eres tan honesta contigo, con tus sentimientos y con los demás, que no harías o dirías algo que no piensas o sientas. Por eso valoro cada "te quiero", guardo en mente tus sonrisas como fotografías y atesoro cada detalle que de forma inconsciente tienes conmigo. Gracias por no llenarme de promesas, sino de realidades, por no repetirme constantemente que me quieres, sino demostrarlo de mil y una formas, por dar todo de ti sin pedirme nada a cambio, por no dejar de creer en este sentimiento que ahora nos une, porque de otra forma quizás no podríamos compartir tal dicha. Por haber estado ahí cuando más necesitaba de alguien, por escucharme sin juzgar, por aconsejarme, por cada risa, por cada cosa que solo tú y yo entendemos, por devolverme las ganas de sentir, querer y ser feliz; por hacerme irrompible. Quizás digas que no es necesario agradecer, pero no puedo no hacerlo, te debo más de lo que crees y aunque quizás no tenga mucho que ofrecerte, te aseguro que te doy lo mejor de mí, incluso te he dado lo que a nadie más di y desde que mis letras son para ti, siento que no quiero escribir para nadie más. Te quiero indefinida, incondicional y sinceramente. Pd: No olvides que eres el café de mis días. Pd2: Scusa ma ti chiamò amore.