Partimos el 29 de Octubre a las 11:30 de la noche. Como éramos escasamente 17 alumnos y el profesor los que confirmamos la asistencia al viaje, se contrató una ‘VAN’, ya que consideraban innecesario recurrir a un autobús para tan poca gente. Opté por sentarme con mi mejor amiga –Cristina-, y detrás de mi mejor amigo {-Fred- aquel del que te conté en aquella ocasión, sí, el que me gusta, haha} Veníamos normal, platicando y bromeando hasta que el junto con el resto, cayeron dormidos. Estábamos cerca de llegar a Córdoba cuando alguien se tiró un pedo, por la mierda que apestaba horrible. Una vez nos bajamos en una gasolinera de Córdoba, me puse a platicar con nuestro profesor acerca de la peste. Y a partir de ahí estuvimos atentos a descubrir quién había sido. Una vez que todos regresamos a nuestros lugares para seguir en el trayecto. El casancio me ganó y me dormí hasta que finalmente llegamos a Puebla y de ahí por ratos nuevamente dormí hasta llegar al DF. Todos venían descansando hasta que nuevamente alguien se empezó a pedorrear. Sin mentir, la jodida VAN apestaba a mierda y ahora sí todos pudieron percatarse de eso. Nos llevaron al hostal, para conocerle, y de ahí nos fuimos al primer museo que debíamos visitar. Nos hicimos idiotas un rato en el del estanquillo para después visitar el de Mayer. Y de ahí por la tarde regresamos al hostal para dividirnos los cuartos. Sólo habían disponibles 3 habitaciones. Una de 7, una de 8 y una de 4. En la de 7, se quedaron puras chicas. En la de 4, el profesor con dos tipos que nos caen mal porque son de exceso estúpidos. [A uno le dicen ‘El satánico’, y al otro ‘El alacrán’]. Y a mí me tocó en la mixta con otras 4 mujeres y dos hombres. Como son literas, yo escogí la cama de abajo que daba a la pared. Del otro lado, estaba una compañera, en la parte de arriba Cristina, y a su lado Edgar. Lo gracioso del asunto es que a quien le tocaba dormir arriba, pues prácticamente dormía acompañado, ya que la división no es tan pronunciada como en la parte de abajo. De ahí en la siguiente litera: De mi lado iba Fred, al lado una compañera, y arriba su hermana junto con otra chava. Una vez asignados los lugares, nos largamos a comer, Fred, su hermana Sara, Cristina y yo. Andábamos cagados de hambre y el profesor nos brindó la libertad de salir a recorrer las calles de Df por nuestra cuenta, -pero pendejetes siempre y pues de por ahí nunca pasamos-. Teníamos un jodido antojo de tragar tacos y fuimos a parar a la taquería ‘El Maderito’. Estaba a full y nos tocó ir a arriba, fue incómodo y ni me gustó. Lamentablemente Cristina andaba encabronada y se peleó con nosotros, así que pagando y saliendo se largó al hotel. Nosotros sacados de onda nos fuimos a ver las tiendas de ropa, ya que pensábamos comprar una que otra cosa. Empezamos a hablar sobre qué pex y bla bla. Ahí fui aprendiendo un poco más de los gustos de él. Caminamos por un buen de lugares y regresamos al hostal casi a las 10:00. Llegando nos enteramos de que habría una fiesta de que por ser 30 de Octubre harían una fiesta de Halloween. Y nos fuimos a distraer un rato en el cine del lugar mientras daban las 12:00. Ahí charlamos un rato en el intento de descubrir por qué nuestra amiga estaba emputada, hasta que nos habló, y arreglamos las cosas. Curiosamente, el Alacrán llegó y nos contó que la fiesta era reservada, y que no cualquiera podría ingresar y bla bla bla. Así que mejor nos largamos a caminar por el zócalo, y encontramos chocolate y churros y tragamos y fuimos felices, HAHAHA. Regresamos y nos avisaron que sí podíamos ir a la fiesta, así que todos nos medio arreglamos y lanzamos a la azotea. Y fue que llegamos a la conclusión de que rechazaron al Alacrán, porque lo vieron muy malandro. Estábamos muy chidos ahí, hasta que vimos que la botella que en el OXXO te sale en $300, ahí costaba $1300.00, por lo tanto nos largamos y en el elevador nos topamos a un Mirrey. Fue realmente gracioso. Yo me fui a mi habitación por mi ropa, para bañarme y largarme a dormir, mientras que los demás se fueron a beber a otro lado. Y ya más tarde llegaron. Todos nos acostamos a dormir, para después despertarnos a las 8:00 am. En la mañana del segundo día, comentaron en la habitación que Fred había hablado dormido, y que yo le había respondido. Que al inicio pensaron que estábamos juntos en la misma cama, pero que luego se dieron cuenta de que ambos estábamos como por el quinto sueño en nuestros respectivos lugares. Así que jodieron con ganas, con que estábamos conectados por el subconsciente. Fuimos a los museos que nos tocó visitar según lo programado para el segundo día. Primeramente al de Frida, del cual al finalizar pasamos al mercado de artesanías. Ahí me la pasé todo el rato con mi profesor, y aprovechando