Notes

Kieran started the chat 100 minutes ago
Sun la morocha entered for the first time 97 minutes ago
Sun la morocha: Buenas, amor de mi vida.
Sun la morocha: Ponete Ki el pelirrojo, shdjehbfejubfjerfe.
Kieran: Voy.
Ki el pelirrojo. (Kieran) joined the chat 96 minutes ago
Ki el pelirrojo.: Hecho.
Sun la morocha: freyuhdfejn742euhbdxjfvr​nhbfgudxjnms
Sun la morocha: Hola, bombón.
Ki el pelirrojo.: Hola, buenorra.
Ki el pelirrojo.: JAJA, qué coño digo.
Ki el pelirrojo.: Es verte y se me va.
Ki el pelirrojo.: Me pierdo.
Sun la morocha: JSJAJAJAJSJSJSJS.
Sun la morocha: Cosita hermosa de mí.
Sun la morocha: Me luelen las nalgas, lloro.
Ki el pelirrojo.: ¿Y eso por qué? ¿Les hago mismos para que el dolor pase?
Sun la morocha: Debe ser porque hace un ratito me senté y no puedo estar mucho tiempo con el ass pegado a una superficie, dijo. Y lale, mimales.
Ki el pelirrojo.: Mimos*. Pude mismos, soy imbécil.
Ki el pelirrojo.: Puse*.
Ki el pelirrojo.: Mira, a la mierda, dimito.
Sun la morocha: SDFGHJ, pinky promise que ni lo noté eh.
Sun la morocha: ¿Diwhat?
Ki el pelirrojo.: Dimitir, a ver.
Ki el pelirrojo.: Renunciar.
Sun la morocha: Ah, bueno, jsjs, tan culta no soy.
Ki el pelirrojo.: Por cierto, ¿qué quieres rolear?
Sun la morocha: Han pasado diez años desde la última vez en la que leí un libro, so.
Ki el pelirrojo.: ¿Diez? Joder, JAJA.
Sun la morocha: No lo sé, el otro día dijimos de entrenar pero si lo hacemos un rato y ya nene, no tanto.
Sun la morocha: Bueno, vos te lo tomás todo al literal hoy o.
Ki el pelirrojo.: Un rato entonces, pero lo haremos a mi manera, es decir, al aire libre, ¿va?
Ki el pelirrojo.: Hoy ando que no ando.
Sun la morocha: Está bien, ¿qué vamos a hacer, entrenador?
Sun la morocha: Jsjsjs, yo no, tengo mucha energía. (Ni tanto)
Ki el pelirrojo.: Primero: correr.
Ki el pelirrojo.: Podemos ir hasta el parque corriendo, y ya allí miramos qué hacer, ¿te parece?
Sun la morocha: Me parece perfecto, aunque soy más de trotar que correr pero espero poder seguirte el paso.
Ki el pelirrojo.: Con correr me refería a trotar, no vamos a meter el turbo nada más empezar.
Ki el pelirrojo.: Culpa mía por especificar mal.
Sun la morocha: Ay más te valía que si no a los cinco minutos ya te quedabas viudo, ay. 💔😢
Ki el pelirrojo.: Nada de viudo, nena, aún te queda mucho tiempo para vivir, para estar juntos.
Ki el pelirrojo.: ¿Mandas tú el starter, entonces?
Sun la morocha: Bueno, pero que el corazón demasiado no resiste, nada más fijate cada que hacemos el amor y te me ponés loco, poco más y paso al coma.
Sun la morocha: Sí, esperate que primero le pienso y de ahí lo escribo.
Sun la morocha: ¿En el parque?
Ki el pelirrojo.: Lo sé, tienes razón, y lo siento lo otro. Igual sabes que el parque no queda lejos. Y sí, en el parque, aunque vamos desde casa al trote.
Sun la morocha: Ta, now waiteate un cachitito bebo.
Ki el pelirrojo.: Espero, sabes que siempre lo hago.
Sun la morocha: ¿Hasta qué hora es que decís que estás hoy, las siete y algo?
Ki el pelirrojo.: Mis doce.
Ki el pelirrojo.: Un poco más si ando sin sueño.
Sun la morocha: ¿A las ocho entonces?
Sun la morocha: Body language se traduce a lenguaje corporal o cómo es.
Ki el pelirrojo.: Sí, por ahí, tal vez un poco más, ya sabes.
Ki el pelirrojo.: Sí, eso.
Sun la morocha: Cero ganas de usar el traductor, jaja.
Sun la morocha: Buenu, igual no demasiado porque tenés que descansar eh.
Ki el pelirrojo.: Sí, lenguaje corporal, nena.
Ki el pelirrojo.: O yo lo entiendo así.
Ki el pelirrojo.: Déjame ser.
