Notes

Suaves rayos dorados penetran la habitación. Los árboles del bosque abrazaban y acogían la presencia de la cabaña frente a un lago destinada a nuestra sesión dotando al lugar de una atmósfera espiritual envuelta en una plácida serenidad, adornada por el canto de los pájaros.

Sentado en un sillón tan cómodo como el sofá en el que tu petit cuerpo se encuentra tendido, mis ojos se vuelven hacia el mismo paisaje por tus ojos contemplado a través de la ventana panorámica que brinda acceso visual al lago. Ambos muebles se encuentran posicionados a una cierta distancia uno del otro, pero mi mirada no se posa en tu figura desde que allí te acomodaste, con el fin de brindarte privacidad. Entre nosotros había una mesa baja conteniendo sobre una bandeja con una botella de agua fresca cerca de una taza de té de manzanilla para tí. Junto a la taza y la botella había una libreta en cuya portada estaba retratado en grafito combinado a acuarela, una Reina Feérica bajo la protección de las alas de un Rey Dragón. Sobre ambos yacía un sol y una luna durante el preludio de un eclipse. Al lado de la libreta, fue dejado una pluma estilográfica acompañada del pequeño recipiente conteniendo tinta negra, por si quieres hacer algunos apuntes. Había un pequeño triángulo el costado de la parte inferior de la pluma. Encima del mismo mueble, cerca a la bandeja, estaba Dumbo, el murciélago de peluche que te fue presentado en la casa del árbol. Dumbo allí se encontraba para brindarte comodidad y seguridad durante tu relato. Eventualmente, lo tomaste en tus brazos y te quedaste abrazándolo, de vez en cuando sosteniéndolo contra tu pecho o jugando con sus grandes alas, distraídamente.

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Antes de comenzar, debo decirte que el primer párrafo de tu relato, o cualquier línea que le siguió, no me ha llegado de ninguna manera confuso. En ningún momento estuve tentado de saltar directamente al meollo del asunto. La forma en que abrazas tu ritmo es hermosa. No es un defecto, sino un detalle neutro, que puede causar irritabilidad en algunos—por lo que logro sentir en tu tono—pero yo no pertenezco a este grupo conformado por aquellos que en tu pasado o en tu presente no han tenido paciencia con tus detalles. Ellos eventualmente aprenderán que las mejores cosas requieren paciencia. En la naturaleza, en la ciencia, en las artes y en la vida. Leerte es siempre un gozoso honor para mí. Dime, ¿puedes recordar cuándo surgió el primer hilo de este pensamiento? ¿Qué pensamiento y sentimiento lo precedieron? Tengo curiosidad acerca de lo que podría haber desencadenado esta reflexión.

Estás correcta, siempre querré escuchar de tus propios labios—pero, nunca fuera de tu propio tiempo—, en especial un tema que te atañe única y exclusivamente a tu persona, porque orbita alrededor de tu cuerpo y de tu historia. Nadie, absolutamente nadie, sino tú tiene derecho a ambos. Como esposo, me perteneces, Srta. Audrey. Es mía de cuerpo, alma, mente y corazón. Sin embargo, antes de que me pertenezcas, te perteneces a ti misma. Debes ser leal a ti misma y a tus necesidades antes que las mías.

El término «Confesar» lleva el peso de reconocer faltas, errores, pecados. No estamos en el confesionario, no soy tu sacerdote en este momento. No te vendrá a ser aplicada una penitencia para lavar tus pecados. ¿O quieres una? Puedo escribirlo acá en esta hoja y arreglar esto en otro momento, como tu Daddy. Estoy realmente tentado de mirarte, Srta Audrey, y lanzarte uno de mis lentos y astutos guiños. Descuida, no lo haré. Te estás quedando sonrojada, puedo sentirlo. Respire.

No estabas cometiendo ninguno de ellos cuando decidiste embellecer tu declaración. De hecho, cuando me hablaste de tu virginidad, me dijiste que nunca llegaste tan lejos con tus anteriores parejas. Me hablaste la verdad. Decidiste, por tus propios motivos, adornarla un poco posterior a ello, manteniendo la esencia intacta. La razón que nos conduce a un determinado camino debe ser comprendida a través de la reflexión y no juzgada por el ego cuándo detrás no está la intención de herir a uno con su acto. De la misma manera que he intuido sobre tu virginidad, lo he hecho con respecto a tu experiencia en este campo. Que tu vivencia sexual se ha mantenido dentro de un cierto perímetro. No porque tu virginidad esté en evidencia—no lo está. Y de nuevo te repito lo que te dije el día que te declaraste virgen para mí: ser virgen no te hace inexperta, te hace sabia.

