Notes

Tal vez en el momento en el que recibas este pequeño trozo de papel con tonos amarillentos y trazos poco legibles hechos con tinta y por mí, sea muy tarde. Probablemente tú ya habrás marchado muy lejos del lugar que alguna vez llamaste “hogar” y mis ridículos intentos por haberte pedido perdón se habrán ido directo a la mierda en menos de un santiamén. Mi mundo se vendrá abajo y la guerra la habrá ganado mi orgullo y dignidad, provocando que las débiles estructuras que tardé años en formar para que sostuvieran a mi corazón se rompan como si fueran solo dos pequeñas varas de nardo. Mi mente me torturará con tu recuerdo, mis labios con la falta del tacto con los tuyos, mis oídos con la falta de la dulce melodía que el sonido de tu voz emitía con cada palabra, mi cuerpo con la falta de tus besos y dedos sobre este, mi alma con la falta de compañía de la tuya, y mi corazón con la soledad que tú generaste en este al marcharte sin previo aviso. Y sé que esto será una tortura, estoy consciente de ello, estoy consciente de que la carta de versos rotos y poco legibles nunca llegará a tus manos, nunca lograré detenerte antes de tiempo; te irás, marcharás con mi corazón en tus manos olvidándote de que aún lo necesitaba para vivir. Pero a pesar de todo esto la pequeña gota de esperanza aún vive en mí. Tú siempre me dijiste que nunca perdiera por completo la fe en las cosas y es justo lo que trato de hacer; seguir creyendo en algo de lo que es más que seguro nunca volverá a mis brazos.

¿Podrías venir y explicarme el porqué de esto? ¿Podrías decirme qué es lo que me trae loca y me hace cerrar los ojos cada vez que posas tus labios de manera delicada y amor sobre los míos? O tal vez decirme ¿Qué es lo que hace que todo en la habitación comience a arder de un momento a otro con la pequeña chispa de un simple rose? Necesito saberlo antes de darme a la tarea de averiguarlo por mí misma. De darme a la tarea de descubrir qué es lo que haces conmigo, amor. ¿Es que acaso me has vuelto una esclava de tu sentir? ¿Es que acaso te convertiste en mi droga adictiva con solo haberte visto por un momento efímero? Dímelo amor, necesito saber qué es lo que hiciste conmigo, con mi mente, con mi corazón. ¿Por qué razón me lo robaste y te adueñaste de él? ¿Por qué, amor? ¿Qué te hice yo para que me pagues con esto? ¿Es que acaso te cansaste de ver a la soledad reinar sobre mi corazón? ¿Es eso? ¿O es que acaso querías darme una cucharada de mi propia medicina para mostrarme que no sueles ser tan cruel como siempre suelo describirte? Solo ven y dímelo porque juro que no aguanto más esta dulce agonía que me haces sufrir. Ayúdame a sobrellevarla o quizá solo a hundirme con ella en este mar del amor.