Sun la morocha: ASDFGHJk, uno más manco que el otro, a ver y cuándo arrancamos las clases de castellano eh.
Ki el pelirrojo.: Pronto, esperemos, JAJA.
Sun la morocha: Igual yo sé más que vos eh.
Sun la morocha: Tengo canciones en el idioma y todo.
Sun la morocha: Me crié con la lengua aunque no la uso demasiado, jé.
Sun la morocha
Alrededor de las once de la mañana, tras haber desayunado una gran variedad de alimentos unos cuantos minutos antes junto a Kieran y dos de sus compañeros de trabajo que habían pasado a visitarle y que bien no demoraron demasiado en volver a sus ocupaciones fuera de nuestro hogar, me subí encima de su regazo impidiéndole así visualizar con completa libertad lo que quiera que había puesto en la televisión, todo contar de llenar su rostro de besos y enseñarle mediante mi lenguaje corporal lo energética que me encontraba en el día de hoy, resultando más que una petición el depositar dichas energías en alguna actividad que acabase dejándome cansada a tal punto de tener que tomar una siesta quiera o no.
— ¿Qué te contás, gordito mío? —Musité conforme iba besando su mejilla derecha para después llevar dichos mimos a su cuello y mantener mis manos entretenidas con su pecho al cual le otorgaba dulces caricias y pequeñas cosquillas de vez en cuando.
Ki el pelirrojo.: Cierto, cierto, tú controlas más.
Ki el pelirrojo.
Después de desayunar y despedir a los colegas que se habían pasado por casa, se sentó en el sofá y encendió la televisión, prestando atención al contenido que en esta se visualizaba, para enterarse así de las noticias más recientes del día. No pasaron muchos minutos cuando su novia se situó encima de su regazo, y al verla no puedo evitar dedicarle una sonrisa y apartar por completo su atención del telediario. Se dejó besar por su chica y llevó sus manos a la cadera de la adversa, para evitar así que se alejase de él, y no fue hasta que la menor habló que él pronunció palabra alguna.
— No cuento mucho, pero parece ser que tú estás con mucha energía hoy, ¿eh? ¿Qué te parece si hacemos uso de eso? —comentó.
Aunque el plan inicial era hacer deporte, decidió engañarla unos segundos para que pensase que quería decir otra cosa, por lo que rápidamente la acostó sobre el sofá y se colocó encima de ella, uniendo sus labios en un intenso beso. Cuando se separaron, se mantuvo cerca de ella con una sonrisa y, con tranquilidad, preguntó:
— ¿Vamos a entrenar, Sun? —la miró a los ojos al formular la pregunta, y al terminarla se separó de ella, para dejarle espacio para sentarse en el mueble.
Sun la morocha
Después de haberle llenado de caricias y reír suavemente al encontrarme debajo suyo de un momento a otro, mordí su labio inferior y sin proporcionarle alguna respuesta haciendo uso de las palabras, asentí con mi cabeza levemente y me levanté del sofá para tomarle por las manos y pegarle a mi cuerpo para poder contactar nuevamente con él a medida que comenzaba a besar una vez más sus labios, antes de que se me comenzase a dificultar el respirar, lo que me indicaría que ya sería tiempo de alistarme para que pasásemos lo que restaba de la mañana realizando actividad física al aire libre.
— ¿Listo para quemar esos kilos de más, Kieran? —Le cuestioné chistosa ya que bien este 'comentario' no podía alejarse más de la realidad, teniendo en cuenta el grandioso físico que mi prometido había conseguido con el paso del tiempo y que a día de hoy podía mantener en un perfecto estado sin dificultad alguna.
Ki el pelirrojo.
Sonrió al notar como su chica lo acercaba a su cuerpo y correspondió el beso, el cual no terminó hasta que la necesidad por respirar se hizo presente. Escuchó las palabras que pronunciaba su pareja y asintió ante su pregunta, indicándole con un gesto de cabeza que iba a la habitación para cambiarse de ropa y ponerse cómodo.
Ya frente al armario, agarró un pantalón de chándal y una camisa de manga corta, ya que sabía que al hacer ejercicio entraría en calor e, incluso, podría acabar con el torso al desnudo debido a ello, todo dependía de cómo estuviese el ambiente, aunque en la televisión habían dicho que ese día no haría prácticamente frío. Agarró también unos calzoncillos limpios y se cambió, poniéndose finalmente unos calcetines y unas zapatillas para estar ya preparado. Salió de la habitación y, como siempre, se dirigió a la entrada para agarrar tanto las llaves de casa como la cartera y su móvil, los cuales guardaría en los bolsillos del pantalón, y mientras esperaba a su prometida se entretendría jugando con Blue y Fina.