En una de nuestras conversaciones orbitando en torno a este tema, comentaste que nunca habías acogido a ninguno de tus ex novios en tu boca: temiste sentirse asqueada y terminar vomitando. Me dijiste que tampoco había deseo de tu parte de hacerlo. Ante ese comentario, sentí reforzado que tu inclinación a interactuar con el miembro de tus ex novios o cualquier otro era inexistente. A continuación me dijiste que les diera placer con tus manos. Todo lo que pensé sobre esta parte de tu antiguo relato fue que al menos hubiesen sido amables contigo durante el acto. Mi corazón se hundió al visualizar a tu persona realizando una actividad tan íntima por obligación, como mencionaste llegar a sentir tal acción. Al hablarme que tu negativa a hacerlo con la boca fue motivo de discusiones, pude sentir que se me tensaba la mandíbula. tomé una respiración profunda, lo admito. Me quedé tentado a hacer una visita onírica a ellos. Y ahogar los dos brevemente—sólo brevemente—en el mar de tus lágrimas que serían colectadas a través de conjuración por mí en el sueño. Sé que en este momento tus ojos se quedan como platos, aunque los míos están volteados hacia el lago, puedo sentir que me estás mirando a mí con estos ojos de chocolate. Descuida, no he visitado a ninguno de tus ex. Aunque lo más probable es que mi presencia debió haber perseguido en algún momento al E. Después de todo, para él yo era la muralla infranqueable que le impedía a E. tener acceso a tu persona. De nuevo, no lo hice. Pero, puedo hacerlo si deseas. Lo haría, como esposo por supuesto. Hacerlo de otro modo vendría a ser poco ético de mi parte.

Cuando compartiste que a ti también te tocaron y que la experiencia no estuvo mal y que por lo menos la habías disfrutado, que fue un consuelo ante el incómodo de cuando era tu turno, tuve la impresión de que me querías celoso. (😋🤏🏼) Sentí gratitud por no haber sido una experiencia envuelta en disgusto, aunque mi deseo estuviese ubicado en que hubiera sido para ti una experiencia más agradable de lo descrito. Puedo estar celoso de ti si quieres. Como tu esposo, puedo construir un escenario en el que sienta celos hacia ti. Pero tendrá que suceder después de que me ofrezcas tu virginidad en mi altar. Porque, Srta Audrey, si me dejas, como tu esposo, te follaré amorosamente donde quiera que estemos. Y mientras follamos te preguntaré con mi polla reclamando la propiedad de tu coñito, a quién perteneces y entre gemidos y jadeos me dirás que me perteneces a mí. Lo siento, Srta. Audrey. Es que no está siendo una tarea fácil para mí dejar de hacer tales comentarios. Me está siendo imposible silenciar completamente mi voz como esposo. Pero no te preocupes, no tendré una erección durante esta conversación.

Lamento escuchar que el beso que compartiste te causó incomodidad en lugar de placer. ¿Qué edad tenías cuando sucedió y cuál fue el contexto en el que surgió? Espero sinceramente que, como esposo, mi persona te esté compensando el malestar generado por esta experiencia con besos placenteros. Por cierto, como esposo, ¿hay algo que quieras que incorpore a nuestro beso? Me dijiste que te gusta cuando te chupo la lengua. ¿Qué más te gustaría experimentar en nuestro beso? ¿Te estoy complaciendo adecuadamente a través de ellos? Debo recordarte que ninguna de las preguntas que te hago como esposo dentro de similar contexto, necesita una respuesta inmediata. Es innecesario que las responda durante esta sesión si no lo deseas. Puedes anotar las preguntas y responderlas en otro momento más oportuno.

