Notes

Nos encontrábamos bajo una iluminación tenue sentados en el sofá frente al televisor que proyectaba los créditos de algún filme, una mantita cubría la desnudez de mis piernas dobladas con mis rodillas rozando el costado de tus muslos, mi cabeza descansaba sobre tu hombro mientras que uno de tus brazos me rodeaba la cintura. Aprovechando la escasez de luz, mi mirada tendía a desviarse hacia tu entrepierna, lo que interpretaste como si quisiera sentarme en tu regazo aunque no era mi intención, terminé por fingir que así lo era cuando me preguntaste gentilmente si deseaba que nos abrazáramos de esta forma como solíamos hacer, yo asentí con una tímida sonrisa y mi corazón latió con fuerza con emoción puesto que la idea tampoco me desagradaba aunque no estuviera pensando en ella en primer lugar, después de todo se sentía maravilloso abrazarnos de este modo, como absolutamente todas y cada una de nuestras interacciones llegaban a sentirse. Nuevamente, volví a agradecer internamente por la oscuridad de la habitación, ya que como imaginarás debía de encontrarme bastante sonrojada delatando mis pensamientos curiosamente pecaminosos. Lo que no imaginaba era que más adelante en aquella noche, ibas a ver mi rostro sonrojado de todas formas en una situación muchísimo mas comprometedora.

Entonces, tu otra mano libre se posicionó al otro lado de mi cintura y me levantaste ubicándome cuidadosamente sobre una de tus piernas, de forma instintiva mi rostro buscó refugio en tu pecho y tus brazos abrazaron de forma amorosa mi cuerpecito ejerciendo presión suave en este tierno abrazo el que perduró por unos minutos en completo silencio. Pronto, tus labios depositaron un beso en la parte superior de mi cabeza y luego uno en mi frente, suspiré con una sonrisa, ahora anhelaba besarte así que levanté mi cabeza y mis labios besaron la línea de tu mandíbula antes de besar la comisura de los tuyos. Me encontré con tu mirada antes de volver a tu boca, entonces, tus labios se unieron a los míos para besarme con calma, mis ojos se cerraron y mis manos se posicionaron en tus mejillas y mi cuerpecito se levantó acomodándose sobre ambas piernas pero con mis rodillas sobre tus muslos, es decir, me encontraba arrodillada sobre tu regazo, tus manos viajaron hasta mi cintura y mientras el beso aumentaba paulatinamente en intensidad, me senté en tu regazo con nuestros cuerpos uno frente del otro y mis piernas a ambos lados de las tuyas. En el momento en que tu lengua encontró la mía, y tus manos acariciaron mi espalda baja, mi cuerpo ante los simultáneos estímulos, comenzó a despertar cada vez mas entonces, mis caderas respondían en un coqueto pero suave vaivén que terminó por rozar la creciente prominencia que se escondía entre tus pantalones. Ambos jadeamos interrumpiendo el beso...

"Darko..."
"Kalon...no podemos..."
"Pero..."
Mi boca busco nuevamente a la tuya, gruñiste sobre mis labios y aunque titubeaste, nuestros labios volvieron a masajearse con ansias en un hambriento beso, mis caderas volvieron a balancearse ejerciendo presión sobre esa erección de la cual estaba tan curiosa, incluso si no estuviese precisamente dura...necesitaba observar, quería conocer su aspecto, y Dios, se sentía tan tan bien rozarme contra ella, sin embargo, nuestro beso se interrumpió una vez más al igual que nuestro intimo roce:
"Joder, pequeña..."
"Déjame... aliviarte..."
"No estás lista, no podemos.."
"No tenemos que llegar tan lejos...Qui-quiero, solo quiero mirar..."
"¿Mirar?" tus ojos galácticos penetraron los míos en una mirada tan fija y profunda sobre la mía al mismo tiempo que una sonrisa de medialuna se formaba sobre tu boca, de este modo, mi momento de osada valentía se esfumaba y la timidez se apoderaba de mi, podía sentir el rostro hirviendo y mi labio inferior comenzaba un ligero temblor que interrumpí atrapando entre mis dientes, entonces solo pude asentir sin lograr responder.
"¿Quiere mirar, qué exactamente?
Mi mirada se desvió y opté por mirar tus deliciosos labios para responder...
"A...ti"
"Entonces mírame" una leve risa varonil escapo de tus labios lo que me hizo hacer un puchero...
"Um"
Tus labios besaron este puchero y luego mis mejillas, sonreí tímidamente.
"En tu tiempo..."
Silencio.
"...Quiero verte...desnudo...ya sabes..."
"¿Solo ver?" susurraste sobre mi mejilla depositando pequeños besos.
"¿Me dejarías...tocarte? Yo estoy curiosa..."
Aunque no estaba mirándote pude sentir tu mirada fija en mi y pude sentir que ésta expresaba sorpresa..
"¿Estabas mirando... hace un rato?"
Asentí.
"Mírame, no tienes que avergonzarte..."
Tu frente se apoyo contra la mía, suspiré...
Volviste a hablar:
"Quiero que sea cómodo para ti, no invasivo...en tu tiempo. Puedes desnudarme tú, no lo haré yo, podría hacerlo muy rápido y no quiero asustarte."
Te miré tímidamente, mis ojos brillaban.
"¿Es un sí?"
"Sí, es un sí."