Sun la morocha: ¿Cómo se decía bun en castellano? El otro día (hace mucho) lo dije, no es coleta ni nada, es como, ¿rodete?
Ki el pelirrojo.: Aquí es moño.
Sun la morocha
Seguido de aquella seña que hizo con su cabeza sonreí de inmediato y salí a la siga suya para cargar mis manos en su cintura y marchar de manera tonta pero chistosa a medida que iba subiendo las escaleras junto a él. Ni bien entramos en la habitación busqué entre uno de los cajones en los que había apartado algunos conjuntos deportivos, aquel outfit que me parecería más conveniente para el día de hoy, por lo que con una remera fina y en un tono azul oscuro, junto a un corpiño deportivo, unas calzas que esculpían adecuadamente mis piernas y curvas, unas zapatillas Nike y un par de medias que me ayudarían a que mis pies 'respirasen' debido al material del cual estaban hechas, en mis manos, me adentré por último al baño para así vestirme, y asegurarme de no tener ningún rastro de maquillaje en el rostro.
Ya más que preparada y luciendo mi pelo corto en un pequeño —a causa de la poca cantidad de pelo con la que contaba actualmente, ya que hacía no muchos meses me había decidido por cortarlo— y adorable messy bun, me encaminé hasta la puerta y agachando mi vista para ver cómo mi novio estaba entretenido jugando con nuestros perros, sonreír ante ello y esperar a que me avise cuando esté listo para salir a ejercitarnos.
Sun la morocha: Moño en Argentina es lo que usás para atarte el pelo, ds.
Ki el pelirrojo.: Aquí es coletero.
Ki el pelirrojo.: Creo.
Sun la morocha: Jsjsjs, suena a alguien que colecta o recolecta stuff, jajaja.
Ki el pelirrojo.: Boba, JAJA.
Ki el pelirrojo.
Estuvo un rato jugando con los perros hasta que escuchó bajar a su pareja, por lo que al tener ya a su lado acarició a modo de despedida a los animales y se acercó a ella, para tras besarla salir de la casa y cerrar con llave esta, impidiendo que algún desconocido intentase entrar sin su permiso.
Ya en la entrada y antes de disponerse a correr en dirección al parque, se acercó a su novia para evitar que iniciase el recorrido y recordarle que antes había que estirar, o de lo contrario acabaría con dolores innecesarios al finalizar el día.
— Estira toda parte de tu cuerpo, ¿vale? O luego andarás con dolores, y ninguno queremos eso. —pronunció, mientras empezaba a mover sus tobillos hasta terminar con el cuello, preparándose completamente para iniciar el entrenamiento.
Cuando estuvo ya listo, esperó a que su prometida le dijese que estaba preparada para, a continuación, empezar a trotar a su lado.
Sun la morocha
Correspondí a su beso en tanto el mismo se hizo presente y si bien hubiese preferido quedarme todo el día llenándole de caricias por todo su cuerpo, recordé que en esta oportunidad íbamos a pasar nuestro tiempo juntos haciendo algo más, por primera vez ya que no había sido hasta este día en el que nos habíamos dispuesto ejecutar lo mismo tiempo atrás, debido a las ocupaciones de ambos.
Ni bien mencionó aquello reí por lo bajo y "chasqueé" mis dedos entrando en razón. — Todavía no me acostumbro a lo de estirar y las pocas veces en las que corro o troto lo hago en una de esas caminadoras que hay en los gimnasios, aunque prefiero hacer hiking, lo que sí a mi tiempo y forma eh. —Contesté a medida que estiraba tanto mis piernas y cuádriceps, como mis brazos y cuello, lentamente y asegurándome de no lastimarme ni menos que menos.
— No sé si vayamos a hablar demasiado, a decir verdad lo dudo, por ello me traje el iPhone para escuchar música, espero no te molestás y hayás hecho lo mismo, mi amor. —Le comenté tomando en mano el mismo y ya empezándome a preparar para trotar en dirección al parque, uno al lado del otro.
Ki el pelirrojo.
Escuchó todo cuanto decía y negó con la cabeza, mientras sonreía.
— No traje nada, el camino a recorrer es corto y no daría tiempo para nada, prefiero ir pensando en mis cosas. Vamos. —comentó, y tras terminar de hablar comenzó a trotar, a un paso ligero para que su chica pudiese acostumbrarse y seguirlo.
Como había dicho, el tiempo que les llevaría llegar al parque era de escasos minutos, por lo que no tardaron en llegar a su destino, o al menos a él le pareció que había sido bastante rápido, sobre todo teniendo en cuenta a lo que estaba acostumbrado a hacer como entrenamiento.