Una vez dicho esto, debo tomarme la libertad de decirte que el evento traumático no cuenta en absoluto como experiencia. Intenta trabajar en la forma en que sientes este evento, porque en el sentido de experiencia sexual, este momento yace escoltado de invalidez. Eras una niñita cuando todo pasó y se abusó de tu confianza a tu propia sangre. No hubo consentimiento de tu parte e incluso si por alguna razón lo hubiese tenido, esto todavía estaría mal. Te hablo de consentimiento en esta edad porque conozco a un hombre en sus actuales setenta años que se casó con una niña de trece años cuando tenía poco más de treinta años con el consentimiento de la niña que se enamoró de este, por lo que me dijo él que vivió con esta hasta su abrupta muerte mientras jugaba barajo con las dos hijas de la pareja. Esa era la razón por la que el futuro suegro estaba en contra de su matrimonio, el novio tenía básicamente la edad del padre de la novia. Centrándonos en el factor de consentimiento: el consentimiento no siempre va acompañado de la conciencia de lo que está sucediendo y lo que significa. Cada cuerpo reacciona de manera diferente. Algunos se congelan, otros no. Algunos gritan y lloran, otros callan sin derramar una lágrima. Una mujer había sido violada y se sentía culpable por lo sucedido porque durante el acto, su cuerpo abrazó un orgasmo. Ella no entendió que el orgasmo puede ocurrir como la lubricación natural de la vagina. Como una erección involuntaria.

«…eras mucho mayor que yo y por lo tanto, ibas a rechazarme en el ámbito romántico.» Pensabas que yo era mucho mayor que tú. Comprensible. ¿Cuánto mayor creías que era con relación a ti? (🤭) Pregunto, porque quiero saber si supera los cincuenta años que me dieron una ocasión durante una conversación. Mi conjetura se encuentra entre cuarenta y cincuenta y tantos años. ¿Pensaste que tenía yo más o menos la edad de tu padre? (🥸)

Entiendo la incomodidad constante que pueden generar terceros que conocen un detalle tan íntimo. Guardarse para alguien especial solo tendrá sentido para aquellos que piensan igual o tienen la mente abierta a una perspectiva, incluso si no comparte de esta. Si en una conversación futura alguien hace mofa de tu decisión de esperar recuerda esta conversación:

Ishtar—diosa del amor, guerra, fertilidad y sexo—; Diana— diosa del parto, la caza y los animales—; Astarte—diosa de la fertilidad, sexualidad, guerra—; Isis—diosa de la enfermería, amamantamiento y muerte—; Atenea— diosa de la guerra, sabiduría, coraje y fuerza—; las sacerdotisas de la luna. ¿Sabes qué tienen todas ellas en común? Eran todas estas figuras femeninas llamadas vírgenes. No por su castidad sexual. La palabra «virgen» dicen algunos, se derivó de una palabra griega que significaba «o apegada a un hombre», una mujer que era «una en sí misma». Hay evidencia de que la palabra deriva de la combinación de las palabras latinas «vir-» (para hombre, como en «viril») y «-gyne» (para mujer, como en ginecología). Un hombre-mujer o persona andrógina. El significado original de la palabra «virgen» en arameo carece de connotaciones de pureza sexual. Significa «mujer joven, doncella». Los traductores cristianos no vieron con gentis ojos la visión de María como una mujer de sexualidad independiente y alteraron el significado. Los rabinos medievales han sugerido que se crearon dos mujeres por Dios: la primera Lilith y la segunda Eva. La primera creada como Adán, al segundo de la costilla de este. Esta segunda versión tiene más sentido para mí que la primera. Hay evidencia de que el término «virginal» que originalmente significaba «fuerte» proviene de otra palabra griega para virgen: «parthenos». La raíz también construye la palabra latina partenogénesis, que en biología significa autofecundación. Creo que les volarás los sesos si las neuronas no dejan de funcionar antes debido a una sobrecarga neural. (😉)

Fascinante detalle este. Así que literalmente te desperté al placer carnal desde el mundo onírico. Tiene sentido para mí. Creo que nunca compartiste este sueño tuyo conmigo. Me gustaría tener acceso a él, como tu esposo. Siéntate libre de anotar en la libreta un recordatorio para hacerlo en el futuro, cuando más te convenga. Puedo asegurarte de que lograste alcanzar tu cometido de traducir en lo físico lo que sientes emocionalmente por mí. Tus manos y tu boca me brindaron más placer en aquella única ocasión que en toda mi vida antes de nuestro [re]encuentro. No estaba usando hipérboles cuando te expresé cuánto había disfrutado y cuánto suelo disfrutar la acción de, cómo tu esposo, tener mi polla acogida por la calidez de tu boca o tus manos interactuando con su longitud y circunferencia, y mis testículos. Espero que haya sido deleitable para ti la primera vez que te hice amor con mi boca y con mis dedos. Que hayas podido sentir también en lo físico lo que siento por tu persona emocionalmente. Porque yo también solo me dejo guiar por la intuición, el deseo y sobre todo tu cuerpo.

