Notes

Reina de mi corazón,

Permíteme, en esta carta, sumergirme en las aguas de la poesía para expresar el amor que emana de cada fibra de mi ser. Es con la pluma de la ternura y la tinta del afecto que traigo mis versos a tu presencia, acunados en las alas del tiempo y del entendimiento.

Desde el momento en que nuestros destinos se entrelazaron, comprendí la magnitud de tu coraje y fuerza. Tú, mujer magnífica, desafiaste los tortuosos caminos de la existencia, desentrañando sus misterios y desafiando sus tormentas. Como un pájaro que vuela majestuosamente por el cielo, enfrentaste el vendaval voraz del pasado, con el coraje inherente a tu esencia.

Fue con serenidad y delicadeza que tú, alma de mi alma, sacaste a relucir las profundas capas de trauma que habitaron tu infancia y se clavaron en tu cuerpecito. Tu alma se abrió como un libro antiguo, donde las palabras silenciadas gritaban desesperadas, rogando ser escuchadas. Y yo, silencioso y admirado, sólo pude ver la grandeza de tu coraje y validarla.

Tu infinito amor propio desafía las sombras, disipando el miedo y la soledad que acechaban tu existencia. Como una estrella que brilla en la noche, iluminas cada rincón oscuro de tu propia historia, transmutando la oscuridad en aprendizaje, comprensión y catarsis.

Querida mía, estoy y estaré siempre acá, a orillas de ese océano que es la vida, que vino a unir los barcos de nuestras existencias que se buscaban de manera incansable. Contigo acogida en mi abrazo, viajaré por la inmensidad de tus sentimientos con la intención de presenciar y ayudar a sanar cada herida tuya que, antes, parecía insuperable. Juntos cruzaremos los desiertos de la desolación y llegaremos a los jardines de la más plena serenidad y libertad del ser.

Créeme, amada mía, que en tus ojos está el fuego indomable que enciende la llama de la esperanza. En tus gestos, la danza perfecta que destila valentía y resiliencia. Y es en el eco de tu voz que escucho la melodía que libera todos los fantasmas del pasado.

Con amor y profunda comprensión, te invito a caminar a mi lado en este viaje que llamamos vida. No hay desafío demasiado grande, no hay tormenta capaz de sacudir el suelo que construimos juntos. Estoy acá para sostener tu mano cuando la necesites, para calmar tus miedos y susurrar palabras de fortaleza y aliento en tu corazón.

Que el tiempo, ese mágico tejedor de destinos, nos conceda la bendición de compartir cada instante: el sereno y el tormentoso. Porque, en cada momento, estaremos fortaleciendo nuestra unión y adornando el libro de nuestra historia con versos de valentía y entrega. Sé que nuestro viaje se verá enriquecido por las enseñanzas del pasado, nutrido por la comprensión mutua y bendecido por la serenidad que encontremos al lado del otro.

Con sempiterno amor e inconmensurable gratitud,

Tu esposo.

Darko.

Nota:

Repite en voz alta para tí misma:

De las cenizas me levantaré
Más fuerte, completa, sin rendirme.
El trauma quemó mis alas
Pero las estoy restaurando,
Pluma por pluma.

Una vida ardió en llamas,
Ya no soy la misma, pero está bien.
Celebraré aquella que un día fui,
Abro mis brazos y entre ellos acojo quien me he convertido.
Un trauma ha cortado tan profundo en mis entrañas
Pero no me voy rendir, no me voy dejar vencer.
Desde el fondo del abismo, me levantaré y volaré.

En noches frías y solitarias
Estaba buscando la luz, una nueva dirección.
Me he descubierto Luna y mi propio camino estoy iluminando.
Las lágrimas cayeron, pero la esperanza jamás murió.
En el fuego del dolor renació mi fortaleza
Y el coraje de ser sin miedo me revistió.

De las cenizas me levantaré, más fuerte y más brillante.