Notes

Un nuevo gemido, esta vez por parte de ambos.

"¿O debería de dejar que Müller lo haga?" ronroneó. "¡Mierda, sí!"
El grito estrangulado de Williams se mezcló con el gemido gutural del contrario cuando hundió su polla en el interior del menor, sintiendo su calor, sus paredes apretando tan bien aquel pedazo de carne tan grande, grueso. Noah tomó a su bebé de las caderas y lo sintió estremecerse mientras se abría paso en su interior aún más.

"Jodida mierda. Dios." maldijo sintiendo cada pulgada del pene de su novio.
Adía, pero no era nada que no pudiera soportar. El agua cayendo sobre ellos ayudó demasiado además.
"Eres delicioso." halagó el príncipe una vez que estuvo hundido hasta la base. "Te sientes tan bien, amor."
"Vamos, Kleiman, muévete para mi."

Pero Noah sonrió y se retiró lentamente antes de volver a hundirse en él. Lento. Sensual. Pero como siempre, su bebé no tenía suficiente con eso.

"Lo quiero fuerte." demandó. "Te quiero sentir por días, amor. Rómpeme."

El mayor gimió y entonces se retiró por completo antes de embestir con fuerza de regreso, robándose un grito ronco del contrario, provocando que se corriera ahí mismo. Sus manos resbalaron por la pared en busca de sostén.

"¡Oh mi Dios! Espera. ¡Jod-!" gritó y se estremeció. Sus piernas flaquearon pero Noah no le dio tiempo de seguir hablando. Empujó con más fuerza contra él y empezó a follarlo a través de su orgasmo, sosteniendo sus caderas con fuerza. "Mierda. Más, más." suplicó, su voz sonando más aguda.

El príncipe empujó sus caderas con fuerza, cada vez, abusando más del apretado agujero de su chico. Los ojos verdes del menor rodaron a la parte posterior de su cabeza, disfrutando de lo que su prometido hacía con su cuerpo. El sonido húmedo que el agua provocaba cada que sus cuerpos chocaban, era definitivamente obsceno y el vapor alrededor volvía todo mucho más caliente.

"¿A quién le pertenece tu lindo culo, mi amor?" preguntó agitado, sin dejar de embestirlo a como le gustaba. "¿Quién es el único que puede hundirse en ti?"
"Tú, tú." respondió sin aliento el rizado, arreglándoselas para mirar los ojos de su chico por sobre su hombro. "Sólo tú, joder. No pares, por favor." lloriqueó.
"Muéstrame, Wills." pidió Noah tomando las manos del mismo, colocándolas sobre sus propios glúteos. "Muéstrame lo que es mío."

Williams gimió y entonces tomó las mejillas de su culo, extendiéndolas para su alfa. El delicado anillo incrustado en su dedo anular izquierdo brilló y Noah estuvo a punto de eyacular ahí mismo. Era suyo. Williams era únicamente suyo. Ese anillo se lo estaba comprobando. Joder, ellos iban a casarse.

"Sí, eso es. Todo mío, bebé. Todo mío."
"Noah, Noah. ¡Justo ahí! ¡No pares!" podía sentirlo en la base de su estómago. Eso era lo profundo que su chico se encontraba. Se sentía demasiado bien.
"Tan apretado, bebé. ¿Puedes sentirlo?" la boca de Noah se cerró en la unión del hombro y cuello del pequeño. "Estoy tan duro que podría terminar justo ahora. Llenarte de mi semen. Anudarte. Sé que eso es lo que quieres."

Williams chilló de placer, no podía soportarlo más. Su chico estaba tocando su próstata con cada dura embestida.

"No puedo más."
"Sí que puedes, gatito. Se siente muy bien, vamos." apresuró sus embestidas, si es que eso era posible. El gatito sollozó una vez más y llevó una de sus manos a la nuca del mayor, tirando hacia abajo para conectar sus labios por primera vez.
"Jodido paraíso."

Perdieron el ritmo, los dos estaban necesitados del otro.
Lograron correrse, en caso del pequeño por segunda vez, quien a su vez estaba tan lleno de la semilla caliente y espesa de su alfa. Un nuevo lloriqueo se le escapó, sintiendo aquella enorme polla hincharse en sus paredes, jodiéndolo más. Aquel nudo se había formado ya.

"Te amo." murmuró el mayor, volviendo a besarlo.
"Te amo más, mi prometido." ronroneó, gimiendo ante un nuevo orgasmo. "Puedo sentir tu semen escurrir de mi culo. Me encanta."