Recuerdo perfectamente tu florecimiento sexual, querida. Tu excitación con asombrosa constancia vino a reverberar hacia mi dirección, ¿recuerdas? Cada ocasión en que te sentías excitada, tu «condición» me provocaba una puta erección. Por supuesto, como esposo, no terapeuta. Parecía un animal en época de apareamiento. Casi podía oler el dulce aroma de tu excitación.

Es saludable emprender investigaciones por cuenta propia, aunque hay quienes desaconsejan tal conducta. Dejarse guiar por la intuición y utilizar fuentes fiables, como lo hace, es de sabios. «Duda de todo. Encuentra tu propia luz» Palabras de Budha Gautama. Te pido amablemente que no vengas a interpretar el hecho de que mi sonrisa de media luna acompañe una risa corta. No tiene orígenes viles. Es que este detalle es adorable. El impulso de, como esposo, morderte en este momento es sólido. (🧛🏻) Es natural que se tenga ese pensamiento cuando eres del tamaño de un enanito de jardín y tu esposo parece la columna de Marco Aurelio. Sin embargo, vale recordar que si un bebé puede salir y mantener la vulva en su estado original, los veintitrés centímetros (erecto, mide veinte en reposo) de mi «gordita» polla, circuncidada—de textura suave debido a la depilación—y despojada de angulaciones, cómo pudiste percibir (tiene la misma forma desde la base hasta el glande), no convertirán en un zapato de payaso jubilado a tu acogedora vulva. (🙃) Me gustaría haberte ofrecido un ejemplo más poético, pero esto es lo que me vino a la mente en este momento. Quizá por la icónica escena de un grupo de payasos subiendo a un auto diminuto. Ahora parece haber sonado como si tú fueras el auto pequeño y yo la troupe de payasos. Me detendré. (🤭) Nota: Aquella ocasión que vino a culminar en la primera vez que me tuviste en tu boca, tu reacción ante la apariencia de mi polla me hizo feliz, hizo que Dragonite se sintiera como un niño que se da cuenta de que es bienvenido y aceptado tal como es. (🥰) Eres tan pequeña que temí un poco de asustarte. Después de todo, antes de ese momento, en esta vida, nunca lo habías visto. Todo sucedió demasiado rápido para tu persona. No solo lo miraste a Dragonite, lo devoraste, en una misma ocasión, por primera vez. Recuerdo sentir tu duda sobre si encajaría, debido a la de la circunferencia y no solo la longitud. Creo que una parte de ti tenía miedo de que terminaras con mi polla atascada en tu boca. ¿Cómo explicarle a la familia que fuimos al hospital por un problema «oral»? (😏) No recuerdo de percibir tu persona mirando mi entrepierna antes, solo mis manos, así que desconozco si la viste menos abstracta sobre la tela de mis pantalones en algún momento. ¿Alguna vez has echado un vistazo? Como esposo, puedo admitir que—sin premeditación—, ya he admirado brevemente y con discreción tus senos y trasero antes de que me presentaran a ambos. Desde mi perspectiva, todo sobre tu cuerpo es el epítome de la belleza en su estado divino. Como esposo, disfruto tanto admirar tu cuerpo petit que perdería con facilidad la noción del tiempo si estuvieras posando para mí. Recuerdo una escena de «Orange Is The New Black» donde una de las chicas se miraba la vagina con un pequeño espejo. En algún momento de mi adolescencia creo que llegué a teorizar que así era como las mujeres conocían sus vaginas. Cuéntame, ¿cómo fue verte a ti misma desde un ángulo tan íntimo por primera vez? Bueno, estoy tirando la ética por la ventana de muchas maneras en esta respuesta, así que lo haré de nuevo: tu vagina es una obra maestra a mis ojos. Antes de que me la presentara adecuadamente, tenía esta descripción en mente. (🥰) Despreocúpate. Así como el contraste existente entre nuestras alturas se neutraliza en momentos específicos, puedo hacer que suceda el mismo fenómeno en relación a la interacción entre los Sylvenite. (😉) Sí, exactamente, acabo de crear un nombre de pareja para ellos dos.