Notes

CAPITULO DOS.

MELODÍAS Y BESOS.



Ganas de ir al festival me faltaban, tanto que dudé en ir, pero, ¿qué más haría una chica de de diecisiete años un viernes por la noche sin electricidad? Así que por una vez caí en el estereotipo de adolescentes y dejé de lado mi faceta de anciana atrapada en un cuerpo de épocas posteriores.

Bajando por la escakera de incendios pensé en dar la vuelta pero una Josephine cruzada de brazos y con una mirada retadora al darse cuenta de mis intenciones no tuve más remedio que apresurarme y sonreír de forma un tanto falsa. Al reunirme con ella, envolvió un brazo en el mío e inició el recorrido.

— ¿Ves? sabía que me acompañarías.

— Bueno, tampoco es como si tuviera posibilidad de que me dejaras no ir.

— Chica lista.

La noche se encontraba un tanto fría, haciendo que el concepto de festival de verano sonara irónico. Las vestimentas solían ser veraniego y casual pero considerando el clima que hacía me sentía orgullosa de mis vaqueros, camiseta simple color mostaza y botines oscuros en comparación a los shorts, blusa sin tirantes y sandalias de Josephine y seguramente el ochenta por ciento de las chicas. Lo único que parecía ir acorde con la ocasión era la corona de margaritas que llevaba sobre mi cabello suelto que había hecho en la escuela como proyecto en la primaria.

El camino se encontraba iluminado por antorchas clavadas al suelo de unos dos metros para que nadie se perdiera de camino al lugar pero aún así la iluminación era apenas suficiente por lo que lo único que podía divisarse eran siluetas de parejas, niños corriendo o grupos de amigos conversando. El murmullo era constante y las risas armoniosas aligerando el ambiente.

— ¿Qué piensas hacer con Todd?