Notes

Mis labios lentamente posicionándose sobre los tuyos, apenas rozando en su centro antes de depositar un fugaz beso sobre ellos. Cuando estoy a punto separarme, tu boca roba unos cuantos más provocando una sonrisa que acaricia tus labios con mis dientes. Mis ojos se cierran, mi completo ser imbuye en la celestial y divina sensación que me induce a escapar de lo terrenal dejando atrás a la realidad al mismo tiempo que puedo sentir el tiempo detenerse. Mi cuerpo se estremece en un escalofrío que me recorre y eriza por completo ante tu cuerpo que es atraído a la solidez del tuyo. Mis ojos vuelven a abrise en sorpresa al sentir como juguetonamente vienes a degustar mi labio inferior con una deliciosa lentitud, mi mirada se encuentra con la tuya. Me siento hipnotizada y a pesar de querer desviarla no soy capaz de hacerlo, mientras esto sucede, y cuando vuelvo a ser consciente me encuentro lejos del suelo, en la comodidad de mi hogar: tus brazos. Mis manos permanecen sobre tus hombros, mi rostro se esconde en el embriagante aroma de tu cuello. Tus manos sosteniendome de la espalda y los muslos, mis pies se mueven juguetonamente. Mis labios besan con adoración y delicadeza la sensibilidad de tu cuello, tejen un camino de besos húmedos lentos hasta alcanzar tu barbilla. Mis dientes fingen morder pero apenas le rozan, casi imperceptible en la delicadeza con la que lo realizo. Avanzo hasta tu mejilla, me acaricio contra esta. La punta de mi nariz rozando con ternura. Mi frente acariciando como un minino, y quedándose luego fija en el costado de tu rostro. —Daddy... —Susurro sobre tu piel, tan bajito—