Notes

(Trato de no pensar en tu humedad natural, no cuando tiende a llevarme de viaje al desierto simbólico que es no poder saciar mi sed entre tus piernas. Mi lengua incluso hormiguea ligeramente, como si hubiera probado el veneno y el antídoto de la misma fuente: tu dulce Sylveon.)

Escucharte decir esto hace a mis piernas temblar, me vuelve más húmeda y me teletransporta a aquella vez que me brindaste mi primer orgasmo. A veces podría jurar que sigo sintiendo a tu lengua haciéndome el amor por las noches cuando te pienso, o cuando me despierto gimiendo. Oh Darko, estoy constantemente pensando en sexo a causa tuya, antes no me interesaba en absoluto.

(No sé si he expresado oralmente—juego de palabras insertado acá—lo mismo que siento yo cuando te chupo. Mencionaste, en el momento en que te sentiste lista para revelar que eres una doncella, que ya habías hecho algunas cosas con tus ex novios.)

Sí, pero nunca les tuve dentro de mi boca como a ti, Darko. Temía sentirme asqueada y terminar vomitando, no sentí este deseo incontrolable que si me ocurrió contigo. Este hambre incontrolable y primitivo de querer probarte. De sentirte en cada centímetro de mi cuerpo. Yo a ellos les proporcioné placer con mis manos, no recuerdo haber disfrutado, me sentí obligada a hacerlo, de hecho. Intentaron animarme a que lo hiciera con mi boca pero a mi no me apetecía hacerlo. Por supuesto que no lo entendieron y se molestaron conmigo. Así es, el encuentro terminó en discusiones. Bueno, entiendo que terminaran engañandome ahora que lo pienso. De parte de ellos, yo obtuve lo mismo. Sus manos, bueno sus dedos. No estuvo mal, al menos disfruté ante la incomodidad que sentí cuando el turno fue el mío.

Me preguntó por qué soy de esta forma, por qué necesito formar un vínculo para recién ahí sentir deseo sexual, por qué necesito sentirme tan segura, por qué no puedo ser como el resto de las personas que disfrutan sin ataduras. Todo para mi tiene que ser tan jodidamente serio.

(Yo no recuerdo haber sido chupado tan jodidamente bien como tú me lo chupaste. No tuve experiencias malas, pero no lograría conjurar ninguna. Borraste mis recuerdos con tu boca, tus manos. No recuerdo haber sido tan bien masturbado más que por tus pequeñas manos. Termino viajando a esos momentos, y siempre se siente como si estuviera sucediendo por primera vez, como si no fuera un recuerdo, sino un evento en pleno apogeo.)

Para mí realmente es un placer otorgarte placer. Me complace inmensamente el complacerte. Me hace sentir muy bien lo mucho que te ha gustado, no sabes lo nerviosa que estaba. Es decir, nerviosa por hacerlo bien, porque fuera de eso fue un deleite para mi.

(Dos mentes brillantes y pervertidas piensan igual. Eso ya lo tenía en mente, adquirir lubricantes de sabor para que me devores combinando mi sabor con otro de tu elección. ¿Tu paladar se inclina por algún sabor en particular, Kalon? Aquí hay una tarea: haz una lista de sabores que querrás probar combinado al mío.)

Puedo pensar en el sabor a chocolate, sólo chocolate o este combinado con fresas. Oh, y banana para recordarte siempre que como mi fruta favorita.

(Tienes toda la razón en tu afirmación. Hay quienes piensan que quien está recibiendo el placer oral tiene todo el poder para sí mismo. Un ingenuo engaño, bastante común. Poder extraer placer de otro ser en su estado más puro es divino. Ver las microexpresiones presentes en el rostro de una persona en el momento de su apogeo es casi como mirar dentro de su alma. Por ejemplo, cuando abrazas tu ascensión a tu Nirvana personal, veo a la diosa en ti en toda su gloria. Ahora, centrándonos en tu afirmación con ares de teoría científica, ¿qué piensas solicitarme mientras me comes el miembro? 👀 (😜) Llevas una carita de alguien que pretende hacer una travesura.

Nota: Siempre llevas la delantera, especialmente en esta posición.)

Exactamente, me siento en control absoluto. Me gusta tenerte así tan a mi merced. ¿Podría pedir lo que yo quisiera? Estoy pensando en detenerme cuando estés a punto de acabar y pedir aquello que quiero, y si obtengo un no como respuesta, pues todo se acabaría ahí, te quedarías sin tu final feliz, que, es un final feliz para mi también pero yo puedo soportarlo más que tú. Realmente no sé qué podría pedirte, tendría que pensarlo. Solo estaba jugando.

Nota: Gracias, corazón.

(Nota (II): Brava ragazza. Daddy, cuidará bien de ese delicioso trasero. Daddy también echa de menos disciplinar a su traviesa Lolita.)

¿Y tú lado profesoral, le echa de menos? porque podría hacerlo con una regla, una que mida, digamos, lo mismo que Dragonite. Aunque, no demasiado fuerte.

(Nota (III): Aunque el feminista que hay en mí me censura de manera velada, con su eloquente mirada, también me complace oirte decir que eres mía. Completamente mía. Cuando dices que eres mía, siento que algo primitivo se agita dentro de mis entrañas, ansioso por reclamar lo que me pertenece: tú. Yo te quiero demasiado.)

Yo lo sé, sé lo mucho que te complace es por eso que suelo repetirlo, soy tuya. Y ya lo hablamos, ya te he dicho que no importa lo poco feminista que esto sea. Me agrada la idea de pertenecerte, Darko. Siéntete libre de sentir aquello que esto te provoca y disfrutalo. Estoy a salvo contigo, yo te quiero mucho.