Ya en el parque se situó en una zona libre y sobre la hierba hizo un par de flexiones para entrar en calor, el trotar no le había hecho mucho y necesitaba algo más para ponerse en modo deporte. No tardó mucho porque no quería que Camélia esperase por él, por lo que tras unos pocos minutos ejercitándose a él mismo se dirigió a ayudar a su novia a hacerlo, y con una sonrisa se acercó a ella.
— ¿Qué te parece si empiezas por ejercitar los abdominales? Siéntate y flexiona las piernas, yo te agarraré los pies para que estos no se muevan y hagas mal el ejercicio, va. No cuesta tanto, ya lo verás. —dijo mientras la miraba esperando una respuesta.
Sun la morocha: azwsxedcrfvtghybujikoñlk​jhgfdsa.
Sun la morocha: Bueno me dejo de tonteras y contesto, pero es que sdgjhdgjsdfgj.
Ki el pelirrojo.: Qué pasó, Sun.
Sun la morocha: Nada pero es que me da cosita ehufgeyuhfer, no sé ando media loca, dejá, jsjs.
Ki el pelirrojo.: Qué te pasa, va, dime.
Sun la morocha
Ni bien llegamos al parque que estaba cerca de casa y con muy pocas personas rondando en el mismo, tras verle colocarse en el césped para realizar sus abdominales, sonreí grandemente y mordí mi labio inferior, tomando un poco del agua que había traído en una de mis manos mientras que en uno de los bolsillos de la calza cargaba el iPhone que no se había escapado de mí en ningún momento ni menos.
Tras oír su voz alcé mis cejas y dirigí nuevamente mi mirada a él para encontrarme con sus hermosos ojos y sonreír una vez escuchado todo lo que tenía para decirme, así tal cual me lo indicó me coloqué en el piso y antes de comenzar me quedé con la espalda y cabeza recostadas sobre el suelo y reí tras pensar en lo dicho por su parte. — Vos porque estás acostumbrado, igual bueno, en algún momento de mi vida tenía que retomar esto de la vida saludable. —Dije para ya después empezar a subir y bajar mi cuerpo en dirección de mis piernas, cuales se encontraban flexionadas, cuidadosamente por unos minutos.
Sun la morocha: No, que nunca antes había roleado lo de hacer ejercicio y que me hjdewfgeu, pero no te preocupés, es nada más que me da ternurita y hdjerjf. 😊😂💗 *monito tapándose los eyes here*
Ki el pelirrojo.: Quién ha roleado hacer ejercicio, no es algo común, JAJA.
Sun la morocha: Jsjsjsjs bueno, nosotros now mismo, sjsjsjs.
Ki el pelirrojo.
Sonrió ante su comentario y se colocó de rodillas sobre el suelo, mientras colocaba sus manos sobre los pies de la adversa y hacía fuerza, sin dañarla, para evitar que los moviese y así pudiese hacer el ejercicio bien. En un principio había pensado en colocar sus rodillas sobre sus piernas, pero consideró que eso le haría daño y decidió cambiar el plan.
Después de empezar y hacer el ejercicio bien durante un corto rato, se le ocurrió una idea y se acercó más a su pareja, a quien le comentaría lo que se le había pasado por la cabeza para ver si le gustaba o no el plan.
— Hagamos una cosa. Si consigues llegar a tus rodillas después de hacerlo bien, como llevas haciéndolo hasta ahora, entonces te ganas un beso. Es sencillo, si llegas, beso. Es una buena motivación, ¿no crees? —rió ante sus palabras, pero a su vez la miraba a los ojos esperando su contestación, ya que lo que decía iba en serio.
Sun la morocha: Antes de siquiera seguir realizando dichos movimientos, me tomé unos minutos de descanso para quedarme bien cerca suyo mientras posaba mis manos a los costados de mi cuerpo, contar de no caerme de espaldas en una de esas. Y luego de unos minutos viendo intensa y fijamente a sus ojos, asentí rápidamente con un gentil movimiento de mi cabeza y coloqué mi boca a una distancia mínima de la suya para pronunciar lo siguiente, — ¿Podría comenzar ahora mismo, mi entrenador fav y más que soñado? —con la voz un tanto agitada debido a lo que había hecho hasta entonces, y la poca práctica que tenía en tanto a deportes.
Ki el pelirrojo.
Durante el tiempo que se tomó para descansar aprovechó para admirarla más de lo que normalmente ya hacía, mientras dejaba de apoyar sus manos en los pies de la adversa y las colocaba sobre sus rodillas, al menos hasta que volviese a ponerse a hacer el ejercicio.
Cuando la tuvo cerca, a escasa distancia de su rostro, no pudo evitar sonreír ante lo que le decía y, sin molestarse en vocalizar una respuesta, prefirió hacerlo con acciones, por lo que tras terminar de hablar rompió la poca distancia que los separaba y la besó.