compré un regalo para mi mejor amiga. Como nos enteramos de lo del turibus. Nos apresuramos a comprar maquillaje para ir de Catrinas y Calaveras. Visitamos otros museos y nuevamente fuimos a parar al hostal. Una vez que llegué, rápido salí con mi mejor amiga a la Frikiplaza para comprarle algo a mi hermana. Y Fred fue por una mochila que vio en Zara. Una vez que llegamos al hotel, él se quedó con una compañera para que comenzaran a maquillarle, y yo aproveché a largarme con su hermana para comprarle algo en Zara. Ahí encontré una ‘cazadora’ que le había gustado, así que la compré y una vez que regresé al hostal con disimulo la guardé en mi litera. Todos estaban metidos en nuestra habitación, así que debía guardar discreción. Nos bañamos, y enseguida hicimos cola para que nos maquillaran. 3 de nuestras compañeras se encargaron de maquillar al resto. Llegamos al zócalo y la cola para subir a eso estaba hasta el culo de larga. Fuimos a parar hasta el final de fila. Ahí Cristina nos presentó a sus primos. Me quedé hablando con ellos todo el rato, y Fred comenzó por alejarse, hasta que desapareció según porque se fue el café. La cola avanzaba pero parecía que nunca habríamos de llegar. Luego nos dijeron que ya no habría nada y nos salimos de la fila. Luego resulta que eso era mentira y nos volvimos a meter a la fila. Luego nos volvimos a salir, y otra vez nos metimos. Como íbamos 18, pues era obvio cuando esto pasaba. Después, los primos de Cristina, y sus tíos, consiguieron lugar hasta adelante, y poco a poco nos fuimos metiendo. Ahí fue cuando nos echaron bronca. Empezaron a decir que nosotros nos pasábamos que ya ni chingábamos y nos la hicieron de pedo. Hasta que nos tocaba subir y los tipos se pusieron pesados. Los que estaba checando ahí no dijeron nada, y vieron a los vatos con cara de ya dejen de estar jodiendo. El tío de mi amiga habló con los tipos y les dijeron que sí, en efecto ellos nos habían otorgado el lugar, pero que era con la finalidad de entrar antes y por ende finalizar a tiempo, ya que nuestro hostal cerraba sus puertas a las 2, y ya eran pasado de la 1.- Que aparte no podríamos volver cualquier otro día porque no éramos de ahí, y que ya íbamos maquillados como para ya no subir a causa de esas cuestiones. Los tipos más pesados se pudieron y la hicieron más de pedo. Los de seguridad de ahí comprendieron nuestra situación y vieron a los otros con cara de no mamen. Nos preguntaron que si había problema con que los dejáramos por delante de nosotros. A lo cual respondimos que no, y pues ya pasamos todos. Luego nos burlamos en su jeta, porque al final les valió mierda el show que nos armaron. Por cierto, nos apodaron; ‘Los mexicanitos especiales’. Yo me senté junto con el primo de mi amiga, y bueh. Fred me ignoró todo el jodido rato, para escasamente pelarme en un momento en el que me hizo fotos para memes y así burlarse de mí y dejarme en ridículo en frente del chavo con el que venía. Acabó el recorrido, y se fue… Cris, Edgar –que también compartía habitación con nosotros-, el profesor y yo nos quedamos en una tiendita comprando. Y de ahí llegó una bola de vatos que venían en desmadre y se tomaron una foto conmigo, fue un oso tamaño colosal. Así que los que se dieron cuenta me jodieron hasta el cansancio con mi reacción de guats. Llegamos al hostal minutos antes de que lo cerraran, me metí a mi habitación. Y rápido aproveché para darle a Fred lo que le había comprado. Se quedó sin palabras, al parecer no se esperaba ese detalle de mi parte. Rápido me fui a quitar el maquillaje, me fui a poner la pijama, luego los tres –Fred, Cris y yo- nos largamos a las hamacas de afuera y nos acomodamos en la misma, ¿cómo no se rompió y nos rajamos la madre? Nunca lo sabremos. Nos quedamos hablando hasta las tres y media, y como no traíamos llaves, tuvimos que rogarle a una compañera que abriera para poder entrar a dormir. Nuevamente nos levantamos temprano – a las 6-. Rápido arreglamos nuestra maleta, nuestras cosas y nos metimos a bañar. Dejamos listo todo porque ese día regresaríamos a casa. Fuimos a Chapultepec y de recorrer todo el jodido lugar, los tres y Sara nos cansamos, ya ni lo recorrimos bien, de ahí nos perdimos y nos enojamos. Hasta que todos se dignaron a salir, nos trasladamos al Soumaya, y pasó lo mismo, de entrada por salida, ya que los 4 andábamos hasta la mierda de estresados y hambrientos. Nos pasamos a la plaza de al lado hasta que nos avisaron que ya teníamos que reunirnos para regresar a casa. Tragamos en el Taco inn y tampoco nos gustó. Al final, nos subimos a la VAN, en el camino vimos la película de ‘Buenos vecinos’ y al acabar ésta, caímos muertos hasta que regresamos a casa. Hasta el último día descubrimos que ‘El satánico’, era el que andaba de pedorro.
