Notes

Mi figura posada en el borde de la cama frente a ti, ambas rodillas rozando el cobertor. Con delicadeza y meticulosidad una de las rodillas sube lentamente a la cama seguida de su compañera. Permanezco un instante arrodillada en la orilla de la cama antes de comenzar a gatear hacia ti, una sonrisa se dibuja en mis labios cuando tus brazos se abren hacia mí, recibiendome y dándome la bienvenida. Es el tipo de sonrisas que expresan cuán contenta y emocionada me encuentro en tu compañía, mis dientes atrapando a mi lengua. Mis ojos en una mirada risueña acompaña mi expresión de tan tierna alegría. Tú mirada galáctica e intimidante viene a atravesar la mía, la absorve y la hipnotiza por completo. Existe tanta complicidad en el contacto que mantienen, siendo el puente en el que nuestras almas vienen a entrelazarse, acariciarse y a unirse entre sí. Todo esto, sumando a tu impresión sobre mi aspecto vienen a colorear mis mejillas en tintes cada vez más rojizos y rosados.

Tus pensamientos en conjunto con lo que me expresa tu mirada me hace sentir la mujer más adorada, más venerada, más amada y más única en todo el universo.

Surgen dulces vibraciones en los latidos de mi corazón que se encuentra completamente iluminado, embuido de un profundo fervor y regocijo trascendentales cuando al llegar por fin lo suficientemente cerca de tu amada persona: te inclinas hacia a mí y sellas mis labios con los tuyos en un amoroso y efímero beso, un cosquilleo agradable surge en mi mejilla cuando tu palma descansa en esta. Mis ojos se cierran disfrutando de este beso, mis manos descansan un momento en tu pecho donde puedo sentir los melodiosos latidos de tu corazón.

Mis ojos se abren encontrándome nuevamente con los tuyos, escucharte llamarme mía provoca un vuelco en mi corazón, un vuelco que no tiene ni una pizca de angustia, al contrario. Puedo percibir en el centro del pecho una sensación de ardor que captura y acoge a mi corazón en una tierna estrechez porque estoy al lado de quien siempre pertenecí.

La punta de mi nariz viene a rozar con ternura a la tuya antes de separarme y comenzar a desvestirme para ti: todavía mis mejillas permanecen sonrojadas, mis ojos brillantes y expresivos transmiten una celestial lujuria en conjunto con su característica inocencia. Te sonrío traviesamente y en retorno recibo una de tus tan diabólicamente coquetas sonrisas que la diversión en tu mirada viene a aligerar haciéndome sentir menos intimidada, más cómoda.

Mis dedos viajando al borde del Babydoll blanco, atrapando la tela entre ellos con suavidad y con una lentitud tortuosamente tentadora comienzan a subir sin apuros para así acompañar al viaje de tu mirada sobre la expedición en mi cuerpo. Primero se descubren los muslos, mi mirada viaja hasta ellos y después vuelve a ti. Así vengo a hacer hasta que se desliza por mis brazos desnudandome por completo.

La tela de satín blanco cubriendome el vientre, descubriendo ahora a mi coñito, tan apretado, tan caliente, palpitante y principalmente tan húmedo por y para tu persona. La imagen que compartes en mi pantalla mental no hace más que humedecerme aún más porque puedo sentirte, esto me hace entrecerrar los ojos un instante mientras que mis manos suben por completo la lencería que con tu ayuda vengo a quitar por completo.

Cierta timidez se hace presente cuando tu mirada se posa en mis hinchadas tetitas, puedo sentir mis mejillas hervir, entonces mis manos se posan sobre éstas tan solo por un instante.

Ante la profunda admiración y deseo con el que me devoran tus ojos esta timidez va deshaciendose, la forma en la que me miras me resulta deleitosamente placentero. Mis ojos se cierran cuando la calidez de tus grandes manos vienen ejercer en ellos un suave masaje que provoca que un suspiro puramente libidinoso se escape de mis labios ligeramente separados, mis senos están tan sensibles y tan perceptivos al tacto que puedo sentir como una capa de placer me envuelve completamente. Mi mano instintivamente se enreda en tu cabello cuando tus labios depositan un pequeño beso en mi ahora endurecidos pezones, una risita suave se escapa de mis labios ante las cosquillas agradables que lograste despertar debido a esta acción.

