Notes

¿No es sorprendente? La manera en que se pueden ocultar tantas cosas con un mínimo gesto o con algo tan simple como una palabra. Basta un instante para camuflar un sinfín de sensaciones, mil heridas de guerra y una historia completa que no tiene fin. Si tan solo fuera así de sencillo aniquilar el millón de pensamientos que te carcomen la consciencia, aquellos que te envenenan la mente, se apoderan de tu calma, te modifican el pulso y rodean tu garganta. La máscara se vuelve cada vez más difícil de mantener, y los demonios comienzan a forcejear sus celdas en búsqueda de una salida. ¿Y cómo preparar al resto del mundo para lo nefasto? Todos cargamos con bestias contra las que luchar, pero nadie conoce las tuyas. Nadie estuvo ahí cuando las criaturas tomaron poder de tu espíritu y lo pisotearon hasta dejar ruinas. Nadie evitó que derramaras tu última gota de pureza junto a la última lágrima. Nadie te conoce realmente, y nadie lo hará, no mientras finjas que tu sombra es inexistente. Pero ese es el inerte laberinto sin salida al que decidiste entrar, la cuenta es regresiva, ahora busca un nuevo propósito y vuelve a ponerte la máscara. Lo haz hecho incalculables veces, límpiate las heridas y hazlo una vez más. No dejes que te alcancen y encierra a tus demonios otra vez, calla las voces en tu cabeza y busca un antídoto para tu mente insana.