Notes

Contratos menores y anticipos de caja en la Administración pública ¿complementarios o competidores?
A menudo existe a nivel generalizado algo de confusión entre ambos conceptos, es decir se sabe que cuando hablamos de contratos menores , se trata de un proceso relativamente breve o más ágil en relación a otras contrataciones que realiza la Administración pública. Pero por allí circula también el conocimiento de que existen los llamados anticipos de caja fija, un recurso al que algunas administraciones echan mano, especialmente en casos de emergencias o cuando se trata de necesidades muy sencillas que deben ser cubiertas con celeridad.
Pues bien ¿cuál es la diferencia entre ambas cosas? A nivel de procesos en el Estado: ¿se complementan o son procesos que “compiten” entre sí?
La propuesta es definir ambos conceptos y dilucidar sobre sus diferencias y alcances.
¿A qué se llama anticipos de caja fija?
El mismo concepto de “anticipo” da algo de pista, en el sentido de que es algo que revela inmediatez. Este recurso está contemplado en la Ley General Presupuestaria ( nº 47/2003) que fue promulgada el de 26 de noviembre de 2003 y define a los anticipos de caja fija, como fondos que son provistos para su uso en carácter de “emergencias”; se aclara que se trata de partidas de dinero de carácter extrapresupuestario y que tanto cajas como pagadurías pueden hacer uso de ellos cuando se presentan necesidades que requieren cubrir gastos inmediatos en los diversos organismos y reparticiones estatales.
Lejos de ser un “desorden” presupuestario, los anticipos de caja son de hecho recursos que solucionan problemas que se presentan inesperadamente que deben ser resueltos con urgencia y que, en forma de fondos, van a ser aplicados posteriormente a los capítulos de gastos corrientes en los cierres de presupuestos anuales. Cabe aclarar que términos globales, estos anticipos no se consideran pagos de dinero que haya que justificar; la única limitante que se contempla o se especifica explícitamente, es que los mismos tienen un tope: no pueden superar el 7 % del total del crédito de gastos.
¿Quién o cómo son regulados? ¿Quién o cómo se define cuándo algo se resuelve mediante un anticipo de caja o por un contrato menor?
Lo dicho, generalmente la decisión se toma en función de la urgencia que exista para resolver un problema: si debe ser “ya”, el anticipo de caja es un fondo presupuestario, si bien acotado, pensado especialmente para estos casos. Si existe algo de margen de tiempo, o la necesidad excede el tope antes mencionado, habrá que realizar un llamado que contemple la realización de uno o más contratos menores.
En este último caso, relación a la motivación de la necesidad del contrato o resolverse por un anticipo, desde la entrada en vigor del Real Decreto Ley 3/2020, no es necesario realizar un informe justificando la realización de un contrato menor.
Además, la legislación al respecto de la transparencia del proceso es clara: las administraciones tienen la obligación de hacer publicidad cada tres meses, sobre aquellas cuestiones que –si bien requerían una resolución ágil – fueron objeto del mecanismo de los contratos menores. Dicha publicación debe especificar condiciones, a quién se adjudicó y el importe de la adjudicación. Todo es transparente.
Entonces ¿complementarios o competidores? Sin duda, son soluciones complementarias cuya aplicación está bien legislada.
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