Sí, hay muchas pero hay una en especial que he tenido últimamente en el pensamiento. Y esa persona me sigue doliendo, digo aún aunque suene algo tonto, llorando su ausencia, aun después de todo el tiempo. Hablaré de esa persona un tanto complicada, porque al final debo admitir que lo era, pero eso no me importaba porque mientras uno conoce a las personas, aprendeos a conocer sus gustos, sus debilidades y sobre todo sus defectos. Y yo sabía que no era mucho de expresarse. Era alguien que se reservaba mucho lo que le pasaba, pero era porque difícilmente confiaba en alguien. Brindaba protección a su manera, una manera tan cálida, a mí eso me hacía feliz, me hacía tener rabietas a veces, celos; pero que no se malinterprete, esos celos que siempre oculté porque yo no suelo ser celos ni mucho menos posesivo. Fueron algunos detalles que me hicieron sentirlos, y él conocía al parecer como provocarlos. Ah… Lo más importante es que me hacía feliz, muy feliz su compañía. Confíe plenamente en esa persona, hay dos cosas que me prometió y sigo esperando ¿Debería ya rendirme? Empiezo a creer que sí. Porque así como van surgiendo las cosas en mi vida dudo mucho esas promesas sigan en pie y más aún que se cumplan. Quizás ya hasta las olvidó. Y no puedo, no puedo ir a hablarle. Le prometí a una persona ajena a él que nunca más me acercaría y también se lo prometí a él luego de que me asegurara aquellas palabras de dicha persona. Es doloroso contener las ganas de querer poder verlo nuevamente. Porque muero de las ganas de preguntar cuál fue mi falla para que él dejara simplemente de confiar en mí. O.. ¿confiaba realmente en mí? ¿Quién podría vivir con esa intriga y más cuando a esa persona le entregaste un poco de ti por lo importante que fue? Que alguien me diga cómo porque yo no sé, y menos sé cómo controlar todos estos pensamientos buenos y malos que hay en mi cabeza, es una batalla que empieza agotarme mentalmente. Tantas preguntas sin respuesta, tengo tanto por cuestionar pero ahora que no está ya no puedo resolverlas y mis respuestas deducidas solo me hacen ver lo peor… las cosas hablan por sí solas. Quisiera que viniera y calmara mi mente, que me dijera que no es verdad todo lo que pasó pero… son sueños, sueños inalcanzables como aquellas palabras que pude obtener de él y que aun atesoro. ¿Fui tan importante para él como él lo fue conmigo? O mejor dicho es porque aún me importa. Me pregunto ¿Cuándo me voy a rendir? Nunca me escribió aquella carta que me prometió el O7/O9/2O15, supongo no tenía nada que decirme, porque no confiaba en mí. Lo que no sabía es con que me dijera un “Hola”, me hacía feliz, me gustaba leerlo. Aun lo leo, leo aquellos recuerdos, pero ya no me brindan aquella tranquilidad como antes, se volvieron tristes aquellos recuerdos. Aquel “Te quiero” ahora sólo me hace llorar y recordar todo aquello que pasó. Me hace dudar sobre si fue real o no, creo que solo fueron palabras… no estoy tan seguro ya de ello. Pero bueno… lo entiendo un poco, había cosas que ninguno de los dos podía olvidar ni pasar de simple, el pasado de ambos, los amores “Clavados” nos pudieron más. Aquellos amores por quienes siempre daríamos la vida aún a pesar de todo el “daño”. Me duele, no puedo ser egoísta y querer su compañía para mí o que me la diera a contra de su voluntad. Tampoco esperaré aquella pieza de piano que me prometió sólo para mí. Por qué alguna vez, dijo vagamente que solo tocaría para una persona. Vagamente recuerdo aquellas palabras. Las cosas lamentablemente no terminaron tan bien, por eso no decido hablarle, no puedo, no debo, él seguramente ya es feliz y quizás con ir solo lo molestaría. Solo espero que se encuentre bien donde sea que este, no pido que me recuerde. No creo haber dejado algún recuerdo bonito para eso, percibí su molestia con mi persona en ocasiones, ya no estás Hyung. Pero desde aquí quiero decirte que realmente te quiero, ahora solo me toca querer los recuerdos, aunque tristes pero es lo que al final me queda de ti. Gracias por regalarme parte de tu tiempo, gracias por todas las palabras de aliento que me diste en mis momentos tristes, gracias por esos pequeños detalles, por aquellos días de septiembre que me hicieron realmente muy bien. Me hicieron comprender muchas cosas. Gracias.
Para: El Panda con cara de Tigre.
Por siempre, el León con cara de Gato.
