Notes

Querida Eileen,

Siempre tendrás comprensión de mi parte, o al menos el intento genuino y sobre todo el interés por comprender.

Comencé la lectura la semana pasada. Elegí no tejer comentarios sobre haberlo hecho para no causar ningún nivel—ni siquiera el más mínimo—de cierta ansiedad en tu corazón con respecto a tu favor: mi opinión. Pretendo dar continuidad a cada aparición favorable de oportunidad de lectura. Puedo decirte que estoy disfrutando de esta experiencia literaria.

Tienes una escritura cautivadora, fluida y limpia que es gramaticalmente atractiva, Eileen. Hasta ahora, no hay nada que haya roto o debilitado mi interés por seguir leyendo. He sido capaz de sentir la presencia corpórea de los personajes y sus familiares. El latido de sus corazones, el vibrar de sus almas, escuchar los engranajes de sus mentes en funcionamiento ante cada evento. Las pasiones individuales y las compartidas entre los personajes, los valores, las creencias, los sueños, las batallas interiores y exteriores que culminan en breves reflexiones que desbordan de las páginas para la mente del lector. En especial, un lector como yo con natural inclinación a las cavilaciones. Los escenarios y las situaciones presentadas. Esta es la manera que me ha llegado tu escritura hasta el momento presente. Si tuviera un corazón, siento que su latido vendría a evocar «This Is Us». No sé precisar una razón específica para ello, a excepción de que, a su propia manera—igualmente envolvente y multifacético, nos llega ambos como una colcha de historias cosidas junto a historias que no compiten entre sí, sino se complementan, se armonizan. Un mundo dentro de otro, una capa encima de la otra en un pastel de varios niveles. ¿Alguna vez has considerado crear una lista de reproducción inspirada en tu proyecto? Me gustaría escuchar las canciones que sientes capaz de transportarte para tu historia. Me es imposible no preguntarme cómo fue concebida. Ya sea que apareció discretamente, como un pensamiento que toma forma y peso poco a poco. Se te presentó con una maleta en la mano y diciendo: «las demás ya están en camino».

Sinceramente,

Arman.