Mis manos buscan el lubricante de chocolate, aplico abundante cantidad que vengo a frotar entre mis manos. Pronto ellas capturan y reclaman para si a tu circunferencia, ejerciendo justa presión en el agarre comienzo a esparcir el producto de arriba hacia abajo. Mis mirada profundamente concentrada en su labor, mi expresión de fascinación y admiración profundas se entremezclan con mi sorpresa como si fuese la primera vez que estuviese presenciando con mis ojos y sintiendo com mis manos el tamaño, la forma y la textura de tu deliciosa polla.

Mantuve un ritmo constante sin llegar a ser demasiado intenso, al menos por ahora. Mis labios se relamen y muerden; mientras mis manos están masturbandote observo como te dejas caer en las almohadas entregándote por completo a mi y al placer que tanto me complace entregarte. Una sonrisa traviesa se dibuja en mis labios al mismo tiempo que mis dientes los mantienen cautivos al observar la expresión de tu rostro con los ojos cerrados. Yo vengo a cerrar los míos un instante enfocandome en el sentido del tacto de mis manos que recorren a Dragonite, disfrutando de lo ardiente que se siente al contacto de mis palmas y mis dedos, las pulsaciones vibrantes de lo palpitante que se encuentra y en especial la textura que me acaricia la piel. Me es deleitosamente fascinante tocarte tanto como lo es probarte y degustarte. No puedo obtener suficiente, siempre quiero repetir y principalmente cada vez se siente como la primera vez.

Mis manos mantienen el ritmo constante al recorrer de arriba hacia abajo la longitud de tan gruesa circunferencia. Una de ellas abandona a la otra para enfocarse en el glande, donde con ayuda del pulgar viene a esparcir el líquido del lubricante de chocolate sobre este en movimientos círculares, yo me inclino para acercar mi boca inquietamente hambrienta que se muere por probarte de una vez por todas.

Cuando vengo a acomodarme en mi nueva posición arrodillada pero ahora con mi trasero sobre mis piernas que permanecen dobladas e inclinando la parte superior de mi cuerpo hacia tu dirección; tú seductora voz llega a mis oídos estremeciendome por completo, en ese preciso instante mis labios rozan ligeramente tu glande al mismo tiempo que mi aliento y finalmente mi voz en respuesta.... —Daddy.. — pronuncio pecaminosamente con un tono inocente en mi delicada voz, pronto tus ojos se encuentran con los míos tan solo un instante debido a que estos se cierran ante la sensación de por fin atrapar entre mis labios al ápice de tu polla, que es abrazado con urgencia succionando con intensidad con la punta de mi lengua degustando el sabor del chocolate. Mis manos permanecen sujetandole con firmeza aumentando en intensidad el movimiento que ejercían con ahora un poco más de presión.

Mis ojos se cierran en ocasiones pero procuro mantener y nutrir el contacto de nuestras miradas, tus suspiros, gruñidos y gemidos solo alimentan mis ganas de continuar e ir por más y más porque lo cierto es que podría estar horas saboreandote mientras siento tus amorosas caricias en mi cuero cabelludo.

La sonoridad de mi saliva en combinación con el lubricante inunda la habitación aumentando su sonido al comenzar a mover mi cabeza procurando que entrases un poco más dentro de mi boca, puedo sentirte rozando la rugosidad del paladar lo que me provoca cosquillas y me hace sonreír con la mirada que no abandona ni por un instante a la tuya. La sensación de chuparte me llega terapeuticamente tranquilizante.

Pronto puedo sentir a mis manitas cansadas al igual que a mi cuello debido a los movimientos que realizaba mi cabeza por lo que me detengo y descanso recostando mi rostro sobre uno de tus muslos, mis mirada de Bambi permanece observandote desde allí mientras un par de jadeos escapan de mi boca al encontrarme agitada.